La enfermedad renal crónica (ERC) se considera un problema de Salud Pública mundial. Clasificada dentro de las enfermedades no transmisibles para las cuales uno de los objetivos del desarrollo sostenible de la ONU aspira reducir la mortalidad prematura mediante prevención y tratamiento. La identificación precoz de los pacientes reduce la velocidad de disminución de la función renal, necesidad y duración de hospitalizaciones, costos y morbilidad-mortalidad.Las etapas precoces de ERC: G1 y G2 con marcadores de daño renal y G3a, son generalmente asintomáticas. Nuestros resultados preliminares en estudiantes de Bioquímica (UNL) arrojan prevalencia alta en etapas tempranas, a confirmar en una muestra mayor. Hay un esfuerzo internacional en el diseño y validación de fórmulas de estimación de la TFG. En muestras anteriores hemos analizado y publicado resultados sobre el comportamiento relativo de las ecuaciones más relevantes: MDRD-4, MDRD-4 IDMS, Cockcroft-Gault, CKD-EPI-09, FAS, CKD-EPI-21 y EKFC. La asignación a categorías G1-G2 mostró diferencias según fórmula empleada, que influye al clasificar pronóstico y el manejo clínico del paciente. La comunidad científica internacional recomienda agregar evidencia sobre su comportamiento en poblaciones en que han sido poco probadas. Entre 18 y 39 años de edad se reportan, como lo hallado por nosotros, diferencias fuertes en la estimación de la TFG según ecuación utilizada. Se recomienda usar fórmulas de 3 fuentes de ecuaciones validadas: las desarrolladas por CKD-EPI y EKFC y sus modificaciones para regiones específicas. Estudios recientes, aplicando en población estadounidense EKFC con valores de Q (originalmente para europeos) específicamente hallados para la misma afirman que, así, ambas tienen suficiente precisión para su uso clínico por ello consideramos importante establecer el Q específico para el grupo etario en que trabajamos y reevaluar con el mismo el comportamiento relativo de estas ecuaciones. La ingesta excesiva de sal puede provocar sobrecarga de presión y volumen del riñón y acelerar la disminución de la TFG o inducir proteinuria, factor de riesgo independiente para reducción de la TFG. Dada la alta ingesta estimada de sal hallada en los voluntarios es de interés profundizar en una muestra mayor su asociación con TFGe y proteinuria. Se pretende que los resultados del proyecto aporten información que permita actuar preventivamente en toma de decisiones y planificación adecuada en la gestión de salud.
Chronic kidney disease (CKD) is considered a global public health problem. Classified within non-communicable diseases for which the UN sustainable development goals aim to reduce premature mortality through prevention and treatment. Early identification of patients reduces the rate of decline in renal function, the need and duration of hospitalizations, costs, and morbidity-mortality. The early stages of CKD: G1 and G2 with markers of kidney damage and G3a, are generally asymptomatic. Our preliminary results in volunteer Biochemistry students (UNL) show high prevalence in early stages, to be confirmed in a larger sample. There is an international effort in the design and validation of GFR estimation formulas. In previous samples we have analyzed and published results on the relative behavior of the most relevant equations: MDRD-4, MDRD-4 IDMS, Cockcroft-Gault, CKD-EPI-09, FAS, CKD-EPI-21 and EKFC. The assignment to categories G1-G2 showed differences depending on the formula used, which influences the classification of the patient's prognosis and clinical management. The international scientific community recommends adding evidence on its behavior in populations in which it has been little tested. Between 18 and 39 years of age, as we found, strong differences are reported in the estimation of GFR according to the equation used. It is recommended to use formulas from 3 sources of validated equations: those developed by CKD-EPI and EKFC and their modifications for specific regions. Recent studies, applying EKFC to the American population with Q values (originally for Europeans) specifically found for them, affirm that, thus, both have sufficient precision for clinical use, which is why we consider it important to establish the specific Q for the age group in which we work. and reevaluate with it the relative behavior of these equations. Excessive salt intake can cause pressure and volume overload of the kidney and accelerate the decline in GFR or induce proteinuria, an independent risk factor for reduced GFR. Given the high estimated salt intake found in the volunteers, it is of interest to delve deeper into its association with eGFR and proteinuria in a larger sample. It is intended that the results of the project provide information that allows preventive action in decision-making and adequate planning in health management.
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