Resumen:
Hablar de antropología social —o cultural según quiera llamársela— es referirse, en nuestro país, a una situación básicamente deficitaria: déficit de especialistas, de investigaciones y de publicaciones. No es este el momento y tampoco nuestra intención, historiar el desarrollo de la antropología en la Argentina, para explicar la situación actual; pero bastará indicar que sólo a partir del año 1958, con la creación de las carreras de Antropología como especialidades autónomas, cobra un verdadero énfasis esta rama particular de las ciencias del hombre. La antropología social se interesa fundamentalmente por la totalidad de los fenómenos socio-culturales resultantes de la interacción humana, que se da como producto de la vida en grupos o comunidades, ya aislados o en relación con un contorno más amplio. Su campo de acción está constituido por las agrupaciones humanas; su problemática, conocer y explicar esos modos especiales de vida, de comportamiento, expectativas, actitudes y motivaciones —en una palabra las culturas— tratando de abstraer de esa variedad algunas direcciones generalizantes.