Resumen:
Desde hace algunos años, un reducido grupo de artistas conciben obras que ya no pertenecen ni a la pintura ni a la escultura (al menos en el sentido que se da normalmente a estos términos), obras animadas, transformables, multiplicables y aún a veces dotadas de una verdadera autonomía de acción; obras tan nuevas, tan radicalmente diferentes no solamente de las obras clásicas, sino también de aquéllas de comienzo de siglo y hasta de la mayor parte de las de hoy día, que uno puede preguntarse sin exageración si no serán las que han de constituir, finalmente, la verdadera revolución plástica de nuestro siglo. Esta pregunta volvió a surgir muy recientemente con motivo de las exposiciones que Gyula Kosice hiciera en abril en la galería Denise René de París, y em mayo en la Drian Gallery de Londres.