La ilusión de la equivalencia
Analía Gerbaudo
Universidad Nacional del Litoral – CONICET, Argentina
agerbaudo@fhuc.unl.edu.ar
Para citar este artículo↑
Gerbaudo, Analía (2019). La ilusión de la equivalencia. El taco en la brea, 9 (diciembre–mayo), 2–4. Santa Fe, Argentina: UNL. DOI: 10.14409/tb.v1i9.8183
En relación con mis recuerdos, debería elegir el modelo de la conquista lenta y difícil de la lectura en un mundo social en el cual los libros eran raros, sino ausentes. En tal caso, libro y escuela se confunden. Sea porque los libros poseídos son los que la escuela procura o exige y que su lector debe traer en una pesada cartera, o bien porque los libros de lectura de entretenimiento son los del programa escolar (…). En las infancias sin (muchos) libros, la aproximación a la literatura, a los libros que tienen fuerza, densidad, belleza, supone mediaciones.
Roger Chartier, «Leer sin libros»
«—Estoy de acuerdo con la tortura»; «—A nosotros, los brasileros, no nos gustan los homosexuales. Brasil no está preparado para eso. Ningún padre puede estar orgulloso de tener un hijo gay. ¡Qué orgullo! ¿Organizar una fiesta porque se tiene un hijo gay en la familia? —Y si su hijo se enamorara de una mujer negra, ¿Cómo reaccionaría usted? —No voy a hablar de promiscuidades. Además no hay ningún riesgo de que eso suceda: mi hijo ha sido bien educado». Las expresiones son de Jair Bolsonaro y están tomadas de una conversación sostenida durante su campaña electoral del año pasado. Fueron recogidas en la emisión L’esprit public de France Culture del 4 de noviembre de 2018. Dicha emisión hace serie con otras que discuten los nuevos «populismos de derecha», también llamados «nacional−populismos» (Chartier 2018) o «populismos de las elites» (Mouffe). Estos pasajes extremos intentan llamar la atención sobre una de las derivas de ciertos modos de leer. Sobre ella ha girado la conferencia magistral dictada por Roger Chartier durante el último congreso de la Asociación Española de Didácticas de la Lengua y de la Literatura celebrado en Almería en noviembre de 2018. En su presentación, Bolsonaro es el «caso» que le permite visualizar una hipótesis que atraviesa su recorrido. Una hipótesis no exenta de cierto estado de alerta: Chartier llama la atención sobre los efectos diferenciales que tienen los modos de leer sobre las prácticas no solo profesionales. Se concentra en dos que, si bien parecieran inescindibles de las tecnologías a los que están asociados, en verdad traducen habitus consolidados y/o desmontados vía la educación, según las circunstancias: distingue, de este modo, la «lectura en pantalla» y la «lectura en papel», en parte también como metáforas de posiciones respecto de la lectura.
Chartier caracteriza la «lectura en pantalla» por su «discontinuidad» y por su «fragmentación»: orientada por lo general por «rúbricas» o «palabras clave», no exige la comprensión del texto del que se desprende. Por ejemplo, cuando se trata de revistas, es usual que solo se lea el artículo que interesa separado del número en su conjunto o, en su defecto, que solo se lean los fragmentos del artículo al que ha conducido el buscador vía las «palabras clave». Se trata de lecturas transidas por la ansiedad y por la impaciencia: el frenesí de la resolución rápida y la necesidad del uso inmediato genera saltear el análisis de la lógica narrativa y argumentativa de la construcción textual. Este modo de transitar los textos afecta, se sabe, no solo a las prácticas del campo intelectual: si creemos, junto a Jacques Derrida, que «Il n’y a pas de hors texte» (228), se advertirá la gravedad del asunto. Chartier explica la emergencia de un fenómeno mundial vía este modo de leer, movido por consignas y rúbricas, poco analítico respecto de los argumentos construidos en las formulaciones: se trata, nada menos, que del resurgimiento de los «nacional−populismos».11. Se advertirá l (…) El caso que toma para su análisis es el triunfo de Bolsonaro en Brasil cuya campaña se diagramó desde la explotación de la lógica del fragmento vía las redes sociales pero fundamentalmente, vía Whatsapp. Chartier advierte respecto de la ilusión alrededor del principio de «equivalencia» entre un modo de leer y otro: encuentra un «nuevo orden mundial del discurso» que solo puede ser percibido en su faz engañosamente democrática y democratizadora si se cuenta con los capitales culturales que permitan advertir los mecanismos de manipulación. Se trata de operaciones sutiles y sistemáticas, articuladas desde los poderes mediáticos, económicos y políticos atravesados por el imperialismo de la «lógica comercial» y por nuevas formas del colonialismo cultural.
Envío al texto de Chartier (seguramente en breve a publicarse por la revista Álabe, institucionalizada en la misma sede donde se organizó el congreso y llevada adelante por el mismo equipo de profesores) dado que vuelve sobre el lugar clave de la educación y de la formación: ¿cómo formar a quienes forman para poder hacer lugar a una verdadera alfabetización crítica? ¿Cómo distribuir los instrumentos que permiten la lectura crítica?
Es inevitable la referencia a los conceptos de «capital cultural» y de habitus de Pierre Bourdieu. En la inteligente compilación La libertad por el conocimiento, varios de sus discípulos analizan la potencia de estos conceptos para develar mecanismos sociales que, una vez puestos a la luz, podrían ser modificados vía la educación. Pocos textos en el campo de las humanidades son tan importantes en términos de alerta pedagógica como Los herederos, La reproducción y La distinción. Se puede inferir que, con los capitales culturales necesarios, se puede atravesar (y explotar) lo que ofrecen las nuevas tecnologías de información sin quedar atrapado en sus redes. Lo que se ve afectado, en cada caso (es decir, en la diferencia entre poseer y no poseer estos capitales) es nada menos que la construcción del sentido. El desafío tal vez consista en hacer de esto un programa de intervención, necesariamente de orden «nano» (no se puede nada en otro orden desde la universidad, ya sea desde la investigación como desde la enseñanza y la extensión), sin con−fundirlo con una moral. Ninguna interpelación tendrá éxito desde ese lugar. Se trataría de un programa destinado, fundamentalmente, a los lectores no−herederos: a esos para quienes «leer es una conquista» (Chartier 2017) y el libro, un objeto no incluido entre los «bienes de familia». Se trata de ese tipo de lectores que fueron Chartier, Bourdieu y Derrida (por citar a los tres autores de los que se tomaron los conceptos que estructuran esta nota): lectores esforzados que construyeron sus capitales en diálogo con las instituciones cuyos «mecanismos», obsesivamente, cada uno, desde lugares diferentes, contribuyó a develar.
Referencias bibliográficas
Bolsonaro, J. (2018). Fragmentos citados por Emilie Aubry en la emisión L’esprit public. Radio France Culture. París, 4 de noviembre.
Bourdieu, P. (1979). La distinction. Critique sociale du jugement. París: Minuit.
Bourdieu, P. y Passeron, J. (1964). Les héritiers. Les étudiants et la culture. París: Minuit.
---. (1970). La reproduction. Eléments pour une théorie du système d’enseignement. París: Minuit.
Bouveresse, J. & Roche, D. (2004). (Ed.). La liberté par la connaissance. Pierre Bourdieu (1930−2002). París: Collège de France-Odile Jacob.
Chartier, R. (2017). Leer sin libros. Álabe, (15). http://dx.doi.org/10.15645/Alabe2017.15.10
---. (2018). El orden de los libros y las prácticas de lectura. Las disciplinas humanísticas en el mundo digital. XIX Congreso de la Sociedad española de Didáctica de la Lengua y de la Literatura. Almería: Universidad de Almería.
Derrida, J. (1967). De la grammatologie. París: Minuit.
Laclau, E. (2005). La razón populista. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2009.
Mouffe, Ch. (2017). Entrevista durante la emisión de La Grande Table. Radio France Culture. París, 27 de marzo.
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Chartier, R. (2017). Leer sin libros. Álabe, (15). http://dx.doi.org/10.15645/Alabe2017.15.10
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Derrida, J. (1967). De la grammatologie. París: Minuit.
Laclau, E. (2005). La razón populista. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2009.
Mouffe, Ch. (2017). Entrevista durante la emisión de La Grande Table. Radio France Culture. París, 27 de marzo.
Se advertirá la distancia entre este término y los planteos alrededor del «populismo» por Ernesto Laclau (2005) cuyos desarrollos fueron usados, entre otros, para caracterizar las políticas desarrolladas por las gestiones estatales latinoamericanistas del Cono Sur durante la primera década del siglo XXI. Con los términos «nacional populismos» (Chartier 2018) o «populismos de derecha» (Mouffe) se describen los recientes movimientos registrados en las gestiones estatales de Brasil, Italia y Estados Unidos. entre otros países.