Resumen:
Todas las creaciones artísticas tienen radiación social y, en cierto modo, están condicionadas por la sociedad en que surgen. Pero el espectáculo dramático se dirige primordialmente a un público. No hay arte menos singular que el teatro. "Teatro" significa en griego "lugar desde donde se mira". Pero quien mira es la multitud. El teatro es, pues, eminentemente una institución social. Lo fue en sus orígenes, cuando aun estaba impregnado de sentido ritual o religioso. Lo es hoy, cuando lucha por mantener sus prerrogativas o su auge contra nuevas artes que se le cruzan en el camino. Su carácter de institución social le permite influir poderosamente en las colectividades humanas. I ntetemos, luego de estas consideraciones previas, puntualizar la interrelación teatro-sociedad en el siglo de oro español. El historiador, el sociólogo acuden hoy a este teatro como fuente de información fidedigna.