Resumen:
La superación del positivismo durante las últimas décadas del siglo XIX trajo consigo un nuevo interés en el problema de la religión. Este interés está determinado en el siglo XX por el carácter de las filosofías que surgen del antipositivismo, el cual no implica necesariamente un retorno a la metafísica y, aún en aquellos casos en que sin lugar a dudas adquiere tal sentido, se presenta muchas veces como algo bastante diferente de la metafísica tradicional, como algo que ha pasado, bien que mal, por el filtro kantiano. Por eso el interés en la religión se manifiesta ante todo como una reflexión sobre la naturaleza y el origen de la misma, en cuanto forma de la vida humana y de la cultura.