Resumen:
En nuestro país, el problema de la alimentación deficiente es motivo de honda preocupación en los diversos regímenes políticos y sociales. Porque si bien, nuestro país es considerado uno de los del mundo que llena en mayor grado las disponibilidades alimentarias (después de Canadá, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelandia) la realidad es que, en este caso, la estadística se hace —en gran manera— sobre bases erróneas. Un sector sobrealimentado como el que es contenido por las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, esencialmente, estabiliza y nivela en parte los guarismos muchas veces desastrosos que ofrecen en gran parte el resto de las provincias argentinas. Los aspectos socioeconómicos de la desnutrición infantil en el país, seguramente no han sido medidos nunca en su entera intensidad.