Resumen:
El mito de Santos Vega es uno de los pocos que en las letras de Hispanoamérica ha adquirido una existencia viva, una tradición que se eslabona en el curso de cinco generaciones y que, a la vez, seduce con un aire intemporal. Santos Vega aparece así consustanciado con la Argentina desde antes de la Independencia, unido a la existencia comunitaria, como sucede con los mitos en toda sociedad arcaica. Vivo o muerto, real o irreal, aun vencido, para el gaucho la suya fue existencia verdadera. Todo lo que rodeaba a Santos Vega no era para él ni imposible ni improbable, sino un suceder rodeado de un aura religiosa, desligado del quehacer diario, que se fijaba por tradición. El mundo de imágenes y emociones que rodea al cantor se opone a lo real, pero simultáneamente, es real.