En el campo de las humanidades y las ciencias sociales se ha fortalecido, desde la última mitad del siglo XX, la dimensión constitutiva del lenguaje en la relación hombre-mundo, así como el reconocimiento del carácter simbólicamente mediado de la conciencia, lo cual ha permitido reformular desde diversas posiciones teóricas, problemáticas clásicas referidas a las relaciones entre la estructura social y la interacción, y entre la reproducción y el cambio sociales. Desde el campo específico de los estudios del lenguaje, la Lingüística Sistémico-funcional (LSF), fundada por M.A.K. Halliday a principios de la década del 60 ha sido de vital importancia como contribución al estudio de estas problemáticas. El desarrollo conceptual de la LSF considera que el lenguaje humano está organizado a partir de tres metafunciones. Estas metafunciones son una abstracción para explicar la naturaleza universal del lenguaje y son las siguientes: la metafunción ideativa que se realiza en la léxico-gramática de una lengua a través del sistema de Transitividad, la metafunción interpersonal que se realiza en la léxico-gramática a través del sistema de modo/resto y la metafunción textual que se realiza en la Léxico-gramática a través del sistema de tema-rema. (Halliday
Matthiessen, 2004; Halliday, 1985). Es importante resaltar que la LSF es una teoría del lenguaje que ha elaborado un modelo gramatical descriptivo-explicativo, fundamental para los desarrollos del análisis del discurso. En términos de Halliday, una análisis del discurso que no esté fundamentado en la gramática no es análisis, sino mero comentario de textos. Este proyecto se organiza a partir de las teorías sociales del discurso y la LSF como fundamento gramatical para la descripción y análisis de los diversos corpora que se trabajarán en los trayectos de investigación que lo conforman.