Dossier

Juan L. Ortiz: el por-venir del poeta

Juan L. Ortiz: the poet to come

Laura Soledad Romero
Universidad Nacional de Rosario, Argentina
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina

El taco en la brea

Universidad Nacional del Litoral, Argentina

ISSN: 2362-4191

Periodicidad: Semestral

vol. 10, núm. 16, e0079, 2022

eltacoenlabrea@gmail.com

Recepción: 01 Septiembre 2022

Aprobación: 13 Septiembre 2022



DOI: https://doi.org/10.14409/eltaco.8.16.e0079

Para citar este artículo: Romero, L.S. (2022). Juan L. Ortiz: el por−venir del poeta El taco en la brea, (16) (junio–noviembre). Santa Fe, Argentina: UNL. e0079 DOI: 10.14409/el taco.8.16.e0079

Resumen: En el siguiente texto reconstruiremos algunos puntos de anclaje que posibilitaron la confección del presente dossier desde las expectativas primeras hasta las dificultades epistemológicas que representa hacer crítica de poesía desde una revista académica. En la presente introducción abordaremos los puntos centrales (o marginales) que nos deja este compendio dedicado a la obra poética de Juan Laurentino Ortiz para, una vez más, abrir el espacio de interrogación, de escucha y de proyección poética.

Palabras clave: poesía argentina, publicaciones periódicas, obra completa, publicaciones académicas, crítica literaria.

Abstract: In the following text we will reconstruct some anchor points that made possible the preparation of the present dossier from the first expectations to the epistemological difficulties that making poetry criticism from an academic journal represents. In this introduction we will address the central (or marginal) points that this compendium dedicated to the poetic work of Juan Laurentino Ortiz leaves us in order to, once again, open the space for questioning, listening and poetic projection.

Keywords: Argentine poetry, periodical publications, complete work, academic journals, literary criticism.

Introducción

Este dossier convoca un diálogo en torno a la poesía de un poeta nacido a finales del siglo XIX en la zona del litoral argentino. ¿Qué significa que en el siglo XXI (año 2022) insistamos con la lectura de un poeta de otro «tiempo» y nos preguntemos por el por-venir de su poesía? La poesía orticiana asedia una y otra vez, como tantos otros espectros de la literatura argentina. Jacques Derrida señalaba que una de las modalidades en las que actúa el espectro es al modo del asedio (1995:31) y, en tanto lógica del asedio, no se limita al acoso, sino también al desquicio, al estar dislocado, lo que conlleva, en última instancia, un estar fuera del tiempo (outof joint). Quisiera recuperar esta imagen para pensar las implicancias en el juego literario de leer desde el presente autores del «pasado» y me gustaría retener en esta escena el gesto archifilológico de Raúl Antelo cuando señala: «no es la representación del algo ya dado, sino la idea o el gesto crítico que nos permitan barajar y dar de nuevo, porque nunca se repite lo pasado, sino que sólo se accede a aquello que de ese pasado camina hacia el futuro» (2015:263).

Por otro lado, quisiera recuperar otro gesto, anacrónico quizás, y me refiero a la convocatoria de una reunión de textos en torno a un autor frente a la tendencia de la crítica de pensar corpus de investigación que se construyen a partir de objetos múltiples, heterogéneos, transdisciplinar. Este corpus se instala en torno a un poeta y desde la poesía piensa lo múltiple. Qué raro sentido del tiempo, entonces, nos convoca a esta lectura colectiva.

No quisiera dejar de señalar las condiciones materiales y vitales en las que se gestó este dossier, pues no solo hace a la vida de los y las autoras sino también de los que sostienen las revistas. La convocatoria se hizo en plena pandemia de Covid 19, hasta llegar a este momento de relativa estabilidad, año de publicación del presente dossier. Creo necesario rescatar ese momento de escritura porque hace a las condiciones de trabajo y a los desafíos que implicó el armado de este entramado de lecturas.

Quisiera pensar este dossier como un intento más de detención en el tiempo y una apuesta que es siempre un por-venir a los fines de, quizás, arribar a otras orillas de un tiempo que convoque la demora. Al pensar en la poesía y más precisamente en la poesía de Ortiz podríamos preguntarnos si dicha poesía no implicaría un imposible frente a las temporalidades del presente marcadas por el aceleracionismo. Si lo posible es lo que acontece, la poesía orticiana sería una prerrogativa (de una vivencia otra) en los márgenes de una experiencia imposible; me refiero aquí explícitamente a una detención en la experiencia, detención y demora que por otra parte es condición de toda posibilidad de experiencia literaria.

Los modos de publicación: entre el libro, la revista y el paper

En los últimos años, más concretamente después de la aparición de la primera edición de la Obra Completa de Juan L. Ortiz a mediados de la década del noventa, se han multiplicado las escrituras sobre la vida y la obra del poeta entrerriano, desde tesis universitarias, artículos académicos, libros, hasta publicaciones en diarios, entre otros. Una conversación insiste y fluye a través de los años.

Recientemente, en el año 2020, hizo su aparición la segunda edición de la Obra Completa editada por la editorial de la Universidad Nacional del Litoral en colaboración con la editorial de la Universidad Nacional de Entre Ríos. Lo que no es un dato menor es la política editorial de una universidad nacional asociándose con otra editorial universitaria para emprender la ardua tarea de edición.

La poesía y el poeta parecían retornar una vez más, con vehemencia, excediendo el marco de una editorial que nace desde la academia y saliendo a recorrer los pasillos rumorosos de los periódicos, las entrevistas a editores, la multiplicación de reseñas.

En su génesis de 1971, el proyecto de edición de la poesía orticiana fue llevado a cabo por la editorial de la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil a cargo de Rubén Naranjo, quien emprende la laboriosa tarea de editar por vez primera la obra compilada y reunida. Este trabajo contó con el asesoramiento y supervisión del poeta lo que provocó algunas singularidades en la edición, pues el mismo Ortiz oficiaba, como bien señala Sergio Delgado, como un poeta editor cuyos requerimientos y exigencias sobre la edición de su obra retardaban y dificultaban los plazos de edición.

Pero no eran esos precisamente los únicos «obstáculos» que marcarían el destino de las publicaciones del poeta. El ámbito literario no era (no es) ajeno a los golpes por los tumbos de la historia política y social argentina. Hablamos de un poeta situado en Argentina y desde una comarca (el Litoral) desde donde escribía su poesía y leía el mundo.

De aquella célebre y serena edición de portada gris perlada con leves ramas hasta la edición de la Obra completa en 1996 a cargo de Sergio Delgado quien, junto con el equipo editorial, en el ejercicio de edición, imprime un modo de editar y pensar al poeta con —y sin— el poeta (ya no está el autor, quedan solo los poemas y el recuerdo a modo de herencia, el discurso de los «amigos»), ha transcurrido un largo proceso de reactualización y revitalización de la obra.

Ahora bien, si se transitan los caminos paralelos de las ediciones nos encontramos ante una serie de textos correspondientes a otra esfera de difusión y de práctica desde la coyuntura que es encarnada por las publicaciones periódicas. Las revistas actuaron en la coyuntura y retuvieron cierto carácter acontecimental de la recepción: por su multiplicidad (revistas de corte liberal, de partidos de izquierda, etc.) abrieron un abanico singular de diferencias y similitudes. Como señala Sylvia Saítta: «Las revistas son el mejor modo de leer el presente de cualquier momento del siglo. Es ver qué se está discutiendo, quiénes son los que participan. Las revistas se contestan, se arman las polémicas» (2019).

Ante las diversas apariciones de la poesía de Ortiz y los textos críticos podemos destacar los monográficos de Diario de poesía y de la revista de literatura Xul. En cuanto a esta última, poco después de la primera edición de la Obra completa, el número doce fue íntegramente dedicado a la obra del poeta bajo el título «Los poemas perdidos de Juan L. Ortiz». El número reunía una gran cantidad de dibujos del poeta y una colección de poemas inéditos, muchos de ellos de juventud, y dos poemas inéditos de madurez. Además se sumaron las traducciones que elaboraba Ortiz (en especial de poetas chinos).

Diario de poesía destaca, en 1986, la necesidad de nuevas ediciones y reediciones para auspiciar la compilación de inéditos, traducciones, entrevista, e ir tras el legado orticiano, anticipando ya el montaje editorial de la edición de la obra completa.

Sin embargo, en el lapso que va desde las primeras apariciones (recordemos la crítica en la Revista Multicolor en el año 1933) hasta el año 2022 el mundo ha cambiado (un sinfín de veces) y con ello indefectiblemente los modos de trasmisión y circulación del «saber». Las formas de mediación entre la «obra» y los lectores se ha configurado también como parte del camino del quehacer crítico. Al menos en Argentina, podríamos situarlo pos años 90, década en que el universo de circulación de las revistas literarias y culturales queda reducido. Cambios en los modos de leer y trasmitir que no se pueden leer separados de lo que significó a nivel mundial la aparición de Internet y la consecuente digitalización del mundo de las revistas (hoy la mayoría de las publicaciones son en línea). Esto se conjuga con la necesidad cada vez más acuciante de adaptarse a los nuevos parámetros de profesionalización (particularmente estamos pensando en el área de las ciencias humanas).

A raíz de esta serie de transformaciones vertiginosas quisiera brevemente indagar las constelaciones en las cuales se inscribe un dossier en la práctica del trabajo académico. Posiblemente el trabajo que aquí presentamos constituya el primer dossier dedicado al poeta en una revista académica y eso inaugura una serie de cuestiones que consideraré a continuación.

Es en esta instancia donde se tensionan, como señala Analía Gerbaudo, los campos disciplinares en los habitus del campo literario y los habitus del campo científico que son solicitados por más de un modo de transitar las prácticas. Uno de los problemas que se encuentra en la génesis de las exigencias de investigación radica en el traslado de los modelos de las ciencias naturales al resto de las ciencias. Esto se hace más acuciante en las áreas de humanidades. Aunque, como sugiere Gerbaudo, hay grietas entre los campos, es decir, no niega el carácter problemático y tensional, pero esa misma grieta actúa como potencia de posibilidad: «Es porque hay grieta que hay batallas por la definición de los modos de tramitar las prácticas» (2021:184).

De los trabajos y los autores. Los modos del ensayo

Los autores del presente dossier pertenecen, de alguna u otra manera, al mundo académico universitario. Sin embargo, también se sitúan desde otras esferas; en su mayoría se trata también de editores, traductores, y sobre todo escritores y poetas. Con sus variaciones, se puede considerar, a partir del proceso de lectura del dossier como corpus, una marcada impronta ensayística, esto es, la puesta en juego de la subjetividad de los autores que, sin embargo, no renuncia al diálogo con los especialistas de la comunidad que participan de la lectura e interpretación de la obra de Ortiz (Giordano, 2005:262−263). El lector encontrará que el gesto ensayista a veces se disemina en el encuentro de una escritura de prosapia autobiográfica que por momentos bordea y horada los cánones académicos de escritura. Considero que estas tensiones nos muestran algo de la vitalidad de la escritura y que las fricciones que acontecen en los cruces y tensiones son como señala Gerbaudo:

Acciones motorizadas por la participación en más de un campo, en más de una práctica: escritores que investigan y que enseñan en las universidades, investigadores que se apropian de gestos literarios para «interrogar» prácticas del campo de pertenencia, escritores que se inspiran en prácticas de investigadores que también son profesores universitarios para dar rienda suelta a nuevas configuraciones de su escritura (2021:184)

Si de gesto ensayístico se trata, no se puede eludir el gesto autobiográfico cuando algunos de los autores del presente dossier intervinieron en la construcción de la historia de las lecturas orticianas: Delgado con la célebre edición de la obra completa (quien hace de las «notas» una lectura minuciosa de la poesía orticiana) y convoca a los grandes críticos tales como Martín Prieto, Daniel García Helder, María Teresa Gramuglio, entre otros, a los fines de entablar un primer diálogo de la crítica literaria con la edición de la obra. También colabora en este número Roberto Retamoso, quien junto con Héctor Piccoli, escribió un célebre texto en la historia del CEAL en el Capítulo 105.

Me gustaría señalar que, si bien la convocatoria al dossier fue abierta respondiendo así a los requisitos de la revista, el criterio de selección procuró como requisito personal contar con la presencia de mujeres en el número. La condición fue pergeñar un dossier habitado por mujeres en sus múltiples disposiciones, ya sea las críticas que participaron o las voces críticas de mujeres que se ponen en escena. Aspecto que es materializado a partir de la escritura en el artículo de Gabriela Milone, cuya referencia a las voces femeninas es un modo de leer en comunidad con «amigas», lo cual no deja de ser una apuesta ética y política, pero que a la vez resulta en este texto una apuesta epistemológica.

Delgado, en tono autobiográfico, ensaya algunas conjeturas de la vida del texto y en especial la vida de la edición. Piensa esta en su carácter inhumana, ya que responde a sus propias reglas y pervive y sobrevive al autor al tiempo que excede las intenciones de su editor. En el texto del escritor editor, un eco se trasmuta y es el eco de la pregunta por la proyección de la obra y del poeta. En gran parte, su pregunta por el por−venir del poeta fue lo que movilizó en primera instancia la propuesta de este dossier.

Ante la pregunta por la vida y el por−venir, hay un resto inapropiable que excede toda condición de intercambio y que reclama otras lógicas de ser y estar que no son posibles desde los esquemas de la subjetividad moderna. En este enclave gravita «La poesía de Juan L. Ortiz y lo inapropiable», el texto de Clelia Moure. Un texto que desde su argumentación se construye entre la afirmación y el peligroso «quizás», pues recupera y ahonda en el carácter tensional no resuelto de la poesía orticiana que opera en los márgenes de la metafísica occidental. Pero por otro lado Moure sostiene: «Afirmo que en Ortiz hay pensamiento del paisaje, de la humanidad, de la injusticia, del abismo y de la sombra que penetran la vida». Hacer de la palabra poética pensamiento poético, es restituir el carácter biopoético del pensamiento literario de la vida (Yelin, 2020).

El texto de Moure dialoga con «Juan L. Ortiz: libro, vida, cosmos», de mi autoría, un texto que retoma la vieja cuestión del sujeto, categoría que tensiona y diluye valiéndose de algunas conceptualizaciones derridianas para a partir de allí exponer un carácter ético y político en la poesía orticiana, cuyo despliegue, a su vez, trae aparejado un replanteamiento de las relaciones entre política y poesía o, de modo más general, entre literatura y política.

Silvio Mattoni, en su artículo «El niño de los perros: rasgos de la melancolía en algunos escritos de Ortiz», retoma la problemática de los animales domésticos en la poesía orticiana, en este caso el perro, y lo hace desde la teoría freudiana. Entrelaza la comunicación entre el niño y el perro y su peculiar relación con el lenguaje, un tipo de comunicación gestual, pero por sobre todo íntima. El ensayista recupera a Freud a través del desbaratamiento del presupuesto de la soberanía del humano frente al lenguaje (pero lo relaciona a los niños y las voces de animales como los lugares del padre). Así teje, entre las diferentes escenas de sufrimiento de niños y animales, una disposición del poeta que se mueve entre lo decible y lo indecible y entre se construye la melancolía orticiana.

Mucho se ha hablado de las relaciones de la poesía orticiana con el simbolismo. Retamoso, en «La poesía como espacio y visión», retoma esta relación de manera concreta a partir de una imagen de Mallarmé para entrar en un diálogo espacial con la escritura orticiana en La orilla que se abisma. El espacio de la hoja conlleva a territorios visuales que conectan ambas producciones de modo particular y significativa.

Siguiendo la huella simbolista, Edgardo Dobry, con el artículo «Juan L. Ortiz en la línea del poema celebratorio americano», retoma las figuras de Mallarmé y de Verleine y su importancia en la poesía de Ortiz, pero a su vez amplía el horizonte proponiendo una peculiar relación con la poesía norteamericana, en particular de Walt Whitman, e inscribiendo nuevas filiaciones y una posibilidad para seguir pensando en la constelaciones de la poesía americana y latinoamericana.

Del espacio de la escritura a las resonancias sonoras: en ese camino Milone contribuye con una singular prosa ensayística y poética para poner en juego un término (o más bien una invención) que fluye a lo largo de todo su texto. Se trata de la propuesta de una fon/ética para postular que todo carácter asertivo del lenguaje lleva consigo la continua interrogación. Así encuentra en la escritura orticiana resonancias que permiten pensar un ethos expandido.

Los textos seguirán hablando por sí mismos. Me gustaría cerrar con un agradecimiento a los y las autores por confiarme sus trabajos y colaborar con este número. Finalmente quisiera agradecer a la revista El taco en la brea por dar lugar para que todo esto acontezca.

Referencias bibliográficas

Antelo, R. (2015). Archifilologíaslatinoamericanas. Lecturas tras el agotamiento. Ediciones Eduvim.

Derrida, J. (1995). Espectros de Marx. Editorial Trotta.

Gerbaudo, A. (2021). El juego que jugamos. Los habitus de los campos literario, universitario y científico (Argentina, 1958−2015). Revista Badebec, 11(21). https://revista.badebec.org/index.php/badebec/article/view/519

Giordano, A. (2005). Lo ensayístico de la crítica académica. En Modos del ensayo (pp. 261−266). Beatriz Viterbo.

Saítta, S. (2019). La historia argentina contada a través de revistas culturales: de qué se trata el proyecto AHIRA. https://www.infobae.com/cultura/2019/05/02/la-historia-argentina-contada-a-travesde-revistas-culturales-de-que-se-trata-el-proyecto-ahira/

Yelin, J. (2020). Biopoéticas para las biopolíticas. El pensamiento literario ante la cuestión animal. Latin America Research Commons.

Información adicional

Para citar este artículo: Romero, L.S. (2022). Juan L. Ortiz: el por−venir del poeta El taco en la brea, (16) (junio–noviembre). Santa Fe, Argentina: UNL. e0079 DOI: 10.14409/el taco.8.16.e0079

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