Resumen:
Consideramos que para describir las peculiaridades del adolescente de hoy, es absolutamente imprescindible referirnos a la quiebra total de los valores y principios que acaece en nuestra sociedad, lo que ha determinado ese estado de escepticismo y rebeldía del adolescente que se traduce no sólo en conductas antisociales, sino también en una falta de productividad y desarrollo de sus potencialidades. Creemos pues, que si bien es típico del adolescente en todas las épocas —debido a la fase de transición por la que atravieza— la duda, ambivalencia, rebelión, sus crisis ideológicas y religiosas, etc., es también típico del momento social, una crisis ética en todos los órdenes, coincidente con su crisis existencial. Esta coincidencia es el factor fundamental de la intensificación de su desequilibrio, de la acentuación profunda de aquellos rasgos que lo caracterizan, hasta el extremo que podemos afirmar que el adolescente de hoy se encuentra más incomprendido que nunca.