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El dinero como soporte material de la disputa por el sentido de la nación: estudio del peso argentino desde una perspectiva semiótica

Money as the material support for the dispute over the sense of the nation: a study of Argentinean peso from a semiotic perspective

Sebastián Moreno Barreneche *
Universidad ORT, Uruguay

Estudios Sociales. Revista Universitaria Semestral

Universidad Nacional del Litoral, Argentina

ISSN: 0327-4934

ISSN-e: 2250-6950

Periodicidad: Semestral

vol. 64, núm. 1, e0046, 2023

estudiossociales@unl.edu.ar

Recepción: 06 Septiembre 2022

Aprobación: 07 Abril 2023



DOI: https://doi.org/10.14409/es.2023.64.e0046

Para citar este artículo: MORENO BARRENCHE, SEBASTIÁN «El dinero como soporte material de la disputa por el sentido de la nación: estudio del peso argentino desde una perspectiva semiótica», en: ESTUDIOS SOCIALES, revista universitaria semestral, año XXXII, n° 64, Santa Fe, Argentina, Universidad Nacional del Litoral, enero-junio, 2023

Resumen: En mayo de 2022, el gobierno encabezado por Alberto Fernández presentó nuevos diseños para los billetes del peso argentino. Este acontecimiento reactivó la disputa semiótico-discursiva existente en Argentina respecto a la iconografía a utilizar en el diseño de la moneda nacional que, en los últimos 25 años, ha oscilado entre estrategias que priorizan la inclusión de personalidades y acontecimientos históricos y las que priorizan la inclusión de paisajes naturales y especímenes de la fauna considerada autóctona. Este artículo estudia desde una perspectiva semiótica las dos enciclopedias locales en conflicto en esta disputa y argumenta cómo la moneda puede ser un espacio de disputa por el sentido de la nación.

Palabras clave: Dinero , Moneda, Argentina, Peso argentino , Identidad nacional.

Abstract: In May 2022, the government headed by Alberto Fernández presented new designs for the Argentine peso banknotes. This event reactivated a semiotic-discursive dispute existing in Argentina over the iconography to be used in the design of the national currency. Over the last 25 years, this dispute has oscillated between strategies that prioritise the inclusion of personalities and historical events and those that prioritise the inclusion of natural landscapes and specimens of fauna considered autochthonous. This article studies from a semiotic perspective the two local encyclopaedias in conflict in this dispute and argues how currency can be a space of dispute for the meaning of the nation.

Keywords: money, currency, Argentina, argentinean Peso, national identity.

I. INTRODUCCIÓN

En mayo de 2022, el gobierno encabezado por Alberto Fernández presentó públicamente los nuevos diseños para los billetes del peso argentino (MINISTERIO DE CULTURA, 2022). En la nota de prensa publicada en el sitio Argentina.gob.ar titulada «Heroínas y héroes de nuestra historia vuelven a ilustrar los billetes de pesos argentinos», se señala que los personajes históricos seleccionados para sustituir la iconografía de los billetes actuales, vigentes desde el año 2016, «marcan el regreso de las personalidades históricas al papel moneda, recuperando así la memoria y el reconocimiento de heroínas y héroes nacionales que forjaron nuestro país».

Esta cita resulta relevante para la semiótica –la disciplina interesada en estudiar la producción, la circulación y el consumo de sentido y significación– por varios motivos. En primer lugar, porque contiene una referencia directa al concepto de memoria, que es central en los estudios recientes de semiótica social y cultural (VIOLI, 2014; LORUSSO, 2015; SALERNO, 2021; DEMARIA, 2006; PÁNICO, 2021), así como de otras ciencias sociales y humanas interesadas en dar cuenta de la producción colectiva de sentido (ASSMANN, 2008; ERLL, 2011; 2012; JELIN, 2019; 2021). Además, se utilizan las categorías de «heroínas» y «héroes» para referir a las personalidades históricas seleccionadas, una elección semántica que otorga determinada carga valorativa –axiológica, en términos semióticos– a individuos reales que, por algún motivo, se considera deben ser recordados y destacados a través de su presencia en la moneda nacional (DE GENNARO, 2016). Parece innegable que figurar en el diseño de un billete de la moneda oficial de un país confiere cierto estatus en términos de la importancia que se le otorga desde el estado a un individuo en el relato identitario nacional. En tercer lugar, hay una alusión indirecta al concepto de identidad nacional a través de la oración «que forjaron nuestro país»: lo que justifica la inclusión de estos personajes en la iconografía del papel moneda es la construcción de un «nosotros» en términos nacionales y patrióticos.

Además de estos aspectos específicos, que sin lugar a dudas son relevantes para quienes estudian la semiosis y la discursividad social, hay uno más de interés, vinculado con el contexto político: los nuevos billetes del peso argentino fueron diseñados por el gobierno encabezado por Alberto Fernández (político izquierdista, que asumió la presidencia en diciembre de 2019 secundado por la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner como vicepresidenta) y pretenden sustituir aquellos diseñados en el año 2016 durante el gobierno de Mauricio Macri (político derechista, presidente de Argentina entre 2015 y 2019 y uno de los principales opositores a la gestión de Fernández de Kirchner). De esta manera, el peso argentino parecería haberse transformado en un espacio de disputa por el sentido de la nación y por la pregunta respecto a qué enciclopedias locales deben ser utilizadas en la construcción de lo nacional.

El objetivo de este artículo es estudiar desde una perspectiva semiótica el peso argentino a través de las distintas iconografías que han sido utilizadas para su diseño a lo largo de los últimos 25 años. El análisis de tres series distintas dejará en evidencia una disputa existente en la esfera pública argentina respecto a qué enciclopedias locales destacar en la construcción de la identidad nacional desde la institucionalidad estatal. Esta disputa se materializa en una tensión de naturaleza semiótica que gira en torno a qué contenidos nacionales utilizar en el diseño iconográfico del peso argentino. De este modo, un soporte material tan banal y cotidiano como puede ser la moneda nacional se vuelve un espacio de disputa por el sentido de la nación y respecto a qué contenidos enciclopédicos utilizar en su construcción. Así, este artículo pretende expandir a partir de un estudio de caso la línea de investigación sobre el dinero y el papel moneda (GILBERT y HELLEINER, 1999; PENROSE, 2011; PAPADOPOULOS, 2015; ZELIZER, 1989; 2017), particularmente en América Latina (SOLACHE DAMIÁN, 2013; DE GENNARO, 2016; MORENO BARRENECHE, 2022).

II. MARCO TEÓRICO: DINERO, MEMORIA Y NACIÓN

En el acto de presentación de los nuevos diseños del peso argentino, que tuvo lugar en mayo de 2022, el presidente Alberto Fernández realizó una serie de afirmaciones que evidencian la relación entre el dinero, la memoria y la nación. En primer lugar, el mandatario sostuvo que «la moneda es un instrumento central para que recordemos quiénes hicieron la patria en la que vivimos». Además, al presentar a las personalidades seleccionadas para la nueva iconografía, señaló que se trata de «hombres y mujeres que no podemos olvidar porque deben servirnos de ejemplo constante en nuestras conductas». Finalmente, el presidente aludió a la serie que se reemplazará, que contiene animales de la fauna considerada como autóctona de Argentina, y afirmó: «que un animal reemplace figuras de la talla de San Martín y Belgrano... Me parecía imposible silenciarlos de lo cotidiano, de lo que circula por nuestras manos». Finalmente, argumentó que «aquí no hay una discusión sobre la pertinencia de que los animales autóctonos formen parte de nuestros billetes, es simplemente poner en valor nuestra historia», afirmación a la que siguió la siguiente frase: «algunos quieren borrar la historia, quieren que olvidemos y nosotros creemos que tener presente nuestro pasado nos ayuda a construir un mejor futuro» (LA NACIÓN, 2022). Las afirmaciones de Fernández servirán como punto de partida para la discusión de la relación existente entre el dinero, la memoria y la nación, con un foco en el concepto de nacionalismo banal (BILLIG, 1995; 1998; SKEY y ANTONSICH, 2017), que resulta pertinente a la luz del objetivo de este estudio.

Una de las afirmaciones del mandatario refiere a la vida cotidiana: el dinero en efectivo forma parte integral de la vida cotidiana de las personas. Precisamente por su cotidianeidad, quienes lo usan tienden a darlo por sentado y no prestar atención a los sentidos que este vehiculiza. Además de su función utilitaria en el plano económico, el dinero vehiculiza significados sociales, tal como señaló Fernández en su alocución. Concretamente, el mandatario aludió a la moneda como un «instrumento central» para recordar a las personalidades que construyeron «la patria en la que vivimos». En este sentido, el dinero se vuelve un espacio de producción de significados sociales vinculados con el pasado, la memoria y la idea de nación, en un contexto cotidiano que puede contribuir a la generación de una pertenencia identitaria (SKEY, 2013).

De allí que resulte interesante encuadrar el estudio del dinero en los estudios sobre el nacionalismo banal, es decir, sobre «las formas del nacionalismo que se pueden encontrar más próximas y que resultan tan familiares que se suele darlas por hecho» (BILLIG, 1998: 43). Si la nación se construye en distintas instancias –algunas más formales y oficiales, otras menos–, estudiar cómo aparece la idea de nación en instancias cotidianas es una tarea fundamental para entender los sentidos que esta puede generar. Por lo tanto, analizar el papel moneda en cuanto que conglomerado de sentido a partir del estudio de su iconografía permitirá dar cuenta de los discursos dominantes en la esfera pública argentina sobre qué se debe recordar, destacar y privilegiar en un soporte de circulación cotidiana y banal como el papel moneda. Como estos discursos son seleccionados e implementados desde el aparato estatal, su análisis permitirá visualizar la estrategia de construcción discursiva de una semiosfera en términos de lo nacional.

Si de sentido se trata, la semiótica es la disciplina adecuada para estudiar el caso en cuestión. Consolidada como campo de investigación relativamente autónomo en las décadas de 1960 y 1970, la semiótica comenzó a estudiar fenómenos de producción, circulación y consumo de sentido en la esfera social con mayor fuerza durante la década de 1980 y, en particular, desde 1990. Desde ese entonces, semiotistas a lo largo y ancho del mundo se han interesado por estudiar el sentido de prácticas (FLOCH, 1990; FONTANILLE, 2008; DEMURU, 2017), interacciones (LANDOWSKI, 2016; DE OLIVEIRA, 2013), pasiones (GREIMAS Y FONTANILLE, 1991; PEZZINI, 1991), discursos sociales (VERÓN, 1988) y muchos otros aspectos de la vida social que producen y reproducen sentido. En términos generales, siguiendo el planteo de Umberto ECO (2001), la semiótica asume que la cultura es un complejo sistema de significación y comunicación basado en el uso de funciones sígnicas, cuyo estudio puede dar cuenta del funcionamiento de la dinámica cultural.

Una semiosfera (LOTMAN, 1996) definida en términos nacionales da lugar a la creación en el discurso de una identidad nacional, que en cuanto que identidad colectiva es una articulación discursiva que vehiculiza determinadas unidades semánticas cuyo sentido es establecido a partir de oposiciones con otras unidades semánticas. Es decir: una identidad colectiva cobra sentido en la medida que es diferente de otras identidades (ARFUCH, 2005; APPIAH, 2018; MONTORO y MORENO BARRENECHE, 2021a; 2021b). En cuanto que conjuntos articulados de discursos, imaginarios y narrativas existentes en las «redes de significación» que constituyen una cultura (GEERTZ, 2003), las identidades colectivas desempeñan un papel fundamental porque median en la atribución de sentido que los individuos hacemos de la realidad social (SOMER, 1994).

En el mundo en que vivimos, la identidad nacional continúa teniendo una posición sobresaliente. Al igual que toda identidad colectiva, la identidad nacional se construye a través de discursos y prácticas sociales (SKEY, 2013; PALMER, 1998). En este proceso, que ocurre tanto en la esfera de acción estatal como por fuera de ella, símbolos patrios, contenidos curriculares (historia, literatura, geografía, etc.), feriados oficiales de un país y otros discursos sociales juegan un rol fundamental. Se trata de un proceso de construcción que suele darse con algún tipo de vínculo con el pasado considerado nacional y, por eso, con la memoria colectiva. Así, los Estados planifican e implementan estrategias semiótico-discursivas de diferenciación respecto a otras identidades nacionales e, incluso, respecto a otros proyectos políticos vinculados con lo nacional, como parecería ser el caso de los rediseños de billetes de los años 2016 y 2022 en Argentina.

En la tematización de la tríada dinero, nación y memoria, el último concepto es central porque la memoria colectiva es vehiculizada a través de textos que la activan, reproducen y conservan (VIOLI, 2014; LORUSSO, 2015). En su alocución, Alberto Fernández refirió directamente a las acciones de recordar y no olvidar como fundamentales para comprender cómo es y hacia dónde se dirige la nación argentina. Concretamente, las acciones de las personalidades históricas que figuran en los billetes, a las que se refiere como «heroínas» y «héroes», deberían guiar la conducta de los ciudadanos argentinos que viven en el presente. La alusión a que los nuevos diseños contribuirán a «poner en valor nuestra historia» refleja claramente la idea de que el pasado sirve para construir la idea de nación, un proceso en el que el dinero, por su naturaleza cotidiana y banal, puede desempeñar un importante papel.

Por las razones esgrimidas en esta sección, el dinero puede funcionar como soporte material para la disputa por el sentido de la identidad nacional, tal como ocurre en el caso argentino. Según Eliseo VERÓN (1987), el campo político se caracteriza por ser uno discursivo de naturaleza adversativa, es decir, uno en el que distintos proyectos compiten por imponerse como el dominante. Esto conduce a que la producción de sentido en la esfera pública gire en torno a un tipo de enunciación que segmenta el espacio social en colectivos de identificación, muchas veces agrupados en torno a los pronombres colectivos «nosotros» y «ellos». En este sentido, la frase «algunos quieren borrar la historia, quieren que olvidemos y nosotros creemos que tener presente nuestro pasado nos ayuda a construir un mejor futuro», pronunciada por Fernández en mayo de 2022 al presentar los nuevos billetes, da cuenta de que la selección iconográfica podría estar vehiculizando una disputa más profunda, de carácter político.

III. CORPUS DE ANÁLISIS Y METODOLOGÍA

Estudiar el peso argentino desde una perspectiva semiótica no es una tarea sencilla, ya que la labor implica lidiar con por lo menos tres series (y, así, con tres sistemas semióticos distintos). Dos de ellos –Corpus A y B– coexisten actualmente como moneda vigente en el país, mientras que el tercero –Corpus C– fue anunciado como uno que sumaría a estos en el correr de 2022. Sin embargo, a comienzos de 2023 todavía no circula. Hasta que los nuevos billetes anunciados por Fernández sustituyan en su totalidad a los de las series anteriores, en Argentina coexistirán tres series de papel moneda.

La primera serie de billetes a incluir en el corpus de estudio son los hoy «clásicos» billetes argentinos, esto es, aquellos diseñados a fines de la década de 1990 y que incluyen al frente personalidades históricas, ampliamente conocidas y celebradas desde la institucionalidad nacional y estatal argentina debido a su rol en la construcción de una nación argentina independiente, y al dorso lugares o episodios simbólicos que remiten a dicho proceso de construcción nacional (Corpus A). Esta serie incluye billetes de $2, $5, $10, $20, $50 y $100. Aunque los billetes de $2 y $5 hayan sido retirados de circulación en 2018 y 2020, respectivamente (LA NACIÓN, 2018; LA NACIÓN, 2020) debido a la fuerte depreciación del peso argentino, son claramente parte del sistema semiótico que aquí denominaremos «Corpus A».

Corpus A: billetes
«clásicos» en circulación en Argentina desde fines de la década de 

 

 

 

1990.
Figura 1.
Corpus A: billetes «clásicos» en circulación en Argentina desde fines de la década de 1990.
Fuente: https://ba-h.com.ar/monedas-y-billetes-de-argentina/

El Corpus B está compuesto por los billetes emitidos en 2016 durante la presidencia de Mauricio Macri. A diferencia de los billetes que conforman el Corpus A, los del Corpus B no presentan personalidades históricas (al frente) y momentos históricos relevantes en la construcción nacional (al dorso), sino animales autóctonos (al frente) y sus hábitats naturales (al dorso). Debido a la depreciación experimentada durante los primeros quince años del siglo XXI, la serie de fauna autóctona eliminó el billete de $10 e incluye denominaciones de $20, $50, $100, $200, $500 y $1000.

Corpus B: billetes
de 2016, actualmente en circulación, diseñados con fauna autóctona
Figura 2.
Corpus B: billetes de 2016, actualmente en circulación, diseñados con fauna autóctona
Fuente: https://ba-h.com.ar/monedas-y-billetes-de-argentina/

Finalmente, el Corpus C es el compuesto por los nuevos diseños anunciados en mayo de 2022. Estos incluyen nuevamente personalidades históricas (al frente) y episodios históricos relevantes en términos de construcción de la nación argentina, acompañados de una fecha (al dorso), por lo que suponen un regreso a la estrategia discursiva subyacente a los billetes del Corpus A. Una vez más, debido a la fuerte depreciación del peso argentino en la última década, al momento de su anuncio el nuevo sistema elimina los billetes de $20 y $50 e incluye solamente los valores $100, $200, $500 y $1000.

Corpus C: nuevos billetes que comenzarán a circular en un futuro cercano
Figura 3.
Corpus C: nuevos billetes que comenzarán a circular en un futuro cercano
Fuente: https://www.argentina.gob.ar/noticias/heroinas-y-heroes-de-nuestra-historia-vuelven-ilustrar-los-billetes-de-pesos-argentinos

El corpus de análisis es, entonces, triple. Del estudio se dejarán de lado las monedas y la serie especial de billetes llamada «Tenemos patria», que data de 2012 y promovida por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Son entonces dieciséis los billetes que integran el corpus de estudio de este artículo. Estos están agrupados en tres sistemas claramente reconocibles y diferenciables a partir de características temáticas, cromáticas y topológicas: determinados aspectos del diseño –incluyendo la iconografía utilizada– permiten identificar a los billetes de $100, $200, $500 y $1000 del Corpus B como elementos que forman parte de un mismo sistema semiótico, a la vez que permiten diferenciarlos de los mismos billetes del Corpus C. Estos, a su vez, son identificables como parte de un mismo sistema semiótico, distinto del anterior, gracias a aspectos de su diseño. Sin embargo, los tres sistemas semióticos forman parte de un mismo sistema monetario: al fin y al cabo, todos los billetes tienen (o tendrán) valor en el mercado, independientemente de su diseño.

La metodología que se empleará en el análisis del corpus será la estándar en la semiótica de matriz estructural. Según Louis HJELMSLEV (1961), estudiar el fenómeno de la semiosis implica abarcar sus dos dimensiones: el plano de la expresión y el del contenido. Así, una unidad diferencial en el plano de la expresión (esto es, un elemento presente en el diseño de un billete) es interpretable como vehículo de determinado contenido (una visión sobre la identidad nacional). De manera inversa, vehiculizar determinado sentido implica una manipulación del plano de la expresión para que dicha articulación pueda ser interpretada como vehículo de un sentido localizado en el plano del contenido. Por lo tanto, contenido y expresión son los dos planos de interés para el análisis semiótico. A partir del estudio del plano de la expresión –esto es, de la iconografía presente en los 16 billetes que conforman los tres Corpus seleccionados–, se buscará dar cuenta de las estrategias discursivas subyacentes que fueron implementadas desde el gobierno argentino, así como los sentidos que estos vehiculizan. La investigación se apoya en la premisa de que las unidades en el plano de la expresión fueron escogidas desde el aparato estatal para vehiculizar unidades del plano del contenido que son relevantes en términos de la identidad nacional. En este sentido, será de interés identificar los repertorios culturales utilizados como fuente para la creación de la idea de una semiosfera en términos nacionales a partir del uso de algunos de sus especímenes (sean humanos o animales) en la iconografía.

IV. ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

Los billetes argentinos de los tres corpus presentados en la sección anterior reflejan la estrategia iconográfica y visual que es característica de este género discursivo. Esto significa que, en términos de diseño, reproducen la norma estética de cómo se debe ver un billete para que pueda ser identificado como tal. Sin embargo, esta norma también se vuelve un espacio de ruptura y disputa, ya que los billetes del Corpus B, que de alguna manera pretendieron refundar el discurso oficial sustituyendo próceres y momentos históricos por animales y hábitats, también rompen con el diseño horizontal tradicional del papel moneda y utilizan diseños verticales en el frente. En el sitio web oficial del Banco Central de la República Argentina se establece que esta opción supone «una invitación a mirar los billetes de una manera diferente y una nueva forma de concientizar sobre la preservación del medio ambiente».[1]

Comencemos el análisis precisamente por el Corpus B, ya que se presenta como un sistema semiótico que pretende proponer una nueva estrategia discursiva de construcción de una idea de nación en términos banales a través del dinero. Además del valor numérico, palabras, la silueta del país (incluyendo la porción de territorio argentino en la Antártida), símbolos patrios y elementos de seguridad (número de serie, marca de agua, firmas de autoridades, etc.), los billetes del Corpus B recurren a una enciclopedia local vinculada con el ámbito natural, concretamente a través de animales y hábitats (Tabla 1).

Tabla 1.
Animales autóctonos y hábitats que figuran en los billetes del Corpus B
Animales autóctonos y hábitats que figuran en los billetes del Corpus B

Los animales fueron seleccionados por ser considerados autóctonos de Argentina, es decir: se trata de especies que constituyen un rasgo diferencial que permiten construir la idea de una identidad argentina (a diferencia de lo que ocurre con animales más comunes, como vacas y caballos). Sin embargo, el guanaco, el cóndor andino y el hornero también son animales frecuentemente encontrados en otros países latinoamericanos. ¿Por qué se eligieron estos animales y no otros? ¿Qué hace que estos animales sean distintivamente argentinos?

Con motivo del lanzamiento de los billetes, el Banco Central creó un documental, cuya placa inicial contiene el siguiente texto: «El Banco Central de la República Argentina, mediante la nueva familia de billetes ‘Animales autóctonos de Argentina’, busca resaltar la generosidad de la fauna de nuestro país, celebrar la vida y reivindicar el federalismo».[2] Parecería ser que la estrategia discursiva subyacente a la creación del diseño de estos billetes se apoya no solamente en un recurrir a la enciclopedia de lo natural –a través de la fauna y determinados hábitats–, sino también de un contenido creído diferencialmente argentino que, a su vez, permita dar cuenta de la diversidad existente en el país (en términos naturales). De hecho, la selección de animales autóctonos y hábitats cubre de manera más o menos extensiva el vasto territorio argentino y gran parte de sus regiones geográficas: la Región Centro, la Región Noroeste, el Mar Argentino, junto a la Antártida y las islas del Atlántico sur; la Región Andina y la estepa patagónica.[3] Así, como se propone desde el discurso oficial, «con la elección de la fauna autóctona y regiones argentinas, el BCRA procura un punto de encuentro en el que todos los argentinos puedan sentirse representados en la moneda nacional». El argumento para sustentar esta estrategia discursiva era que animales y hábitats difícilmente generasen controversias (DE GENNARO, 2016), tal como sostuvo Federico Sturzenegger, director del Banco Central en el momento de la presentación de la serie B, en un hilo de Twitter en mayo de 2020:

«Una serie con temas de flora y fauna, implicaba una mayor toma de conciencia geográfica. Tanto animales como los árboles representaban a la totalidad del territorio argentino, con lo cual creíamos se reforzaba el concepto de federalismo».[4]

«Reemplazar próceres por flora y fauna, buscaba enfatizar la vitalidad de una sociedad q se conectaba de manera concreta son sus problemas actuales y futuros. Implicaba tender una mirada al futuro y no al pasado».[5]

«Finalmente, había una intención de cortar con la grieta. Muchos países han ido por ese camino. El Euro, por ejemplo, sepulta siglos de conflicto describiendo la historia de la arquitectura con edificios inexistentes».[6]

«Los billetes se habían vuelto cada vez más polémicos. Por ejemplo, el billete de 50 resaltaba a Antonio Rivero q había generado una revuelta en Malvinas, asesinado a sus empleadores, aunque en realidad porque les habían pagado sus sueldos con papel moneda y no con metálico».[7]

«Es decir que ese billete llevaba la figura de alguien que se había revelado, curiosamente, contra… un billete. Un giro de realismo mágico, que me había valido un pedido de la Academia Nacional de Historia para retirar el billete de circulación».[8]

En los tweets de Sturzenegger aparece nuevamente la idea de que la diversidad natural puede «reforzar» el concepto de federalismo, esto es, una unión política en la que las partes integrantes mantienen cierto grado de autonomía y, con ella, de identidad. Así, el concepto abstracto de federalismo es representado mediante una configuración del plano de la expresión que implica recurrir a características de la flora y fauna del país. Además, sus tweets evidencian cómo el cambio temático de personajes históricos a animales se proponía «cortar con la grieta», esto es, no generar nuevos antagonismos en una ya muy dividida esfera pública argentina. Sin embargo, los animales también generaron controversias políticas. Como señala Sturzenegger en el hilo de tweets, «antes de salir el billete de 20 pesos, Jefatura de Gabinete preguntó si podíamos dar marcha atrás ya q se había desatado un gran lobby en contra del… guanaco. Dijimos q no se podía. En Argentina hasta los animales pueden generar una grieta!».

La serie de billetes que integran el Corpus B surge entonces desde una estrategia discursiva que se propone realizar un cambio: evitar crispación política, privilegiar el federalismo, reconocer la diversidad de Argentina y, para ello, anclar la iconografía en el mundo de lo natural (animales y hábitats) y no de lo cultural (individuos y momentos histórico-políticos). Esta estrategia contrasta con las que subyacen a las series antecedente (Corpus A) y precedente (Corpus C).

Los billetes que conforman la serie del Corpus A son típicamente billetes, ya que además de los elementos que definen al género por convención cultural (número, firmas, etc.), contienen personalidades que cualquier individuo puede reconocer como relevantes para la identidad nacional, aunque no sepa quiénes son. La Tabla 2 presenta los personajes históricos y los lugares y/o episodios simbólicos incluidos en el frente y el dorso de los billetes:

Tabla 2.
Personajes históricos y lugares simbólicos que figuran en los billetes del Corpus A
Personajes históricos y lugares simbólicos que figuran en los billetes del Corpus A

Todos los personajes presentados en la Tabla 2 forman parte de lo que en términos nacional-estatales se identifica como la nación argentina en el sentido de un espacio con anclaje geográfico que fue construido desde acciones políticas y militares (DE GENNARO, 2016). De hecho, la gran mayoría de los hombres que conforman la iconografía tuvo cargos de poder en el Estado, ya sea como presidentes de la República o como gobernadores provinciales. Estas seis personalidades fueron elegidas de un repertorio mucho más amplio, que podría haber incluido otras figuras relevantes en la construcción del estado-nación argentino y que forman parte de la semiosfera nacional en términos político-militares, tal como se evidencia en los repertorios utilizados desde el estado para nombrar calles, plazas, aeropuertos y otros espacios públicos.

Al cotejar el dorso de los billetes de esta serie, se encuentran lugares y episodios relevantes en el proceso de construcción de una nación independiente, que fueron protagonizados por los personajes históricos incluidos en el frente de cada billete. Sin embargo, las estrategias de representación de dichos episodios difieren: mientras que en algunos casos se representan los hechos históricos que parecerían justificar la selección del prócer (como el Combate de la Vuelta de Obligado, encabezado por Juan Manuel de Rosas, o la Conquista del Desierto, liderada por Julio Argentino Roca) de manera icónica, en otros la referencia al hecho que legitima la inclusión de la personalidad histórica en el billete se representa de manera simbólica. Así, en el billete de $10, que incluye la figura de Manuel Belgrano, su creación de la bandera nacional se representa con una imagen del Monumento a la Bandera, ubicado en la ciudad de Rosario,[9] mientras que, en el de $50, la relevancia de Faustino Domingo Sarmiento se simboliza con una imagen de la Casa Rosada, el palacio de gobierno nacional ubicado en Buenos Aires que el sanjuanino mandó pintar de dicho color durante su mandato. A su vez, el heroísmo de José de San Martín se representa en el billete de $5 también simbólicamente, a través de una reproducción del Cerro de la Gloria, monumento ubicado en el parque San Martín de la ciudad de Mendoza. Finalmente, hay también un tipo de representación que se podría considerar indicial, como en el caso del billete de $2, dedicado a Bartolomé Mitre, que incluye en el dorso el Museo Mitre, en la ciudad de Buenos Aires, que fue su casa.

En términos de género, la única mujer que figura en la serie se encuentra en el frente del billete de $20 pesos: se trata de Manuela de Rosas, la hija del prócer, que es representada a su lado a través de una reproducción de la pintura realizada por Priliniano Pueyrredón en 1851.[10] La casi absoluta ausencia de mujeres en la serie es importante –y significante– ya que es uno de los aspectos que se tuvo en cuenta en la selección de personajes históricos para los billetes creados y presentados en el año 2022.

Finalmente, el Corpus C retoma la iconografía basada en personajes y momentos históricos relevantes y propone dos billetes con un único personaje y dos que contienen un par. Así, un total de seis personajes están presentes en los nuevos billetes, tres de ellos hombres y tres mujeres (Tabla 3):

Tabla 3.
Personajes históricos y lugares simbólicos que figuran en los billetes del Corpus C
Personajes históricos y lugares simbólicos que figuran en los billetes del Corpus C

Según se declara desde el discurso oficial (MINISTERIO DE CULTURA, 2022), los billetes de la nueva serie «incluyen la representación de tres mujeres y tres varones, figuras trascendentes y decisivas en la construcción de nuestro país, quienes lucharon por la independencia, el desarrollo, la inclusión y la ampliación de derechos». Con esta afirmación, la matriz legitimadora para la inclusión de personalidades en la nueva serie ya no parecería estar solamente en los conceptos de independencia y construcción estatal, sino en unos más amplios, que incluyen también valores como la inclusión y la ampliación de derechos. Este detalle no es menor, ya que se trata de valores constitutivos de la identidad política de la izquierda latinoamericana de comienzos del siglo XXI y, especialmente, de Argentina, en la que el peronismo y el kirchnerismo han intentado construir cadenas de equivalencia entre grupos subalternos para dar un nuevo sentido al binomio popular-nacional que caracteriza a estos movimientos (GRIMSON, 2019; CINGOLANI Y FERNÁNDEZ, 2019, SIGAL Y VERÓN, 2003). De este modo, la inclusión de figuras femeninas –una de ellas afrodescendiente– deja en evidencia cierta impronta significante del gobierno de Alberto Fernández en la recuperación de los próceres del repertorio histórico para su inclusión y destaque en la moneda nacional (VASSALLO, 2022). Esta selección no estuvo liberada de controversias (CIGENA, 2022).

Las imágenes incluidas en el dorso de los cuatro nuevos billetes también son interesantes desde una perspectiva semiótico-discursiva, ya que incluyen eventos delimitados claramente con fechas. Mientras que la gran mayoría de estas son concretas e incluyen el día, el mes y el año, otras abarcan períodos, como el caso de la campaña gaucha incluida en el billete de $200, datada entre 1814-1825. Al respecto resulta interesante reflexionar acerca de la naturaleza de los eventos (WAGNER-PACIFICI, 2017) y cómo estos son utilizados en la construcción narrativa de la historia nacional. ¿Por qué los cinco eventos –el billete de $100 incluye dos– seleccionados para la serie de 2022 son considerados relevantes en la construcción de la nación argentina? ¿Por qué se dejaron de lado varios de los episodios que formaban parte de la serie del Corpus A?

Con todo, y para concluir, quizá la figura más polémica de las incluidas en la nueva serie sea la de Eva Duarte de Perón, figura ampliamente celebrada por y desde la izquierda argentina (y, en particular, la izquierda nacional-popular), hasta el punto de haberse convertido en una suerte de mito dentro de la semiosfera argentina (SEBRELI, 2008). Evita fue incluida en la iconografía de la moneda nacional durante el gobierno de Cristina Fernández, en un billete de $100 conmemorativo por el 60º aniversario de su muerte (Figura 5).[11] Esta decisión, que puede interpretarse como un uso estratégico de naturaleza semiótica que la entonces presidenta hace de la figura de Evita y las connotaciones a ellas asociadas para posicionarse en el campo político como una nueva Evita, no estuvo libre de polémicas y críticas, ya que supuso una ruptura arbitraria respecto al tipo de personajes históricos presentes en los billetes, todos ellos figuras vinculadas con la institución estatal por haber detentado cargos públicos (cosa que Evita no hizo).

La nueva serie de billetes presentada en mayo de 2022 no solo mantiene a este personaje de la historia argentina que genera polémicas y activa connotaciones político-ideológicas –en particular, vinculadas con un tipo de política nacional y popular e, incluso, populista–, sino que además lo hace en el billete de la denominación en el que ya figuraba (el de $100) y mantiene el color violeta que lo definía cromáticamente. Si el billete de $100 con la imagen de Evita podía ser interpretado como una impronta kirchnerista en la moneda nacional –y, por qué no, quizá el disparador de la refundación iconográfica propulsada por el gobierno de Mauricio Macri–, es difícil evitar leer su reaparición en la nueva serie como un modo de producción semiótica que reconecta con el pasado pre-Macri, a la vez que le hace un guiño al kirchnerismo a través de uno de sus íconos, Evita, y de la ruptura que produjo en el sistema monetario a partir de la creación del billete con su figura. Si bien en los diseños del Corpus C Belgrano y San Martín vuelven a estar presentes, no figuran en los billetes de las denominaciones ni con los colores que tenían en el Corpus A.

Billete de $100 pesos
con la figura de Eva Duarte de Perón.
Figura 5.
Billete de $100 pesos con la figura de Eva Duarte de Perón.
Fuente: http://www.bcra.gob.ar/MediosPago/100_Pesos_Eva_Peron.asp

Un comentario final sobre la dimensión cromática permite establecer una relación sistémica entre las tres series de billetes estudiadas en estas páginas, a pesar de las notorias diferencias existentes entre sí. En las tres, los billetes mantienen los mismos colores para cada valor: las tres series cuentan con un billete de $20 de color rojo, uno de $50 azul y uno de $100 violeta. Además, la nueva serie de próceres mantiene los colores verde y naranja que la serie de animales utilizó para los billetes de $500 y $1000, respectivamente. Esto demuestra que, a pesar de las diferencias existentes entre las distintas series, el sistema monetario argentino también comparte algunos elementos básicos en cuanto que sistema semiótico, como ser los colores y la temática vinculada con la semiosfera argentina, aunque las enciclopedias locales utilizadas sean diferentes.

V. CONCLUSIONES

El objetivo del artículo fue estudiar los billetes del peso argentino desde una perspectiva semiótica, con especial atención a cómo este soporte material puede funcionar como un espacio de disputa por el sentido de la nación. Para lograr este objetivo, el artículo propuso un análisis desde la semiótica social y cultural y con apoyo en la dimensión visual dado que los billetes son textos visuales que vehiculizan sentido a través de su configuración plástica. El análisis presentado demostró cómo «la elaboración del discurso visual, desde los Estados, tiene sus bases no sólo en la política, la economía y los movimientos sociales, sino en la iconografía y la historia del arte» (SOLACHE DAMIÁN, 2013: 139).

El estudio aquí realizado se podría complementar con un estudio que tuviera un mayor componente analítico sustentado en la semiótica visual. Sin embargo, el foco en la descripción figurativa –colores, formas, uso del espacio– no sería suficiente para dar cuenta de cómo la iconografía y el diseño de los billetes de la moneda de un país contribuyen a construir y reforzar un discurso social particular: aquel que pretende definir el núcleo semiótico de la semiosfera nacional que se corresponde con una cierta idea de comunidad imaginada (ANDERSON, 1983) unida por un pasado común. En el diseño de billetes y monedas, este pasado suele ser recuperado y utilizado como repertorio de personajes y acontecimientos que delinearon los contornos de la nación.

Como se demostró en estas páginas, un estado puede utilizar distintas estrategias discursivas para dicha finalidad. Una de ellas –quizá la estándar en el género discursivo de la moneda– implica recuperar figuras y eventos del pasado para darles cierto estatus al incluirlos en billetes y monedas, como ocurre con los Corpus A y C estudiados aquí. Pero también existen otras estrategias, como la utilizada en el Corpus B, que deja de lado la dimensión histórica y prefiere utilizar una enciclopedia local vinculada con el espacio geográfico-natural, a través del destaque de paisajes y animales, quizá en un intento de despolitizar el diseño iconográfico de los billetes pero que, como se señaló más arriba, fue motivo de discursividad política, como queda evidenciado en el discurso de Alberto Fernández en mayo de 2022 al presentar los nuevos diseños.

En el caso argentino, las diferentes estrategias utilizadas por el estado para definir la iconografía de los billetes tienen una relación. Más allá de la dimensión cromática y con la excepción del billete de $100 que incluye la figura de Eva Duarte de Perón, esta relación no es visible en los billetes en sí mismos (es decir, no es una característica inmanente de los textos visuales analizados), sino que implica poseer un conocimiento del componente adversativo que caracteriza al campo político argentino. Los tres corpus estudiados en este artículo se relacionan a partir de una estrategia de refundación, como ocurre con la serie de animales autóctonos, que propone el uso de un nuevo recorte de la enciclopedia local por oposición a lo que era la norma dentro del género discursivo, y de restauración, como ocurre con los billetes de la nueva serie presentada en 2022, que propone recuperar lo que los billetes de la fauna autóctona habían «borrado».

Como consecuencia de la alta inflación que Argentina está experimentando, actualmente (abril de 2023) se discute en el país la creación de billetes de denominaciones superiores, como los de $5000 y $10000. Un nuevo billete de $2000 en el marco del Corpus C fue anunciado en febrero de 2023 e incluirá las figuras de los doctores Ramón Carrillo y Cecilia Grierson, dos «pioneros de la salud pública argentina», al frente, y el Instituto Malbrán al dorso (CLARÍN, 2023). Esta selección resulta interesante porque expande la extensión de la enciclopedia local reconocida como valiosa para figurar en los billetes a campos que van más allá del político-militar, como el de la salud. ¿Qué sentidos vehiculizan estos personajes históricos en el marco de la nueva serie de billetes? ¿De qué manera la pandemia por Covid-19 habilitó cierta discursividad social en la esfera pública argentina como para que dos personajes del campo de la salud sean equiparables a próceres y personajes políticos de la historia argentina? Vemos cómo la estrategia de incluir dos personajes, uno masculino y otro femenino, se mantiene en este nuevo billete.

En cualquier caso, la conclusión principal del análisis presentado en estas páginas es que elementos como el dinero, que forman parte de la vida cotidiana de un país y de sus habitantes, pueden ser medios relevantes y pertinentes para dar cuenta de ciertas visiones y ciertos sentidos de la nación, así como para su disputa.

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Notas

[3] Ver aquí las distintas regiones geográficas argentinas: https://www.argentina.gob.ar/parquesnacionales/educacionambiental/ecorregiones
[9] Además, el billete de $10 incluye en el frente una imagen de la escultura La Patria Embanderada, de A. Vigatti, que forma parte del Monumento ubicado en Rosario y que está representado en el dorso del billete. Aquí se puede ver la descripción arquitectónica del Monumento a la Bandera: https://www.monumentoalabandera.gob.ar/page/arquitectura.
[10] La obra se puede ver aquí: https://www.bellasartes.gob.ar/coleccion/obra/3188/.

Notas de autor

* El autor agradece a Lucrecia Escudero Chauvel y a Gastón Cingolani por sus valiosos comentarios y sugerencias luego de la lectura del manuscrito de este trabajo.

Información adicional

Para citar este artículo: MORENO BARRENCHE, SEBASTIÁN «El dinero como soporte material de la disputa por el sentido de la nación: estudio del peso argentino desde una perspectiva semiótica», en: ESTUDIOS SOCIALES, revista universitaria semestral, año XXXII, n° 64, Santa Fe, Argentina, Universidad Nacional del Litoral, enero-junio, 2023

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