Resumen:
"Inteligencia pesimista y volitiva, un genio del símbolo y del ensueño, un alma amante y orgullosa", la angustia de Vigny es nuestra angustia, y la fórmula de su vida, un estoicismo empapado de ternura, quizás sirva aún para que los soñadores puedan seguir adelante. Este Pontífice del Espíritu nos enseñó para siempre a trocar la desesperanza en grandeza; la melancolía en fuerza creadora; el honor, la justicia y la belleza en razones de vida; y nos legó esa herencia, escrita, según Anatole France, en los versos más hermosos del siglo.