Resumen:
Si algo singulariza a la novela en el conjunto de las expresiones artísticas consideradas en su totalidad, es sin duda esa virtud que posee de confundirse sutilmente con la misma trama argumental que posee la vida, —nuestra vida— trátese ya de los hechos que entretejen la malla temporal de lo cotidiano, o de aquellos que se trenzan en la pasta más informe y escondida de nuestros sueños. No porque las otras artes sean menos vitales que la novela, si por vitalidad entendemos simplemente aquello que logra una resonancia inevitable en nuestra sensibilidad y nuestro espíritu. La novela, ya maneje sus medios expresivos con un propósito preferentemene objetivo y naturalista, o bien se empeñe en utilizarlos en la construcción de sueños y de sustancias líricas, busca fundamentalmente re-construir siempre el mundo, mundo que puede estar teñido de cerrada individualidad o de aspiración hacia una abierta militancia universal, pero que siempre nace y se rige sobre la trama misma del existir concreto del hombre, de su permanecer sobre la tierra.