La democracia como fórmula de contingencia: conceptos y políticas públicas.

Abstract

Es difícil pensar que la política sea un ámbito capaz de generar soluciones simplificadas o definitivas en términos teóricos o prácticos frente a todas las demandas. Podríamos coincidir en que la democracia, en algún sentido, debe ser entendida como una forma que experimenta una fuente inagotable de reclamos, manifestaciones y protestas. Por tanto, podríamos pensar que la democracia contiene elementos que indefectiblemente la interpelan y la ponen en constante crisis. Sin embargo, también podemos suponer que son estos elementos los que le brindan legitimidad a la propia democracia. En otras palabras, aquello que cuestiona y desestabiliza al propio régimen democrático son los mismos elementos sobre los que erige su institucionalidad, validez y reconocimiento. En definitiva, la democracia encuentra su dinamismo y vitalidad en lo incompleto, lo inacabado, lo inconcluso, lo provisional. La construcción democrática pareciera ser la fórmula de contingencia de un sistema político que nunca llega a cerrarse sobre sí mismo. Sistema político que nunca llega a ser el equivalente exacto de la democracia, probablemente, porque la democracia misma se convierte en la llave que lo reabre una y otra vez. Esta condición implica un constante aumento de la complejidad para la democracia contemporánea y, por tanto, la búsqueda de nuevos diagnósticos que puedan dar respuesta a esta situación. En un esfuerzo por profundizar en la comprensión de los desafíos actuales de la democracia, proponemos articular los aportes de la teoría política y las políticas públicas. Esto nos permitirá abordar de manera más abarcativa los fenómenos políticos actuales y enriquecer el desarrollo de ambas ramas disciplinares.

It is difficult to think of politics as an area able to generate simplified or definitive solutions in theoretical or practical terms to all the demands. We could agree that democracy, in some sense, must be understood as a form that experiences an inexhaustible source of claims, demonstrations and protests. We might therefore think that democracy contains elements that invariably challenge it and put it in constant crisis. However, we can also assume that it is these elements that give it legitimacy to democracy itself. In other words, what questions and destabilizes the democratic regime are the very elements on which it builds its institutionality, validity and recognition. In short, democracy finds its dynamism and vitality in the incomplete, the unfinished, the provisional. The construction of democracy seems to be the contingency formula for a political system that never gets to close in on itself. A political system that never becomes the exact equivalent of democracy, probably because democracy itself becomes the key that reopens the system again and again. This condition implies a constant increase in complexity for contemporary democracy and, therefore, the search for new diagnoses that can respond to this situation. In an effort to deepen our understanding of the current challenges of democracy, we propose to articulate the contributions of political theory and public policies. This will allow us to deal more comprehensively with current political phenomena and enrich the development of both disciplines