Resumen:
Se sospecha que la malquerencia de Platón hacia los sofistas se debía a razones políticas y morales más que fundamentalmente filosóficas; puede hablarse también de razones patrióticas ya que entonces no se había inventado el término nacionalista, por razones obvias. No le faltaban al censor argumentos éticos válidos; en este sentido, parece que el desdén de Platón se debía a que los tales sofistas no eran amateurs sino profesionales de la docencia filosófica. Acusación digna de un aristócrata que no se resignaba a reconocer las mutaciones de la democracia ateniense las cuales afectaban no sólo a la política sino a las costumbres ciudadanas tradicionales.