in Contenciosa
El '72 en Santa Fe: contienda política y un "azo" en la memoria
Resumen
En el marco del ciclo de protesta que se desplegó en Santa Fe entre los años 1969-1973, proponemos analizar las acciones de diferentes actores movilizados que hacia el año 1972 constituyeron episodios de contienda política[1]. Bajo el prisma conceptual de la tríada actores-acciones-identidades estudiaremos este momento histórico empleando una metodología cualitativa de análisis de fuentes escritas y orales. Contamos con el periódico local El Litoral, volantes y comunicados de organizaciones políticas y sindicales, entrevistas orales y testimonios provenientes de memoriales producidos en torno al aniversario de algunos de los hechos. Cronológicamente, los acontecimientos que estudiamos van desde el intento de secuestro del intendente Conrado Puccio por Montoneros en febrero de 1972 y el impacto hacia el interior de la organización político-militar (OPM); la Lucha por el Medio Boleto llevado adelante por estudiantes secundarios y el paro activo realizado por trabajadores/as municipales nucleados/as en el gremio de la Asociación Sindical de Obreros y Empleados de la Municipalidad (ASOEM) que provocó la destitución del intendente Conrado Puccio por un interventor policial —Francisco Sgabassi— y culminó en el recordado "Manzanazo" a fines de junio de 1972.
Main Text
Introducción
El presente artículo se inserta en una investigación más amplia de mi tesis doctoral que aborda el análisis de las organizaciones político-militares (OPM) peronistas en Santa Fe en el marco del ciclo de protesta de los años 1969 a 1973[2]. Durante el estudio de las organizaciones de superficie de Montoneros, nos encontramos con actores movilizados —sindicales, estudiantiles y barriales— que en el año 1972 desplegaron una serie de acciones colectivas que dieron cuenta del grado de radicalización política de importantes sectores sociales de la ciudad. A través de la investigación pudimos corroborar que estas acciones —de la Asociación Sindical de Obreros y Empleados de la Municipalidad (en adelante, ASOEM), la Lucha por el Medio Boleto y el Manzanazo— no estuvieron organizadas o coordinadas directamente por ninguna de las OPM marxistas o peronistas presentes en la ciudad. Tuvieron un fuerte carácter reivindicativo sectorial pero con formatos de acción transgresivos para el momento y, si bien, no tuvieron relación directa con las OPM, encontramos algunas vinculaciones entre estos actores movilizados y las organizaciones. Sobre todo en aquellos/as que habían comenzado su militancia político-militar a la par de la sectorial o que la comenzarían luego de estos acontecimientos. A su vez, la acción de Montoneros —el intento de secuestro del intendente de la ciudad— tampoco parece haber estado coordinada con actores del gremio ASOEM, aunque los mismos también tenían en ese momento a Conrado Puccio como su principal opositor.
El entramado teórico de actores-acciones-identidades resultó muy útil para el análisis de estos episodios, sobre todo al tratarse de actores que en su mayoría se reivindicaron peronistas (no exclusivamente en el caso de los/as estudiantes secundarios/as). A nivel de las identificaciones pudimos encontrar puntos en común entre los actores, pero a nivel de las acciones los formatos fueron diferentes aún dentro del proceso de radicalización política del ciclo de protesta.
Nos proponemos analizar las acciones de estos actores movilizados que hacia el año 1972 constituyeron episodios de contienda política[3]. Comenzamos aclarando los conceptos utilizados para luego pasar al estudio y análisis de los acontecimientos. El concepto de ciclo de protesta revisado por Mc Adam, Tarrow y Tilly[4] es utilizado en esta investigación para realizar el recorte temporal que, en este caso, nos sirve para enmarcar el año 1972. Combinamos el concepto clásico de ciclo de protesta [5] con el análisis de las dinámicas de la contienda política[6].
El concepto de contienda política hace referencia a una lucha política colectiva que tiene lugar en el espacio público y que “supone interacción entre quienes reivindican y otros, la reconocen esos otros como algo que tiene efectos sobre sus intereses y hace intervenir al gobierno como mediador, objetivo o reivindicador”[7]. Los autores afirman que la contienda política puede ser contenida o transgresiva. La primera, hace referencia a “aquellos casos de contienda política en los que todas las partes son actores previamente establecidos que emplean medios bien establecidos de reivindicación”[8]. Mientras que la contienda política transgresiva introduce una modificación respecto a las acciones y a las identidades de los actores: "al menos algunos de los participantes en el conflicto son actores políticos recientemente autoidentificados y/o al menos algunas de las partes emplean acciones colectivas innovadoras"[9].
En este artículo analizamos el año 1972 que se ubica en un marco político dictatorial —de la "Revolución Argentina" (1966-1973)— por lo que podemos inferir que estos episodios de contienda política tienen un componente transgresivo de base. En adelante profundizamos en la dinámica entre actores-acciones-identidades en los episodios mencionados, atendiendo también a los mecanismos que la contienda política fue provocando. Los cuatro mecanismos que se producen en general son: competencia por el poder, difusión, represión o radicalización[10]. Al estudiar estos episodios de contienda política y sus mecanismos dentro del ciclo de protesta más amplio podemos comprender e hipotetizar acerca de sus desenlaces, consecuencias, trayectorias de actores, etc.
Asimismo, y por último, analizamos un "azo en la memoria", es decir una acción de resistencia a la represión policial en el marco de la huelga municipal que fue recordada como el Manzanazo. Si bien, como parte de la metodología cualitativa, el análisis de los relatos orales es parte de la triangulación de fuentes que realizamos para la reconstrucción histórica y para el estudio de las identidades, el Manzanazo nos ubicó en la dimensión de las memorias.
Santa Fe, febrero de 1972
A comienzos del año 1972, una ordenanza equiparó salarialmente a los/as trabajadores/as municipales de Santa Fe con los/as de Rosario. Apenas dos meses después, el gobernador General de División (Re) Guillermo Rubén Sánchez Almeyra vetó la norma al tiempo que comenzaban a retrasarse en los pagos de salarios.
El gremio ASOEM respondió organizando medidas de fuerza. En el mes de febrero lanzó un paro ininterrumpido generando total ausentismo por cinco días. Tras esta demostración de fuerza, el Secretario General del sindicato, Raúl Doldán obtuvo una reunión con el intendente Conrado Puccio para llegar a un acuerdo[11].
Pasados dos días de la finalización del conflicto, el 18 de febrero, el intendente sufrió un intento de secuestro[12]. En la jornada siguiente, Montoneros envió un comunicado al diario El Litoral, adjudicándose la agresión contra el intendente y denunciando la alevosía con la que el mismo disparó contra uno de los militantes que se había acercado a la puerta del domicilio, resultando fatalmente herido. Según el comunicado:
Como sostienen, la acciónde Montoneros contra el intendente estuvo motivada por las acusaciones previas"que todo el pueblo" había hecho contra él. La OPM acentuó eldesprestigio de la figura de Puccio en términos políticos y, a la par que seproducía el conflicto gremial, intentó el atentado en su contra. Un exmilitante Montonero entrevistado, que participó de este operativo, recordó estehecho como desorganizado, equivocado y con graves consecuencias al interior dela organización:
La experiencia de este testigo, relatada en el testimonio oral, nos ubica en el impacto del hecho en los actores involucrados. Asimismo, nos permite cotejar las divergencias al interior de la OPM al producirse episodios de contienda política transgresivos con consecuencias tan graves.
Se trató de una acción innovadora —aunque para Montoneros no fue ni la primera ni la última acción armada— y para el entrevistado implicó una acción con grados grandes de improvisación que culminó en el final fatal para el militante de la organización. Aunque esta es la lectura realizada a posteriori, resulta interesante observar las consecuencias que tuvo para su propia identidad como militante. Es decir, las menciones a que le indicaron cómo utilizar un arma, a que lo llevaron de manera improvisada, a último momento a practicar, lo ubican en una posición de ajenidad respecto a esas prácticas militares de la OPM. Por lo tanto, el hecho y sus consecuencias impactaron fuertemente en su identificación. La trayectoria militante del entrevistado confirma este cambio: tuvo juicio dentro de la OPM, afirma haber sido echado de la misma junto con María -Monina- Doldán[15]; y luego haber sido parte de la Columna Sabino Navarro[16].
A este episodio de contienda le siguió una secuencia de operativos policiales. Se había atacado al intendente de la ciudad y las consecuencias represivas se verían inmediatamente sobre la organización Montoneros. Como sostienen Mc Adam, Tarrow, Tilly:
Analizando la secuencia de noticias de los días que siguieron al intento de secuestro, podemos observar algunas de las dinámicas que mencionan los autores. En primer lugar, la consecuencia represiva a través de las detenciones: "Hubo hoy un vasto operativo policial. Numerosos detenidos"[18]. En esta nota, la primera bajada confirma: "Los procedimientos permitirían aclarar el ataque al intendente Dr. Puccio y el asalto a la sucursal bancaria de Barranquitas"[19]. Asimismo, aclararon que se trató de un operativo de fuerzas conjuntas entre efectivos de la policía provincial y federal bajo control del Ejército. Se justificó la intervención del mismo por tratarse del intento de "desbaratar un núcleo extremista asentado en la ciudad"[20]. Se realizaron 19 allanamientos, con un total de 40 detenidos/as, secuestro de armas, panfletos, libros y "material de enseñanza guerrillera"[21]. Sobre el final de la noticia, se incluyó un comunicado del personal del Banco Provincial que denunció la detención de un trabajador, cajero, que fue llevado sin orden de detención en medio de la atención pública que estaban realizando en el banco. Denunciaron el hecho como "atropello de la policía federal"[22], dejando entrever el carácter de redada que tuvieron estos operativos de fuerzas conjuntas.
Al día siguiente: "La policía local desbarató una organización de los Montoneros"[23]. Se publicaron los resultados de las investigaciones post detenciones. Se realizó el allanamiento de la casa donde vivía el cajero del banco que confesó su participación en distintos hechos realizados por Montoneros, así como tener enterrado el cuerpo del militante Oscar Aguirre —asesinado por el intendente— en el patio de esa vivienda. Al confirmarse esta situación, la comisión gremial del Banco rectificó su comunicado desvinculando a la policía federal de la acusación de atropello. Asimismo, las autoridades del Banco publicaron un comunicado en el que aclararon que se había autorizado la intervención policial y que la misma había actuado "con las precauciones del caso"[24]. De esta secuencia de noticias, podemos observar claramente el desaliento a la movilización y la influencia del miedo en estas circunstancias represivas.
En la nota del día siguiente se informó acerca de las características del operativo: "Fueron dados a conocer detalles del 'operativo' policial realizado"[25]. Allí mencionaron las fuerzas que actuaron en conjunto: Comando de Trabajo, Comando de Artillería 121, Jefatura y plana mayor de la policía de la provincia de Santa Fe, Unidad Regional I (La Capital) y II (Rosario). Desplegando 200 efectivos entre oficiales, suboficiales y tropa de las fuerzas policiales. Utilizando: patrulleros, jeeps, carros de asalto, helicóptero, vehículo de transporte de detenidos, transporte aéreo (a cargo de la Fuerza Aérea). El amedrentamiento de este despliegue en 48 horas, en una ciudad como Santa Fe[26] tiene que haber sido muy importante entre actores sociales no movilizados previamente o que de alguna manera fueron intimidados, como se vio en los comunicados de la comisión gremial del Banco Provincial.
Sin embargo, en respuesta a estos acontecimientos y dando cuenta del "endurecimiento de la resistencia"[27], los actores considerados parte de la comunidad amenazada emitieron comunicados el día 24 en el que demostraron no claudicar frente a la intimidación de las fuerzas de seguridad. Así, tenemos por un lado las OPM: "Aclaración de las FAP y FAR en comunicado hecho público anoche"[28]; y por otro un "Comunicado estudiantil"[29].
El comunicado de las OPM expresó un tono combativo contra las fuerzas represivas[30], advirtió que las organizaciones se encontraban activas, que los detenidos no tenían vinculación ninguna con el secuestro que efectuaron en enero del mismo año al estudiante brasilero (operativo "Guri")[31]. Exigieron, en relación con esa acción, que se complete lo pactado con el Rotary Club[32], denunciaron tortura en los interrogatorios a detenidos y amenazaron a uno de los militares considerado el principal responsable de los maltratos y vejaciones.
Respecto al otro comunicado se basó en el repudio a "los procedimientos militar-policiales que nada tienen que envidiarle a los que en su momento hiciera la Gestapo de Hitler, que desde hace días asolan las residencias estudiantiles y de familias santafesinas"[33]. También propusieron la conformación de un "poderoso frente amplio contra la represión"[34] y reclamaron la libertad de todos los presos políticos.
Los hechos que se continuaron en el mes de febrero de 1972 tuvieron como protagonista a ASOEM. La contienda política que este sindicato efectuará tendrá su punto álgido en el mes de junio. Amplió sus redes sociales y políticas con sectores igualmente descontentos con los anuncios y medidas de la Municipalidad de Santa Fe. Convocó a una asamblea popular en su sede, para tratar el tema de la carestía de la vida y programó un acto para el día 24 de febrero[35]. Esta demanda se tornó transversal para diferentes organizaciones barriales, populares y sindicales en este período; entre otras estuvieron presentes: "La unidad básica Santa Rosa de Lima Eva Perón y las entidades vecinales José María Estrada, Santa Rosa de Lima, 12 de octubre y Pro Adelanto Barranquitas"[36]. “El mitín se inició a las 20 con la entonación del Himno Nacional y luego fue coreada la marcha peronista; se sucedieron en el uso de la palabra varios oradores (...)”[37].
Un comunicado enviado por Montoneros fue parte de las voces peronistas del acto:
Evidentemente, el reclamo por la carestía de la vida funcionó como unificador de las demandas de diferentes sectores sociales. En el marco de crecimiento de las organizaciones de superficie de Montoneros podía significar una oportunidad para ubicarse como voz representante de ese amplio colectivo, como lo muestran en el comunicado citado. Sin embargo, más allá que se pueden contar con militantes peronistas que hayan adherido o participado en la OPM; en esta ocasión, no se trató de una adhesión orgánica, integración o incluso organización de la Comisión y el acto desde Montoneros. Sí se trató de una identificación de amplios sectores sociales con el peronismo[39].
Al día siguiente:
De Francisco Yacunissi sabemos que fue un sindicalista combativo desde el Sindicato de Artes Gráficas, que representó a la Confederación General del Trabajo de los Argentinos (en adelante, CGT de los Argentinos) en la regional Santa Fe —que estuvo a la par de Raimundo Ongaro— en el momento de su formación, y que tuvo que lidiar con las internas peronistas dentro del Sindicato que lideraba.[41] Desde este punto de vista entonces, si bien podemos afirmar que este sindicalista, por su práctica política adhería a la postura Tendencista dentro del Movimiento Peronista, probablemente no se acercaba a la estrategia de la organización y así quedó demostrado en su renuncia. En este caso, no podría decirse que fue el marco represivo que influenció en la desmovilización de este actor ya que las acciones continuaron; sino más bien se puede interpretar como un desacuerdo con la estrategia armada de la organización, es decir con el tipo de contienda transgresiva en ese nivel.
El mismo día, el diario El Litoral publicó otra nota en alusión a Montoneros:
La imagen que el medio local daba era la de derrota de la OPM y por lo tanto también de sus tipos de acciones, métodos, etc. Como sabemos la Cámara Federal en lo Penal —"Camarón"— fue parte del reforzamiento del aparato represivo del Estado durante la dictadura militar de la "Revolución Argentina". A través de esta legislación represiva se controló y criminalizó a las OPM, pero también a diferentes fuerzas populares y sociales movilizadas en contra del sistema autoritario. Esta situación también era parte del clima social que vivían los distintos actores movilizados y probablemente funcionó como obturador de muchas acciones colectivas contenciosas en el período.
Los acontecimientos que se sucedieron en lo que resta del mes de febrero, y durante los meses de marzo, abril y mayo de 1972 fueron del tipo reivindicativo fundamentalmente. Continuaron las medidas de municipales y se sumaron otros gremios como magisterio, metalúrgicos, correo y judiciales.[43]
En el mes de mayo en particular, otro actor se movilizó fuertemente: el sector estudiantil.
Lucha por el Medio BoletoEstudiantil mayo-julio de 1972
Estudiantes secundarios/as de diferentesorientaciones políticas comenzaron a reunirse en asambleas para debatir elproblema del medio boleto estudiantil. La primera de ellas se produjo el 30 demayo de 1972 en el Sindicato de Artes Gráficas y en la convocatoria llamaron:
En la prensa local, lasreferencias a la lucha comenzaron a fines de mayo del año 1972, pero quienesprotagonizaron este episodio de contienda política recuerdan que la situaciónse planteó con anterioridad, cuando se otorgó el boleto escolar para losprimarios un año antes:
También dieron cuenta de la preparación delas movilizaciones y paros que luego realizaron:
Otros testimoniosexpresaron los motivos de la pronta adhesión de la consigna por el MedioBoleto:
La primera movilización con este reclamo se llevó a cabo el día 30 de mayo. Los/as estudiantes se concentraron en la Escuela Superior de Comercio y zonas aledañas al Colegio Nacional para marchar hacia la Municipalidad y presentar su reclamo por el medio boleto escolar. No llegaron al recinto municipal porque fueron interceptados por la policía: "dispersando al estudiantado con gases lacrimógenos, produciéndose corridas mientras los jóvenes intentaban refugiarse en distintos comercios y casas del lugar"[48]. Los padres de los/as estudiantes presentaron quejas por el trato que habían recibido por la policía. Los/as estudiantes hicieron paro ese mismo día, no concurrieron a clases y continuaron reuniéndose luego de la jornada para seguir tratando el tema junto a directivos y miembros de las cooperadoras escolares.
Al día siguiente, la prensa dio cuenta de las reacciones de algunos sectores que repudiaron la represión sufrida. Tanto el Sindicato de Luz y Fuerza como la Asociación Docente Argentina de Preceptores y Auxiliares Docentes filial Santa Fe, se solidarizaron con los/as estudiantes secundarios, reivindicando su reclamo y manifestando comunicados de repudio por el accionar policial.[49] Del mismo modo, el director de la Escuela Industrial Superior (EIS), el Ingeniero Alfredo Fernández Gran se refirió, en un comunicado, a las gestiones que venían llevando desde la Escuela a favor de la implantación del medio boleto para los/as estudiantes secundarios/as:
La dirección del EIS entonces dio cuenta del reclamo tanto de padres como de los/as estudiantes de la escuela, adhirió al pedido y, asimismo, se reunió con ellos/as, con otros/as directores/as, presidentes de Asociaciones Cooperadoras y Asociación de Padres.
El Sindicato de la Sanidad (ATSA) y la Comisión Intersindical de Santa Fe también repudiaron la represión policial sobre los/as estudiantes y apoyaron su reclamo, a tal punto que la siguiente asamblea se llevó a cabo en aquel sindicato, a la semana siguiente:
Los relatos orales y delblog coinciden en el recuerdo de aquella asamblea como el primer acercamientofuerte con la represión. Al ser estudiantes secundarios/as, la mayoría no habíatenido experiencia militante previa y el hecho de que la policía solicite —a través de la radio— a los padres que fuerana buscar a sus hijos/as al local del Sindicato resultó un fuerte impacto:
Del comunicado del director de la Escuela Industrial, Fernández Gran, podemos observar que un grupo de padres se encontraba al tanto de las acciones de los/as estudiantes y en algunas ocasiones los/as acompañaban. Sin embargo, evidentemente cuando se trataba de acciones más disruptivas no todos los padres estaban enterados o seguían a sus hijos.[55]
En la prensa se relevó una reunión en el Sindicato de Sanidad el día 6 de junio pero no se hizo mención alguna a la situación de dispersión que manifestaron los/as entrevistados/as. En la nota se refirieron a una huelga y manifestación hacia la Municipalidad organizada por los/as estudiantes: "Los estudiantes secundarios resolvieron no entrar a las escuelas y marcharon por la calle San Martín hasta calle Salta y por allí intentaron llegar a la Municipalidad sin lograrlo"[56]. Evidentemente la marcha fue dispersada por la policía pero el paro estudiantil tuvo significativa adhesión en las distintas escuelas.[57]
En los siguientes días, el clima social y político local se encenderá aún más cuando comiencen las medidas de los/as trabajadores/as municipales. El 10 de junio ASOEM declaró paro por tiempo indeterminado.[58] Los/as estudiantes secundarios realizaron una conferencia de prensa en el Sindicato de Artes Gráficas[59] y sostuvieron:
Asimismo, repudiaron "la inusitada persecución policial de la que han sido objeto"[61] y entregaron un comunicado en el que detallaron todo el proceso atravesado desde principios de mayo, en cuanto a las asambleas realizadas, y solicitudes al intendente que les fueron rechazadas aduciendo falta de presupuesto. En la misma nota, otros sindicatos —como el de la Asociación Bancaria— se pronunciaron a favor del medio boleto escolar por considerarlo un paliativo ante la acuciante situación económica en la localidad. De la misma manera, solicitaron a otros sindicatos y a entidades vecinales que apoyen el pedido y repudien el accionar policial que ha reprimido a los/as estudiantes secundarios/as en distintas oportunidades.
En estas acciones y comunicados podemos observar a los/as estudiantes como un actor político muy activo en el marco de la lucha política general entre actores previamente establecidos (como los sindicatos, por ejemplo). Este es un importante dato a la hora de analizar la contienda política, del tipo transgresiva, que se estaba desplegando.
El 14 de junio los/as estudiantes secundarios/as organizadas en el Movimiento Estudiantil Secundario de Acción Popular (MESAP) convocaron a un acto a realizarse al día siguiente en la plaza de los Constituyentes. En un comunicado aclararon que el acto se realizaría en torno a los siguientes puntos: en pro del medio boleto, contra la dictadura y el GAN, contra sus apoyaturas políticas, contra el aumento del transporte urbano y contra el aumento de las tarifas eléctricas[62]. Al día siguiente un comunicado policial dirigido "a los padres" afirmaba que el acto previsto para ese día en la plaza de los Constituyentes no estaba autorizado, por lo que los responsabilizaba por las consecuencias en caso de que se realizase[63]. El acto no se realizó y a consecuencia de esta vigilancia policial, continuaron con las tratativas por un lado y decidieron realizar "actos relámpagos" que eran de carácter sorpresivo y tenías menos posibilidades de ser frustrados. El cambio del repertorio de acción a causa de las imposibilidades del contexto represivo, también habla de la innovación que implicaba la contienda política transgresiva.
Como los mismos protagonistas afirmaron en el blog, una vez comenzadas las vacaciones de julio, el tema pasó para fin de mes. Es así que el 31 de julio se realizó una reunión en la Dirección de Servicios Públicos y allí se les propuso implementar el medio boleto, considerando sobre todo la situación de la EIS que tenía doble turno. Se anunció que sería implantado el medio boleto para los/as estudiantes secundarios estatales de Santa Fe y Santo Tomé, pero también se dispuso un aumento general del boleto, lo cual generó una reacción en todos los sectores asalariados.[64] Finalmente el proceso de la lucha por el Medio Boleto escolar culminó:
Sin embargo, como vimos, los episodios contenciosos no se detienen tajantemente y se producen mecanismos diversos en los que algunos actores se movilizan, otros no y las acciones también se transforman. En este caso hemos observado que las acciones fueron de tipo reivindicativa y sectorial aunque no lucharon los/as estudiantes solos/as. Las medidas de fuerza fueron tomadas por los/as estudiantes, pero las acciones de negociación se llevaban adelante con el conjunto de padres, cooperadoras y directivos/as de las escuelas que apoyaban. Y varios de estos actores transformaron su identidad y sus acciones futuras al convertirse en militantes de organizaciones políticas u OPM a partir de esta contienda. Es decir, que algunos actores se radicalizaron a partir de allí.
Como concluyeron sus protagonistas en el memorial colectivo, para algunos/as fue su primer y último acercamiento a una lucha masiva, para otros/as fue el primer paso de una militancia política posterior, o parte de una militancia que ya había comenzado. En la memoria de los/as sobrevivientes de aquella experiencia se encuentran los/as militantes que lucharon en ese momento por la conquista del medio boleto estudiantil en el año 1972 y que luego fueron asesinados/as o desaparecido/as por el terrorismo de Estado.[66] De analizar sus trayectorias podemos afirmar que la mayoría de estos/as estudiantes fueron militantes de UES, JUP o Montoneros. De los/as sobrevivientes, las trayectorias militantes fueron muy variadas. Daniel Silber, por ejemplo, fue un activo impulsor de la causa del Medio Boleto en Santa Fe, y fue militante del PC:
Daniel, fue uno de los estudiantesdetenidos tras la asamblea en el Sindicato de la Sanidad, el día que si no losretiraban los padres los llevaban detenidos. Dos entrevistados más fueronestudiantes en la EIS y participaron de la lucha por el boleto estudiantil yaintegrados al PRT-ERP. Se trata de Jorge -Negro- Castro y Eduardo -Flaco- Pfaffen. Ambos manifestaron haber sido militantes activos de la OPM para el año1972. Jorge Castro tuvo su primera reunión política en diciembre de 1970, parafebrero de 1971 ya era parte de los comandos de apoyo del ERP y para 1972militante activo del frente estudiantil del PRT-ERP junto con Eduardo Pfaffen(Datos obtenidos de entrevista oral realizada a Jorge Castro, 2016, Santa Fe).
Estos casos muestran laheterogeneidad de tendencias políticas entre los/as estudiantes secundarios quellevaron adelante la lucha por el Medio Boleto. La escuela secundariaconstituyó el ámbito de sociabilidad en el cual estos actores se politizaronluchando por un reclamo reivindicativo de su sector, pero también representó elespacio en el cual comenzaron su inserción en los mundos de la militanciapolítica-revolucionaria. Este episodio de contienda política no solo tuvo comoresultado trayectorias individuales de militancia sino que también fueprecursor de una reivindicación histórica del sector estudiantil y que a nivelnacional se asocia a la lucha de los/as estudiantes secundarios de la ciudad deLa Plata que culminó en la fatídica Noche de los lápices, el 16 de septiembrede 1976.[69]
La lucha de los/asMunicipales y el "Manzanazo", junio de 1972
Se produjo la lucha de los/as Municipales que, aunque partió de enfrentamientos principalmente reivindicativos, a través de las medidas de fuerza de paro de actividades y movilizaciones sostenidas en el tiempo, logró ejercer una presión política y una amenaza de crisis sanitaria tal que produjo la renuncia forzada del intendente y la resolución del conflicto a favor de los/as trabajadores/as.
El 10 de junio se profundizó el proceso de lucha de los/as trabajadores/as municipales. La prensa local registró día a día las medidas de fuerza y las tratativas entre el gremio ASOEM y la Municipalidad.[71]
A la semana de cumplido el paro, el Intendente Conrado Puccio viajó a la ciudad de Rosario para reunirse con el Gobernador de la provincia Sánchez Almeyra para obtener medidas de acción directa.[73]
Por su parte, el presidente de ASOEM Raúl Doldán y su secretario general Helbio Goitía se reunieron con dirigentes de la delegación local de la CGT. El paro continuó[74] y al entrar en su día número 11, la Municipalidad fue intervenida por el gobierno provincial:
Evidentemente estas no eran lasconsecuencias que había buscado Puccio al dirigirse al Gobernador cinco díasantes de su destitución. Pero fueron las consecuencias de haber atravesado dossemanas de paro ininterrumpido por parte de los/as trabajadores/as municipales.Se designó como interventor al Coronel Francisco Sgabussi, subjefe de lapolicía de la provincia[76].Lejos de cesar la tensión, el conflicto se profundizó por ambos lados:
Desde su asunción, el interventor municipal presionó para que el gremio retroceda en sus medidas de fuerza y reanude las actividades. Se les requirió que vuelvan al trabajo, que acepten el aumento que se les había propuesto y se les anunció que se descontarían los días no trabajados. [78]
Por su parte, ASOEM reunido en asamblea permanente, rechazó la intimidación del interventor. Además del apoyo sindical que obtenían de la CGT local, recibieron adhesiones de distintas organizaciones y vecinales, como el Movimiento Juventud Peronista de Villa del Parque:
La olla popular del barrio Villa del Parque recibió alimentos donados por vecinos/as de otros barrios como Yapeyú, Santa Rosa de Lima, San Lorenzo y Barranquitas que se solidarizaron con la huelga.
El paro municipal continuó sin solución por casi una semana más, recrudeciéndose el conflicto con la medida de huelga general llevada adelante el 30 de junio, decidida por el conjunto de gremios agrupados en la CGT local.[80] Según lo narró el diario El Litoral, el paro tuvo las siguientes consecuencias:
La manifestación partiódel local de ASOEM hacia la Municipalidad. Barricadas, incidentes en distintaszonas de la ciudad, gases lacrimógenos, carros hidrantes, presencia delejército en la calle, pintaron el cuadro de un día histórico para la memorialocal:
La apertura de los cajones de manzanas del tren de carga fue recordada como: "Manzanazo", porque utilizaron las frutas como proyectiles para defenderse y resistir la represión de las fuerzas de seguridad que avanzaban duramente sobre el barrio Villa del Parque. Los gases lacrimógenos —cuenta el mismo diario— llegaron hasta la olla popular de la vecinal Estrada donde los/as niños/as estaban tomando la copa de leche, y a la parroquia de Santa Rosa de Lima. Hubo tiroteos, heridos/as y alrededor de 30 personas detenidas.
La revista Antropología Tercer Mundo[83], en su N°11, publicó una nota sobre "El Manzanazo en Santa Fe". La misma compilaba en su totalidad: una narración de los acontecimientos que culminaban en la huelga general del 30 de junio; un comunicado de la agrupación APOEM (Agrupación Peronista de Obreros y Empleados Municipales) y algunos "testimonios de los compañeros" que no fueron firmados. En definitiva, a excepción del comunicado que asumió APOEM, el resto de la nota inferimos que representa la línea editorial de la revista y deja entrever la conflictividad interna a la CGT.
La crónicacontinúa narrando los hechos que mencionamos con anterioridad sin mayoresvariaciones que subrayar la tensión entre burocracia y bases tanto en el mismogremio de ASOEM como en la CGT local.
El comunicadode la agrupación APOEM marcó, además del apoyo de amplios sectores sociales dela ciudad, las disputas entre burocracia y sectores antiburocráticos:
Según este comunicadoentonces, APOEM surgió como representante de los "verdaderos intereses dela clase trabajadora"[88].En este caso, el proceso de enmarcamiento a través del cual se percibió unmomento propicio para la acción colectiva y para una nueva identificaciónpolítica, fue claro. Es decir, los/as trabajadores/as municipales queterminaron agrupándose en APOEM en algún momento interpretaron como un agravioel accionar de sus representantes gremiales[89] y consideraron oportuna suorganización colectiva, reivindicando sus intereses desde su identidadcolectiva: trabajadores/as peronistas.
En la práctica, estos actores se han relacionado con trabajadores/as municipales — sus compañeros/as— peronistas o no. En aquellos vínculos, acumularon también una experiencia respecto a las oportunidades, amenazas o medios disponibles para sus acciones, han evaluado las consecuencias de dichas acciones, y han participado en conjunto de distintos tipos de contiendas. Con todo esto se han creado representaciones sobre ellos/as mismos/as y sobre los/as otros/as, moldeando de ese modo su propia identidad. Como sabemos, las identidades en general se definen desde las relaciones sociales —no son atributos duraderos— y las representaciones son parte, tal y como estas se ven desde la perspectiva de uno u otro actor. Respecto a las OPM peronistas y sus acciones en esos meses, no hemos encontrado conexión directa entre ellas y APOEM o ASOEM. Como dijimos con anterioridad, fueron algunas trayectorias individuales las que tuvieron esa doble pertenencia e identificación con el sindicato, sus agrupaciones y alguna de las OPM peronistas.[90]
El Manzanazo trascendió como un "azo" de la memoria santafesina de ese tiempo, a partir de los relatos orales de quienes protagonizaron el hecho. “En cada esquina lo tiramos al cajón, lo rompíamos, desparramábamos las manzanas para que la gente la lleve y el cajón lo quemábamos”.[91] Así contaban los vecinos la manera en que utilizaron los cajones para barricadas que prendían fuego para evitar el avance de las fuerzas de seguridad y las manzanas como proyectiles. Según estos testimonios la detención de uno de los vecinos fue uno de los principales detonantes de la acción de resistencia: “Se llevaban al Mono Andelique, lo tenía el ejército. Empezamos a tirar las manzanas cuando lo vimos. Ninguno se quedó en su casa. Después del forcejeo, lo entregaron al Mono”[92] .
Los/as entrevistados/as recuerdan los sectores que apoyaron la huelga de los/as municipales, identificando tres ámbitos: el sindical como protagonista, el estudiantil y el barrial.
La solidaridad de losbarrios del cordón oeste de la ciudad se explica también porque lostrabajadores vivían allí:
Miguel Rico eraestudiante universitario para el momento de la huelga y recuerda:
Luego de la jornada del"Manzanazo",
El mítico "Manzanazo" es parte de la memoria colectiva de la ciudad. Todos/as los/as entrevistados/as que se encontraban en la ciudad — aunque sin experiencia directa— para junio de 1972 recuerdan la marcha de los/as municipales que culminó en el "Manzanazo".
El conflicto municipal terminó oficialmente tres días después de la huelga general — tras una reunión que congregó al gobernador, ministros e interventor municipal con una delegación gremial encabezada por ASOEM, CGT, y federaciones de trabajadores municipales[97]— se logró un acuerdo y se levantó la medida de fuerza reanudando las tareas. El conjunto gremial que se reunió consiguió negociar con las autoridades. No se aplicaron las sanciones administrativas al personal municipal, el régimen salarial de la Municipalidad de Santa Fe se equiparó al de la administración provincial y, por último, se consiguió una bonificación compensatoria desde comienzo del año para todas las categorías de la administración municipal. Para que se reglamenten estos acuerdos, se conformó una comisión mixta entre los representantes del Poder Ejecutivo Provincial y Municipal con la CGT y ASOEM.
Así difundió ASOEM un comunicado en el que, reivindicando el derecho a huelga, agradeció el apoyo recibido por la población santafesina. Los/as distintos/as entrevistados/as afirmaron que, si bien el gremio movilizó a los/as trabajadores/as municipales, el apoyo barrial y estudiantil fue fundamental para el desenlace de los acontecimientos y el resultado favorable en la demanda.
No es intención de este artículo polemizar sobre si el Manzanazo fue o no un "azo", sino más bien reflexionar sobre los hechos en la memoria de sus protagonistas. Siguiendo el estudio de Ramírez[99] para considerar la acción —desde el momento que detienen el tren y utilizan las manzanas para resistir la represión policial— como un "azo" debemos analizarla en profundidad. A favor de interpretar el episodio como un "azo" se encuentran los siguientes argumentos: la acción implicó la confluencia de múltiples actores sociales y políticos que se enfrentaron colectivamente a las fuerzas de seguridad y a las autoridades locales. Las redes entre estos actores se venían tejiendo con anterioridad, muchos/as de ellos/as se habían encontrado ya en las movilizaciones y habían desafiado el control del espacio urbano. En la jornada del paro se levantaron barricadas de resistencia a las fuerzas de seguridad. Podemos decir que las normas sociales habían sido desafiadas durante todo el episodio. La protesta finalmente forzó la satisfacción de las demandas planteadas. Los cambios en la composición de las autoridades locales se produjeron antes del llamado "Manzanazo" y por un intento de las autoridades provinciales de reforzar el orden y el control de la situación que Puccio no había logrado mantener. Es decir, en todo caso que la intendencia haya sido intervenida en ese momento reflejó la fuerza del episodio de huelgas de los municipales y el intento de control de las fuerzas del orden en el marco de una dictadura militar. Este punto iría "en contra" de considerar la acción del Manzanazo como un "azo". Sea como sea, un conjunto de sectores sociales se solidarizó activamente con los/as trabajadores/as municipales en lucha. En las memorias se trató de una resistencia popular a las fuerzas de seguridad, en el marco de una huelga legítima de trabajadores/as.
Conclusiones preliminares
Del análisis y reflexión acerca de actores-acciones-identidades en los episodios de contienda política propuestos, obtuvimos algunas conclusiones parciales que integran las más generales de la tesis doctoral. El estudio de estos episodios demostró que en 1972, en el marco del ciclo de protesta de los años 1969-1973, hubo importantes sectores sociales y políticos movilizados por fuera de las OPM activas en la ciudad.[100] Si bien los tipos de contienda fueron transgresivos —partiendo de la base que se estaban desplegando acciones disruptivas en un contexto dictatorial— los actores no coincidieron siempre en los formatos de acción a desarrollar o en sus identificaciones políticas: dentro y fuera del movimiento peronista.
El peronismo fue una especie de paraguas, de significante vacío que cada sector movilizado llenó con su propia experiencia. Identificarse de forma amplia con el peronismo, con el movimiento -en un barrio con Unidad Básica, en el sindicato con una agrupación o en las escuelas- era muy diferente a encuadrarse en las OPM. La coyuntura política en la que actuaron las OPM en este período fue muy particular y excede los objetivos del presente artículo101. En este marco, el intento de secuestro del intendente por parte de Montoneros provocó más reacciones negativas que positivas. Los desenlaces de algunos actores como Francisco Yacunissi, que renunció a la Comisión de la Lucha contra la Carestía de la Vida tras el comunicado de Montoneros, demostraron que la lucha política en ese momento implicaba múltiples aristas y formas no coincidentes. Yacunissi fue un actor político relevante para la ciudad desde el punto de vista sindical, combativo y esta acción de desmarque respecto a Montoneros evidenció una posición de divergencia en relación a la OPM. Esa desvinculación no significó que este actor dejó de identificarse como peronista. Tampoco significó la desmovilización del sector sindical que representaba. Todo lo cual nos permite afirmar, otra vez, que las identidades políticas en este marco implicaban múltiples acciones posibles. Algo similar ocurrió con el entrevistado ex militante montonero que, tras el mismo episodio, rompió con la OPM y luego integró la columna Sabino Navarro.
Los/as estudiantes que protagonizaron la lucha por el Medio Boleto reconstruyeron los acontecimientos desde las memorias de una lucha política en defensa de un derecho que luego será varias veces retomado en la historia. Este actor colectivo se enmarcó fuertemente desde esa reivindicación sectorial —como estudiantes— y las identidades políticas dentro y fuera del peronismo parecieron ocupar un segundo lugar. Si bien algunos entrevistados enunciaron su participación en la lucha desde las organizaciones que ya integraban (PC y PRT-ERP) y expresaron cierto protagonismo desde esos espacios de militancia (Pfaffen respecto al “primer volante” de la lucha realizado desde el ERP), el acento estuvo puesto en la experiencia del ámbito estudiantil. Las trayectorias individuales posteriores del resto de actores marcaron la relevancia del episodio: para algunos/as la Lucha por el Medio Boleto fue la primera y última acción colectiva contenciosa que llevaron a cabo en aquel período y para otros/as fue el comienzo de una trayectoria militante que continuaría. Podemos analizarlo como los mecanismos de contienda política actuando en uno y otro caso: represión y desactivación de la movilización por un lado y radicalización por el otro.[103]
Por último, analizamos el Manzanazo. Luego de estudiar el acontecimiento y de reflexionar sobre las memorias del mismo, consideramos que: las consecuencias del proceso de huelga municipal con la destitución del intendente Puccio, los múltiples gestos y acciones de solidaridad de diferentes sectores sociales, la organización de ollas populares como redes que sostuvieron a los/as huelguistas, la resistencia a la represión y finalmente la satisfacción de las demandas de los/as trabajadores, marcó la memoria de los actores y el Manzanazo se ubicó como el triunfo de todo aquel proceso.
Resumen
Main Text
Introducción
Santa Fe, febrero de 1972
Lucha por el Medio BoletoEstudiantil mayo-julio de 1972
La lucha de los/asMunicipales y el "Manzanazo", junio de 1972
Conclusiones preliminares