PREFACIO
Este ejemplar de CONTENCIOSA. Revista sobre violencia política, represiones y
resistencias en la historia iberoamericana presenta el dossier titulado “Los «azos»
revisitados”, al cumplirse este año el cincuentenario de las grandes sublevaciones
populares que marcaron el inicio de la descomposición del régimen dictatorial
de la autoproclamada “Revolución Argentina”. Incluye cinco trabajos de investigadores e investigadoras de reconocida trayectoria
que dan cuenta de diversos actores, dimensiones y escenarios implicados
en esos procesos de movilización social y radicalización política de fines de
los años sesenta y principios de los setenta; trabajos que aportan desde lo
académico, nuevas miradas, preguntas y sentidos a procesos de nuestra historia
reciente que aún hoy alimentan debates y disputas de gran centralidad social y
política.
El primero de
ellos, escrito por Juan Sebastián Califa y Mariano Millán, pone el foco en uno
de los sectores que mayor protagonismo alcanzó durante esas sublevaciones
populares: el movimiento estudiantil. Destaca especialmente de este artículo la
perspectiva comparativa que lo orienta y que permite contrastar las experiencias
estudiantiles argentinas en el marco de los “azos” con otras situaciones de contestación
y movilización estudiantil que se dieron para aquellos años en el escenario
latinoamericano –en particular, se abordan los casos de Perú, Uruguay, Méjico y
Brasil–, destacando que todas ellas forman parte de un ciclo mundial de
protagonismo juvenil.
El segundo
artículo, cuyas autoras son Alicia Servetto y Laura Ortíz, revisita a partir de
nuevos y viejos interrogantes el acontecimiento quizás más significativo de
aquellos tiempos, que fuera convertido a través de los años en un verdadero mito
y cuyos sentidos fueron y siguen siendo motivo de arduas discusiones tanto en
ámbitos académicos como extraacadémicos: el “Cordobazo”. El trabajo analiza específicamente
las construcciones simbólicas, las representaciones y significados atribuidos
al mismo en los años posteriores, problematizando y haciendo explícita la construcción
de diferentes memorias en tensión, cuando no en abierta lucha. Memorias que
visibilizan tanto como invisibilizan –alternativamente– el lugar de sus
múltiples protagonistas. Al respecto, es interesante la atención que prestan
las autoras a las relecturas en clave de género que han logrado recientemente
evidenciar el protagonismo y la participación de las mujeres, tanto obreras
como estudiantes, durante las jornadas del mayo cordobés.
La tercera
colaboración de este dossier, escrita por Silvia Simonassi y Verónica Vogelmann,
nos traslada a otro escenario, el del Gran Rosario post ‘69, orientando la
atención hacia un sector del movimiento obrero que –en este contexto de
radicalización social y política– ha sido relativamente menos atendido por la
historiografía: el constituido por los trabajadores de las ramas más
tradicionales de la industria, que se encontraban por aquel entonces en crisis
o en procesos de reconversión. Particularmente, las autoras abordan las luchas
defensivas encaradas por los obreros del sector frigorífico y aceitero, dando
cuenta de su accionar y de las estrategias y alianzas que tejieron en el marco
de los intentos de mantener sus fuentes de trabajo, así como también de las
disputas, realineamientos y pujas que se sucedían al interior del mismo entre las
distintas vertientes sindicales y políticas.
Por su parte,
el artículo de Axel Binder reconstruye las condiciones de posibilidad del “Trelewazo”
entendido como expresión regional del proceso de lucha de clases del período.
El análisis se centra en dos fenómenos considerados fundamentales para
comprender este acontecimiento: el rápido proceso de industrialización del NE
de Chubut y la incorporación de esa zona al circuito represivo nacional. Ambos fenómenos, analizados en clave de desarrollo
y seguridad, son planteados como las dos caras de una misma estrategia de
dominación y control social, que finalmente terminó impulsando aquello que
quería evitar: la politización y movilización popular.
El artículo
que completa este dossier, de Valeria Manzano, propone una mirada novedosa en
torno a mayo del ‘69, en tanto se plantea reconstruir cómo, cuándo y por qué
distintos grupos e individuos delinearon construcciones generacionales tomando
éste y otros mayos de comienzo de la década del setenta como referencia. El
trabajo da cuenta de los desplazamientos de sentidos que esas construcciones
implicaron a lo largo del tiempo, los que dieron lugar, a mediados de los ‘90,
a la emergencia de “la generación del setenta”. Una construcción coral
totalizante que, de la mano de una nueva cohorte, opacaba las diferencias que
persistían en las anteriores invocaciones a aquellos “mayos”.
El presente número incluye también cinco
colaboraciones en su sección Reseñas. Las mismas fueron escritas por
Julieta Citroni, Virginia
Dominella, Mauro Herrera, María Virginia Pisarello y Paula Zubillaga. Cabe
destacar que la primera de ellas, explora
distintas dimensiones de la muestra La violencia en el espacio. Políticas
urbanas y territoriales durante la dictadura cívico-militar en Argentina
(1976-1983),
inaugurando así una ampliación de esta sección para incorporar comentarios y
críticas de otras modalidades y formatos de tratar las temáticas a las que se
aboca CONTENCIOSA.
Al momento de ponerse en línea este
número de la revista, se vienen registrando importantes procesos de
movilización social en América del Sur. En Chile se asiste a una impugnación
generalizada del régimen emergente de una transición fuertemente condicionada a
la democracia, que ha obligado a la clase política a promover un proceso de
reforma constitucional. Las restricciones del calendario electoral y del mismo
mecanismo de reforma tratan de frustrar las expectativas populares, por lo cual
el ciclo de protestas no se ha acallado. Una situación similar se aprecia en
Ecuador, donde un hecho puntual asociado al incremento del coste de la vida –en
este caso el precio de los combustibles– ha dado lugar a manifestaciones de
gran calado y a la re-emergencia de la movilización indígena.
Un caso muy distinto es el de Bolivia,
donde el divorcio entre el gobierno de Evo Morales y los movimientos sociales
llevó a un proceso de confrontación aprovechado por la derecha para un claro
golpe de Estado y la instalación de un gobierno que –al igual que en Chile y
Ecuador– parece dispuesto a afirmarse en el poder mediante la violencia
represiva. O el de Perú, donde el presidente Martín Vizcarra disolvió el
Congreso con la anuencia de las Fuerzas Armadas.
En Argentina, el proceso electoral y
las expectativas respecto de un nuevo gobierno que intente conducir al país a
un posneoliberalismo parecen haber aquietado la efervescencia social. Aunque no
se han producido estallidos o protestas y cualquier gestión gubernamental
parezca mejor que la del gobierno macrista, las condiciones económicas y
sociales son suficientemente graves como para que esas expectativas no sean
claramente optimistas. Una situación similar pero de signo inverso se advierte
en Uruguay, donde el cierre del ciclo progresista del Frente Amplio deja
incógnitas de peso sobre la durabilidad de su legado y las políticas que
emprenderá el nuevo gobierno de derechas. Mientras tanto, Brasil es un país en
tensión permanente, donde las propuestas neofascistas de Jair Bolsonaro y de su
gabinete con clara presencia militar, no solo encuentran resistencias sino que incluso
generan fisuras en el mismo bloque de poder.
Es evidente que en América Latina y
especialmente en el Sur se asiste a un nuevo ciclo político caracterizado en su
mayoría por el giro a la derecha, con elementos autoritarios y la presencia
definitoria de las Fuerzas Armadas. Pero también emerge un nuevo ciclo de
movilización. Como demostración de que la historia no tiene fin, sino que constantemente
está en tensión y en reinvención, la acción contenciosa se acrecienta al calor
de una crisis sistémica de consecuencias impredecibles.