Resumen:
Si uno de los jalones en el desarrollo del pensamiento humano fue el descubrimiento, a fines de la Edad Media, de lo empírico como nueva dimensión de la realidad, que sirvió de base al nacimiento de la ciencia moderna y que ha traído como consecuencia hasta nuestros días una creciente diversificación de las disciplinas científicas, no es menos cierto que aquel proceso de pluralización y distinción de las distintas disciplinas científicas a partir de la unidad del conocimiento que señalara Aristóteles y que ha llegado a esa casi indefinida diversificación de especialidades en el siglo XX, comienza hoy a torcer el rumbo de su marcha y pretende volver, paradójicamente, a la vieja unidad del conocimiento que señalara el filósofo griego.