Resumen:
El filósofo de Efeso, a quien los antiguos —a pesar de que poseían íntegra y totalmente su obra— encontraban difícil de entender y por lo tanto habían apodado el oscuro, resulta naturalmente mucho más enigmático para nosotros, que sólo tenemos fragmentos de sus escritos, separados del contexto al cual pertenecían y que habría podido ayudarnos a comprenderlos mucho mejor que la presentación que hacen de ellos los autores que los han conservado mediante sus citas.