La actual legislación en materia de Riesgos del Trabajo es ajena e insuficiente a sus fines.
La sanción de la Ley 24.557, modificó radicalmente el sistema imperante, y al decir de Horacio Schick, la LRT fue festejada con euforia por los sectores empresarios lobistas de la ley, quienes reivindicaban el carácter preventivo de la nueva norma, imputándole orfandad en esa materia a las leyes precedentes. Se crearon entidades lucrativas como las ART, encargadas del gerenciamiento y dotadas de poder de contralor en relación al cumplimiento de normas de seguridad e higiene laboral, y otras gubernamentales como la Superintendencia de Riesgo del Trabajo, y una veintena de decretos y resoluciones destinadas a prevenir accidentes y enfermedades. No funcionó. Las estadísticas precedentes y el alto índice de siniestralidad demuestran que la prevención quedó en un mero enunciado, o en una verdadera trampa lingüística de los sectores que se beneficiaron con ella.
Current labour risk legislation is alien and insufficient for itspurposes.
The sanction of Law 24.557 radically amended the prevailing system, and in the words of Horacio Schick, the LRT was celebrated with euphoria by the lobist business sectors of the law, who claimed the preventive nature of the new standard, imputing orphanage in this matter to the preceding laws. Lucrative entities such as ART, in charge of management and empowered to comptroller in relation to compliance with occupational safety and hygiene standards, and other governmental entities such as the Superintendency of Labour Risk, and twenty decrees and resolutions aimed at preventing accidents and diseases were created. It didn't work. Previous statistics and high accident rates show that prevention was left in a mere statement, or in a real language trap of the sectors that benefited from it.