Las aves son consideradas bioindicadores adecuados frente a la presencia de contaminantes ambientales. Los carbamatos y organoforforados son insecticidas anticolinesterásicos ampliamente utilizados en nuestra región para el control de plagas agrícolas y pecuarias, lo que implica un riesgo de exposición para los seres vivos. Con el fin de detectar los efectos provocados en aves por la exposición a insecticidas anticolinesterásicos, se analizaron biomarcadores hematológicos, de genotoxicidad, enzimáticos, histopatológicos y de embriotoxicidad en dos ensayos con aves. El primero centrado en comunidades aviares de la región del Monte central, Mendoza, Argentina; el segundo en embriones de Coturnix coturnix expuestos por única vez a una formulación comercial de clorpirifos en 3 concentraciones y días particulares de la incubación. Se analizaron 297 aves silvestres de 37 especies diferentes, pero sólo Passer domesticus y Columbina picui admitieron comparaciones entre sitios de muestreos. El biomarcador más sensible fue la actividad de colinesterasa plasmática, donde en aves de sitios agrícolas se observaron depresiones significativas. Los grupos de embriones de codorniz expuestos a clorpirifos demostraron aumento de muertes embrionarias y efectos teratogénicos en patas, así como daño hepático y renal, depresión de actividad colinesterasa plasmática y aumento de micronúcleos y hendiduras nucleares. Las evidencias sugieren que los insecticidas anticolinesterásicos producen efectos con tan solo un único momento de exposición en embriones de aves y en adultos. Las aves resultan un modelo interesante para alertar sobre los efectos que provocan los plaguicidas en la biota terrestre, incluyendo los humanos que desarrollan su vida en entornos agrícolas.
Birds are considered suitable bioindicators for the presence of environmental contaminants. Carbamates and organophosphates are anticholinesterase insecticides widely used in our region for the control of agricultural and livestock pests, which implies a risk of exposure for living beings. In order to detect the effects caused in birds by exposure to anticholinesterase insecticides, hematological, genotoxicity, enzymatic, histopathological and embryotoxicity biomarkers were analyzed in two assays with birds. The first one focused on avian communities in the central Monte region, Mendoza, Argentina; the second one on Coturnix coturnix embryos exposed for a single time to a commercial formulation of chlorpyrifos at 3 concentrations and on particular days of incubation. A total of 297 wild birds of 37 different species were analyzed, but only Passer domesticus and Columbina picui allowed comparisons between sampling sites. The most sensitive biomarker was plasma cholinesterase activity, where significant depressions were observed in birds from agricultural areas. Groups of quail embryos exposed to chlorpyrifos showed increased embryonic deaths and teratogenic effects on legs, as well as liver and kidney damage, depression of plasma cholinesterase activity and increased micronucleus and notched nucleus frequecies. Evidence suggests that anticholinesterase insecticides produce effects with only a single exposure time in avian embryos and adults. Birds are an interesting model for warning about the effects of pesticides on terrestrial biota, including humans living in agricultural environments.