Apuntes

Sobre: Las humanidades por venir. Políticas y debates en el siglo XXI, de Sandra Contreras y José Goity (coordinadores), Rosario: Humanidades y Artes, 2020.

Magdalena Cámpora
Universidad Católica , Argentina
CONICET, Argentina

El taco en la brea

Universidad Nacional del Litoral, Argentina

ISSN: 2362-4191

Periodicidad: Semestral

vol. 8, núm. 13, 2021

eltacoenlabrea@gmail.com

Contreras Sandra, Goity José. Humanidades y Artes. 2020. Rosario. Humanidades y Artes


DOI: https://doi.org/10.14409/tb.v1i13.10238

La última novela de Emmanuel Carrère, Yoga, invoca una sentencia de la tradición judía de interesante actualidad: «¿Querés hacer reír a Dios? Contale tus planes». Organizado en abril de 2019, en un contexto político de críticas a la investigación en ciencias sociales y humanas motivado por el plan de achicamiento del Estado que promovía el macrismo, el congreso «Las humanidades por venir. Políticas y debates en el siglo XXI» buscaba dar respuestas a una coyuntura de ajuste y descalificación de las humanidades. Se trataba entonces, a partir de perspectivas disciplinares múltiples y de figuras reconocidas del campo, de pensar nuevos objetos de estudio «en el tiempo de los algoritmos» (51), y también de analizar y desestructurar los usuales ataques en contra de las humanidades elaborados desde el sentido común y la lógica del mercado. Este era en parte el futuro problemático de las humanidades en abril de 2019, en ciegas vísperas de 2020. ¿Ciegas? De modo singular las respuestas a una coyuntura iluminan otra, totalmente inesperada; leídas a la luz de la pandemia de Covid‒19 que azota al mundo, las 350 páginas del libro pensado y coordinado por Sandra Contreras y José Goity colocan el debate en torno a la naturaleza, el valor y los usos de las humanidades en un lugar nuevo.

En efecto, una de las tantas paradojas de la pandemia fue que allí donde debían retirarse con mayor presteza las inútiles humanidades que no buscaban una vacuna, fue donde las humanidades se requirieron primero e incluso con alguna urgencia. Lo cierto es que los medios se llenaron de tribunas y de reflexiones de críticos, lingüistas, filósofos, juristas, reproducidas a mansalva en las redes sociales por usuarios que en nada vivían de la tan vilipendiada financiación pública. De este modo toda la materia propia de las disciplinas humanísticas fue movilizada, desde la reflexión filosófica hasta el análisis gramatical: textos sobre la contingencia y el control, la comunidad, el lugar del Estado; sobre la necesidad de simbolizar y de pensar lo cotidiano, sobre ficcionalidad y distopía; sobre el tenor lingüístico de la comunicación pública, la semiología de su difusión; sobre las implicancias genéricas y sociales del acto del cuidado («care»); sobre desigualdad y educación, educación y revolución digital... y un largo etcétera. También se incorporaron a los hogares el hombre pascaliano tapiado entre cuatro paredes, La peste de Camus, inesperado best seller, y el médico medieval que en tiempos de plaga llevó máscara negra con pico de pájaro (apenas un año antes, desde los más altos estamentos del Estado, el lugar de esas representaciones en este nuestro mundo se declaraba, junto con la historia medieval, del todo obsoleto).

¿Desde dónde miramos y cómo, y con qué esbozos de autoanálisis? Los trabajos reunidos en Las humanidades por venir recuperan un saber que instituye su legitimidad en la relación ilustrada entre emancipación y conocimiento, pero esa tradición a su vez se encuentra situada: en la Argentina, en América del sur, en 2020, en órdenes económicos y políticos que no reconocen necesariamente la legitimidad de las humanidades. Uno de los puntos más interesantes del libro es el modo en que dialogan la serie que despliega conceptual y analíticamente el valor de las humanidades, sus puntos ciegos, sus lecturas del presente, con la serie que estudia las condiciones materiales de su producción en la Argentina. Así, por un lado, el lugar «en las orillas» que históricamente ocuparon las mujeres en las humanidades (Dora Barrancos); el análisis de la relación de violencia con el animal y la naturaleza, que sostiene otras formas de explotación, en primer lugar la de las mujeres (Mónica Cragnolini, Víctor Vich); el pensamiento crítico, histórico y político sobre categorías, conceptos y formas en la definición de lo humano (José Emilio Burucúa, Alejandro de Oto, Juan Bautista Ritvo); la defensa de la gratuidad y la oposición entre creación y producción (Pablo Oyarzún); el estudio de los modos de la imaginación y su trasmisión (Nora Catelli); la potencia de las humanidades y las ciencias sociales para pensar los modos de subjetivación propios del orden neoliberal (Mario Pecheny y Luca Zaidan); la necesidad de una distancia analítica de los «datos», en la hora de la revolución digital (Néstor García Canclini, Nicolás Quiroga). Archivo, espacio público, transmisión, instituciones, universidad, nuevas formas de gestión del conocimiento son algunos de los conceptos que la lectura interdisciplinar (los trabajos de Beatriz Bragoni y de Sandra Carli) pone de relieve. En simultáneo se despliega la serie que piensa las condiciones del trabajo intelectual en la Argentina: la configuración histórica de las humanidades (Eduardo Zimmermann); su difícil desarrollo institucional en condiciones marcadas por la discontinuidad de las políticas públicas, la precariedad, la violencia política de nuestra historia (Analía Gerbaudo); las figuras del ensayista, del profesor universitario, del investigador y la relación de esos lábiles estatutos con las políticas de evaluación científica (Eduardo Rinesi); el modo en que centro y periferia siguen siendo nociones operativas para pensar la circulación internacional de ideas a través del estudio de los flujos de traducción de textos de ciencias sociales y humanas (Gustavo Sorá); la importancia de espacios institucionales de reflexión teórica, gratuita, cuya necesidad se percibe justamente allí donde no pueden darse, como sería el caso de la enseñanza del derecho en la Argentina (Roberto Gargarella). Así, la pregunta recurrente es por la relación entre pensamiento y condiciones de posibilidad de la actividad intelectual en la Argentina: en las múltiples respuestas a esa pregunta se juega parte de la novedad del libro, que desplaza un modo ya casi tópico de defensa de las disciplinas humanísticas. Con frecuencia, ante la demanda de aplicabilidad inmediata del conocimiento, el debate en torno a las humanidades suele moverse entre los polos opuestos del valor y del uso, y en ese movimiento atascarse entre la (a veces afligente) apología de su utilidad y la orgullosa defensa de su gratuita autonomía. Por decirlo de otro modo, la lógica neoliberal cavó esa brecha que opone, para descalificarlas, valor y usos de las humanidades; leído en 2021, el libro, de acceso abierto en la red, permite salir de ese atasco en el que el debate sobre las humanidades nunca hubiera debido entrar.

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