Resumen:
Al margen de actividad esporádica, el genio galileano se destaca en dos rumbos perfectamente definidos: la astronomía y la mecánica. Para valorar la jerarquía de su aporte, convendrá, en cada uno de esos casos, ubicarnos en su medio y en su época. De muy antiguo data la idea del fijismo terrestre y del heliocentrismo. Es la primera, la que robustecida por la apariencia y el aporte de extraordinarios pensadores, dominará, con variantes, el pensamiento general, hasta convertirse en dogma de fe en los días en que vivió nuestro sabio.