Resumen:
Uno de los puntos mayormente débiles de la armazón de la historia es el período de separación, y naturalmente de enlace, entre la humanidad sin historia definida y las culturas que encabezan el desarrollo de nuestra civilización con formas que nos son concretamente conocidas, en particular Sumer y Akad, Egipto y Grecia. La tendencia a subestimar la energía creadora de hombres que todavía muchos se complacen en llamar "primitivos" y "salvajes" ha llevado a atribuir a las primeras culturas históricas, en su totalidad, el acervo inconmensurable de las invenciones de la vida material y social, y aún más agudamente, de la mental, por el prejuicio y con el deleite de asignar a una o a otra el privilegio de haber sido la "cuna" y la "aurora" de la civilización.