Resumen:
Entre nosotros, el estudio del lunfardo ha contado, con anterioridad a Dellepiane, y cuenta actualmente —aunque ya como lenguaje más extendido— con numerosos cultores, cuya labor se ha ido traduciendo en apreciables contribuciones a la lexicografía nacional y, por cierto, a la lingüística, al irse sustanciando, por el creciente aporte de precisiones testimoniales, la historia de un fenómeno idiomático cuyo proceso tanto nos concierne: la gradual transformación de esa jerga esotérica en un habla más general, que amplía su registro de voces por acopio de elementos vecinales, propios o de asimilación aluvional, hasta lograr acceso al arte y la literatura del país.