Resumen:
Antes de escribir sobre Goethe, habría que preguntarse si vale la pena hacerlo. En apariencia, todo está dicho desde el esquematismo de algunas biografías que, como la de Alfonso Reyes, se atienen a lo vertebral, hasta la de Brion que, empapada de esa existencia, la recibe en continuo deslumbramiento; la vida de Goethe ha sido estimada y juzgada desde los más diversos tribunales. Quisiera mostrar que la estatuaria actitud de un Goethe olímpico ni la apasionada destrucción de los ídolos tradicionales condujeron la vida de un poeta como él que, en pleno romanticismo, pudo decir que era necesario conquistar la herencia de los antepasados para poseerla. Adquisición "clasicista" del pretérito; conquista "romántica" del mismo: he ahí la consigna de Goethe. Pero la dificultad es grande. Goethe se escurre de entre los dedos justamente cuando más se lo quisiera asir.