Esta tesis analiza la implementación y efectividad del sistema de evaluación continua en la carrera de Ingeniería Industrial de la UTN – Facultad Regional Santa Fe. Mediante un enfoque metodológico mixto (que incluye encuestas a estudiantes y entrevistas a docentes) se investiga el impacto de esta modalidad en el proceso de aprendizaje, así como sus principales ventajas y limitaciones.
Los resultados muestran que tanto estudiantes como docentes valoran positivamente la evaluación continua por su capacidad de brindar retroalimentación constante, permitiendo un seguimiento más personalizado del rendimiento académico. Este enfoque favorece un aprendizaje dinámico, significativo y adaptado a las necesidades individuales de los estudiantes.
No obstante, también se identifican desafíos relevantes: una mayor carga de trabajo para los estudiantes y exigencias adicionales para los docentes, quienes deben sostener un monitoreo riguroso y equitativo. Se resalta, además, la necesidad de fortalecer el acompañamiento pedagógico y mejorar la disponibilidad de recursos institucionales que respalden esta metodología.
La investigación concluye que la evaluación continua puede mejorar la calidad educativa si se implementan estrategias que mitiguen sus efectos adversos. Se recomienda capacitar al cuerpo docente en evaluación formativa, ajustar la planificación curricular y optimizar los recursos disponibles para lograr una experiencia más equilibrada.
Este trabajo ofrece una mirada crítica y propositiva sobre las prácticas evaluativas en la universidad, subrayando la necesidad de promover evaluaciones que no solo midan conocimientos, sino que también potencien el desarrollo integral de los futuros profesionales.
This thesis analyzes the implementation and effectiveness of the continuous assessment system in the Industrial Engineering program at the National Technological University – Santa Fe Regional Faculty. Using a mixed-methods approach — including student surveys and in-depth interviews with faculty — the study explores how this evaluation model impacts the learning process, as well as its main strengths and limitations.
The findings indicate that both students and faculty members highly value continuous assessment due to its ability to provide constant feedback, allowing for more personalized monitoring of academic performance. This approach fosters dynamic, meaningful learning tailored to individual student needs.
However, significant challenges were also identified: an increased workload for students and additional demands on faculty, who must maintain rigorous and equitable monitoring. The study also highlights the need to strengthen pedagogical support and improve the availability of institutional resources that facilitate the implementation of this model.
The research concludes that continuous assessment can enhance educational quality if strategies are implemented to mitigate its negative aspects. Recommendations include ongoing training for faculty in formative assessment techniques, curricular adjustments, and the optimization of institutional resources to ensure a more balanced learning experience.
This work offers a critical and constructive perspective on assessment practices in higher education, emphasizing the need for evaluations that not only measure academic performance but also promote the comprehensive development of future professionals.