Resumen:
La llamada Edad Media es una de las épocas de mayores luces de la historia de la humanidad. La teología, la filosofía, la poesía, el arte, los viajes por el Oriente, el Africa y Europa e innúmeras concepciones alcanzaron límites difícilmente supera- bles y que sirvieron de base o, mejor dicho, representaron todo el esplendor de los tiempos modernos. La amalgama Edad Media, colonia, perezismo, lascasianismo e indigenismo se hizo una sola cosa: anti España y los ataques e insultos a la Madre Patria ya no se regatearon. La lucha civil de carácter político tornóse pronto, en muchas partes de América, una guerra de clases. La política del descrédito de todo lo español se extendía de los discursos callejeros a los versos para damas y salones y a la enseñanza en las escuelas. La leyenda negra de Las Casas se unía a la nueva leyenda del anticatolicismo hispano. En toda América, las Vírgenes y los santos ayudaban a uno y otro bando. Los jefes americanos buscaban Vírgenes para poner al frente de sus ejércitos, les entregaban bastones de mando y nombraban generalas. Muchos de esos jefes eran deístas y masones; pero cuidaban muy bien de no hacerlo saber a las tropas convencidas que sus contrarios eran enemigos del catolicismo. La guerra civil de 1808 en adelante tiene un inmenso valor histórico porque representa el duelo entre el derecho que tiene el pueblo de gobernarse a sí mismo y la autoridad de los mandones que quieren imponer su voluntad. Resultó triunfante la filosofía de los derechos naturales del hombre, creada por Cristo, sistematizada por Santo Tomás, defendida por los filósofos más grandes de la historia humana. Perdió el partido de los absolutistas e ilegalistas. La nueva sociedad se fundaba sobre los más viejos principios escolásticos de la España eterna: los mismos que habían defendido los comuneros paraguayos a comienzos del siglo XVIII y se enseñaban en todas las Universidades coloniales.