Resumen:
Rivadavia representa en la vida argentina una realidad histórica, a la cual asciende por jerarquía propia y se promueve por concenso público. Su origen pertenece al pueblo; él es una expresión auténtica del hogar criollo sin más blasón que la virtud, sin más fortuna que la honradez. Analizada su existencia, no se advierte en ella ninguna primacía externa, ninguna alternativa de preeminencia, ninguna autoridad o ventaja sobre un grupo o círculo predominante. Rivadavia ha gobernado sin partido y sin logia. Los unitarios no pudieron jamás exhibirlo como jefe o númen auténtico de sus aspiraciones, la Lautaro tuvo en él a un opositor. No conoció los halagos de la masa, ni encabezó en la asamblea popular fracciones decididas a exaltarle.