Reseñas

El destape. La cultura sexual en la Argentina después de la Dictadura

Osvaldo Vartorelli
UNER, Argentina

De Signos y Sentidos

Universidad Nacional del Litoral, Argentina

ISSN-e: 1668-866X

Periodicidad: Anual

núm. 22, 2021

designosysentidos@fhuc.unl.edu.ar

Milanesio Natalia. 2021. Buenos Aires. Siglo XXI. 256 pp.. 978-987-801-056-4


En los últimos años, los estudios sobre la vida cotidiana y su relación con los fenómenos de modernización social y cultural han adquirido relevancia en las agendas de investigación. Los trabajos se han centrado en las décadas de los sesenta y setenta del siglo XX, incorporando temas como la familia (Cosse, 2006), la sexualidad (Cosse, 2010; Felitti; 2012), la juventud (Manzano, 2017), las religiosidades (Zanca, 2016), la violencia (Carassai, 2013), la música (Pujol, 2002) o el humor (Cosse, 2014). El libro que reseñamos complementa esta línea de estudios, aportando una historia cultural y política de la Argentina de principios de los ochenta, un contexto atravesado por la transición democrática. Publicado originalmente por University of Pittsburg Press en 2019, la editorial Siglo XXI ha tenido el acierto de encomendar una temprana traducción. Natalia Milanesio es Doctora en Historia por la Universidad de Indiana e investigadora de la Universidad de Houston (Estados Unidos), donde se encuentra a cargo de la cátedra de Historia Moderna Latinoamericana. A lo largo de su carrera ha estudiado el peronismo clásico y las clases trabajadoras desde un enfoque material, poniendo el acento en la cultura popular y sus formas de consumo.

El destape es definido como un fenómeno sociocultural sin precedentes, cargado de imágenes y narrativas sexuales que inundaron los medios de comunicación y el espacio público, y que décadas antes habían sido censuradas y reprimidas con dureza. Siguiendo las palabras de Milanesio: “la sexualidad en tanto discurso y en tanto práctica fue un ámbito donde la democracia se vivió y disfrutó de una manera palpable como en las elecciones, las marchas y las protestas” (p. 21). En efecto, el destape fue una manifestación fundamental en la democratización de una sociedad post autoritaria, por lo que su abordaje permite apreciar los vínculos entre la política, la libertad y el sexo.

En el primer capítulo se analizan las características y los modos de censura del discurso sexual durante la última dictadura y los cambios producidos en los primeros años de la democracia. En este sentido, el régimen dictatorial, en su ideario de promoción de la moral tradicional y de defensa de la civilización “occidental y cristiana”, venía incrementando y perfeccionando las formas de represión anteriores. Esto no significa que el sexo no haya tenido protagonismo, sino que quedaba relegado a la esfera de lo íntimo, degradado y separado del espacio público. Por su parte, el desgaste del régimen y la consiguiente derrota de Malvinas trajeron consigo un incipiente relajamiento, que se desarrollaría con mayor ímpetu durante el retorno democrático. Por ello, el destape puede entenderse como una respuesta frente a décadas de censura y represión. Rápidamente el sexo ganó relevancia pública, transformando la cultura visual y el consumo popular. El capítulo reconstruye con sumo detalle las altas demandas que alcanzaron entre la población el cine erótico, el porno soft y las revistas sobre sexo. Por otro lado, el nuevo gobierno y los grupos intelectuales asociaron el goce y la libertad sexual con los requisitos para alcanzar una sociedad moderna, abierta y democrática. El destape encontró su principal adversario en la Iglesia Católica (representada por el episcopado argentino) y en un amplio abanico de sectores laicos que son caracterizados como “ultracatólicos” (Liga de Madres, Acción Católica, Liga por la Decencia, entre otros). Estos sectores lo consideraron una “degradación de las costumbres” que amenazaba con socavar los lazos familiares, la infancia y los valores nacionales. Por consiguiente, trataron de organizar su propio contradestape a través de marchas públicas y gestos de resistencia que, en general, tuvieron poca convocatoria. Si bien la perspectiva ofrecida por Milanesio es correcta, quedan afuera otros actores católicos que hubieran cabido mejor en su caracterización; por ejemplo, poco o nada se dice de los nacionalistas y tradicionalistas católicos, representados por medios como Cabildo o Verbo, que leyeron al destape como una continuidad de la “subversión cultural”.

En el segundo capítulo se exploran los sentidos y significados del destape. Se advierte que, lejos de tener una expresión homogénea, estuvo cargado de contradicciones. Según la autora se trató de un “proceso incompleto de democratización del deseo” (p. 105). De ahí el cuestionamiento a su condición de fenómeno totalmente disruptivo o revolucionario. En efecto, si bien conllevó una mayor libertad sexual, su alcance fue restringido, reforzando una cultura heterosexual y patriarcal preexistente. Esto se hace evidente, por ejemplo, en las revistas que promovían el orgasmo y el empoderamiento femenino al mismo tiempo que los medios televisivos cosificaban y explotaban el cuerpo de las mujeres. A su vez, el cine apuntaba a crear la imagen de una mujer hipersexualizada destinada al consumo y ocio masculino. No obstante, también hubo películas que representaron la violencia y el sometimiento doméstico de las mujeres, así como los crímenes sexuales de la dictadura. Por otra parte, aunque el destape pretendió ser una metáfora de la primavera democrática, las identidades y minorías sexuales continuaron apartadas y negadas a nivel mediático.

El tercer capítulo se detiene en las actitudes y prácticas de la población respecto de la sexualidad. En particular, analiza el crecimiento de la sexología y su visibilización en los medios de comunicación, así como su impacto en la esfera de la intimidad. El retorno democrático permitió un mayor acceso a la información y fue clave en la revitalización de las relaciones sexoafectivas. Los expertos en sexología, por medio de terapias, manuales y charlas, ocuparon un lugar preponderante como divulgadores, siendo una pieza central en la normalización del sexo. Hubo una ruptura con los paradigmas represivos previos, tanto de la dictadura, que entendía lo sexual como algo culposo y ligado exclusivamente a la reproducción, como de la izquierda revolucionaria, que lo percibía como inhibitorio para los fines políticos. A través de la consolidación de la sexología, el sujeto heterosexual, cuya finalidad era la búsqueda de placer, se transformó en el centro de atención.

En el cuarto capítulo se abordan las instituciones promotoras de la planificación familiar y las políticas sobre educación sexual. En las décadas de los sesenta y setenta la educación sexual, las actividades y las discusiones públicas sobre las políticas reproductivas fueron limitadas. En general, los sectores peronistas, los sucesivos gobiernos de facto y la Iglesia Católica confluyeron en una mirada común: todos entendían que los objetivos de estas instituciones ponían en riesgo el crecimiento demográfico, la unidad familiar tradicional y la autoridad parental. La nueva etapa implicó un cambio, ya que las organizaciones pudieron resignificar la planificación familiar y la educación sexual escolar como un derecho humano y como uno de los ejes de la reconstrucción democrática. Además, durante el período democrático los especialistas se distanciaron de entender al destape como una expresión exclusiva del placer, propiciando un debate que tuvo en cuenta múltiples motivaciones como el progreso económico y la estabilidad personal.

El último y quinto capítulo se enfoca en el rol de los sectores del feminismo y los militantes de las comunidades gay y lésbica. Al igual que las organizaciones por los derechos humanos y los partidos políticos, estos grupos tuvieron una participación activa en la discusión pública, siendo centrales en la resurrección de la sociedad civil y en la politización del espacio público. El argumento de la autora es que esta militancia encarnó una ciudadanía sexual que expuso los límites del destape mediático y comercial atravesado por el modelo heteronormativo, visibilizando la represión y la discriminación institucional sufrida durante décadas. Sus luchas cobran relevancia en el epílogo, donde se repasan los legados del destape en una cultura mediática hipersexualizada que pendula entre la objetivación y la subjetivación sexual. La última década estuvo marcada a nivel global por la lucha de diferentes colectivos en pos de la reivindicación de derechos y libertades sexuales. En la Argentina estas demandas se hicieron patentes en expresiones como “Ni una menos” y en las movilizaciones de mujeres por la legalización del aborto en 2018-2020. Como contrapartida, también se han activado y reorganizado grupos opositores a través de instituciones religiosas y políticas (etiquetadas como “nueva derecha”).

La utilización de un considerable número de fuentes nacionales que incluyen entrevistas, prensa, revistas, informes, encuestas, publicidad gráfica y audiovisual y películas revela la solidez documental del trabajo (una de sus grandes virtudes). En este sentido, y pensando en otras escalas de observación, sería interesante ver los casos regionales o provinciales por fuera de los principales centros urbanos, ya que pueden introducir matices y variaciones. Sin dudas, esta exploración pionera de la cultura sexual argentina de los ochenta sienta las bases para futuros estudios que aborden las décadas más recientes o que se focalicen, de modo más microhistórico o biográfico, en las experiencias particulares de los diferentes colectivos y figuras.

De lectura afable y escrita con claridad, la obra de Milanesio es un ejemplo de buena historiografía; no solo por su riqueza metodológica y teórica, sino también por tener un compromiso con el presente. Ojalá pueda ser emulado.

Referencias bibliográficas

Carassai, S. (2013). Los años setenta de la gente común. La naturalización de la violencia. Buenos Aires: Siglo XXI.

Cosse, I. (2006). Estigmas de nacimiento. Peronismo y orden familiar (1946-1955). Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Cosse, I. (2010). Pareja, sexualidad y familia en los años sesenta: una revolución discreta en Buenos Aires. Buenos Aires: Siglo XXI.

Cosse, I. (2014). Mafalda: historia social y política. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Felitti, K. (2012). La revolución de la píldora: sexualidad y política en los sesenta. Buenos Aires: Edhasa.

Manzano, V. (2017). La era de la juventud en Argentina: cultura, política y sexualidad desde Perón hasta Videla. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Pujol, S. (2002). La década rebelde: los años 60 en la Argentina. Buenos Aires: Emecé.

Zanca, J. (2016). “La fluidez de la frontera. Religión y sociedad en la Argentina de los años sesenta” en Di Stefano, R. y Zanca, J. (Comps). Fronteras disputadas: religión, secularización y anticlericalismo en la Argentina (siglos XIX y XX). Buenos Aires: Imago Mundi.

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