Intervenciones

Merenderos y ollas populares en Montevideo: mejoras espaciales desde un enfoque dialógico

Soup kitchen in Montevideo: spatial improvements from a dialogical approach

Panelas populares em Montevidéu: melhorias espaciais a partir de uma abordagem dialógica

Guillermo Berrutti
Universidad de la República, Uruguay
Stephanie García
Universidad de la República, Uruguay
Johana Hernández
Universidad de la República, Uruguay
Florencia Lista
Universidad de la República, Uruguay

+E: Revista de Extensión Universitaria

Universidad Nacional del Litoral, Argentina

ISSN: 2346-9986

Periodicidad: Semestral

vol. 12, núm. 16, e0013, 2022

revistaextensionunl@gmail.com

Recepción: 31 Marzo 2022

Aprobación: 14 Junio 2022



DOI: https://doi.org/10.14409/extension.2022.16.Ene-Jun.e0013

Resumen: El presente texto describe y reflexiona acerca de los procesos de comunicación llevados a cabo en las diferentes etapas del proyecto de extensión universitaria “FADU en ollas”, el cual tuvo como objetivo el desarrollo de mejoras espaciales en los locales donde se llevan a cabo actualmente algunas de las ollas y merenderos populares en Montevideo, Uruguay. Fue un trabajo colaborativo entre vecinos y vecinas de las ollas y merenderos, estudiantes, docentes y técnicos de la Intendencia de Montevideo en el que la comunicación jugó un papel relevante para construir proyectos técnicos que mejorarán la actividad y materializarlos en un proceso de construcción participativa.

El proyecto se dio en el marco del convenio entre el Plan ABC de la Intendencia de Montevideo y la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de la República. El artículo propone abrir el debate sobre el rol de la universidad como articuladora y facilitadora de la comunicación en la concreción de las políticas públicas en el territorio.

Palabras clave: extensión universitaria, mejoras edilicias, merenderos y ollas populares, comunicación.

Abstract: This text describes and reflects on the communication processes carried out in the different stages of the university extension project “FADU en ollas”, which aimed to develop spatial improvements in the premises where some of the popular soup kitchens and meal centre in Montevideo, Uruguay, are currently located. It was a collaborative work between the neighbours, students, teachers and technicians of the Municipality of Montevideo where communication played a relevant role to build technical projects that will improve the activity, and materialise them in a process of participatory construction.

The project took place within the framework of the agreement between the Municipality of Montevideo’s Plan ABC and the Faculty of Architecture, Design and Urbanism. The article proposes to open the debate on the role of the university as an articulator and facilitator of communication in the implementation of public policies in the territory.

Keywords: university extension, property improvements, soup kitchen, communication.

Resumo: O texto a seguir descreve e faz uma reflexão sobre os processos de comunicação realizados nas diversas etapas do projeto de extensão universitária FADU en ollas, que teve como objetivo o desenvolvimento de melhoras espaciais nos locais onde são realizadas atualmente as cozinhas solidárias (ollas y merenderos populares) em Montevidéu, Uruguai. Foi um trabalho colaborativo entre vizinhos e vizinhas das organizações dessas cozinhas solidárias, estudantes, docentes e técnicos do governo do Município de Montevidéu, onde a comunicação teve uma função importante para construir projetos técnicos que melhorassem a atividade e permitissem a materialização num processo de construção participativa.

O projeto fez parte do convênio entre o Plano ABC da Município de Montevidéu e a Faculdade de Arquitetura, Desenho e Urbanismo. O artigo propõe colocar o debate sobre o papel da universidade como articulador e facilitador da comunicação na concreção das políticas públicas no território.

Palavras-chave: extensão universitária, melhorias prediais, panelas populares, comunicação.

Introducción

El presente artículo se enmarca en el curso “FADU en ollas”, realizado desde la Facultad de Diseño y Urbanismo (FADU) de la Universidad de la República (Udelar). Este curso se llevó a cabo dentro del convenio firmado entre el Plan ABC (Apoyo Básico a la Ciudadanía) de la Intendencia de Montevideo (IM) y FADU en el segundo semestre del año 2021, y fue presentado como proyecto de extensión y actividades en el medio con acreditación como materia electiva para estudiantes de grado de varios servicios de la Udelar.1

De esta manera y con el objetivo de mejorar las condiciones edilicias de las ollas y merenderos populares donde se desarrollan las actividades de cocina y reparto de alimentos para las personas más necesitadas, participaron estudiantes de diversas carreras: Arquitectura, Licenciatura en Diseño y Comunicación Visual (LDCV), Diseño Integrado, Escuela Universitaria Centro de Diseño (EUCD) y Facultad de Veterinaria, además de egresados, docentes y actores sociales vinculados a la organización de los merenderos y ollas populares, como, por ejemplo, grupos de vecinos y vecinas, familias organizadas, Red de Ollas, entre otros colectivos.

Entendiendo a la extensión como un conjunto de actividades de colaboración entre actores universitarios y no universitarios, de modo tal que todos intercambien sus respectivos saberes (Arocena et al., 20217), nos preguntamos cómo fue el proceso con relación a la comunicación en las diferentes etapas que tuvo el curso y cómo fue este intercambio de saberes entre los actores.

Pretendemos abordar una descripción simple del acuerdo Acciona y del Plan ABC que constituyen el contexto de intervención con la IM, junto con los antecedentes de prácticas en el territorio ya realizadas por FADU en esta línea, y adentrarnos en los enfoques claves de la discusión. Para ello, en el apartado “Desarrollo del proyecto”, hemos dividido en etapas la descripción y análisis de cómo fue el paso de lo individual a lo colectivo desde una mirada comunicacional, qué estrategias se llevaron a cabo, cómo fueron la interacción y el intercambio comenzando desde la FADU como actor intermediario frente a una solicitud por parte del Estado, pasando luego por la relación del espacio académico y el territorio (merenderos y ollas populares), de ambos con la Intendencia y, por último, cómo se realizó la sistematización de los resultados y difusión de los mismos.

De esta manera abordamos el objetivo principal de este artículo, que es visibilizar las estrategias comunicacionales llevadas adelante en el proceso de construcción colaborativa del curso de extensión “FADU en ollas” y reflexionar acerca ellas.

Contexto del proyecto

La pandemia y la crisis sanitaria, que en el cono sur se iniciaron en marzo de 2020, dejaron en evidencia y profundizaron los problemas de la economía. En Uruguay, hoy hay miles de personas que se alimentan gracias a los merenderos y ollas populares que emergieron en distintos barrios, colectivos, sindicatos, clubes, y otras agrupaciones.

La cifra de ollas y merenderos populares es cercana a 800 en todo el país, de las cuales aproximadamente 340 están localizadas en la ciudad de Montevideo.

Análogamente a lo que pasó en la crisis económica de 2002, la población se organiza para atender el tema de la alimentación de miles de personas, necesidad a la que ni el Estado ni ninguna otra organización estaba dando solución. Una particularidad de la situación actual fue la creación de la “Coordinadora Popular Solidaria: ollas por vida digna”, que se dio en un lugar especialmente simbólico y relacionado con la producción de lo común, la Federación Uruguaya de Cooperativas de Ayuda Mutua (FUCVAM).

Diferentes iniciativas surgieron a partir de diversos colectivos públicos y privados, como, por ejemplo, Red de ALimentos COmpartidos (REDALCO), la organización no gubernamental Techo, Canastas.uy, Uruguay Adelante, entre otros. También la Udelar, a través de los estudiantes de Ciencias Sociales que, en conjunto con sus pares de Ingeniería, dan forma al portal Solidaridad.uy con fines de organizar la información y direccionar donaciones hacia las ollas.

En diciembre de 2020, el gobierno municipal de Montevideo colocó en marcha el Plan ABC como respuesta al aumento de la pobreza y al debilitamiento de los sistemas de protección social. Este se basa en cinco ejes de acción, que son: Alimentación, Salud, Igualdad, Trabajo y Territorio.

El eje Alimentación incluye la provisión de alimentos a las ollas, aspectos de capacitación y también el mejoramiento de la condición de los locales donde se dan los procesos de fabricación de alimentos.

En el marco del plan Acciona, convenio firmado entre la Udelar y la IM para promover acciones en el territorio, se conformaron las primeras intervenciones conjuntas para la mejora edilicia de las ollas. En el primer semestre de 2021, el gobierno municipal decidió apoyar a 100 ollas con materiales de construcción para realizar mejoramientos de los espacios. De estas 100, los referentes de 25 ollas (ver Figura 1) manifestaron la dificultad de llevar adelante las tareas sin acompañamiento técnico, para lo cual solicitaron la intervención de la Universidad; es allí cuando surgió el proyecto “FADU en ollas”.

Mapa georreferenciado de las ollas y merenderos populares
Figura 1
Mapa georreferenciado de las ollas y merenderos populares
Fuente: documento del curso “FADU en ollas”, 2021.

Etapas de proyecto en clave de comunicación

La extensión universitaria puede definirse, según la Federación de Estudiantes de Udelar (1972), como la función que resulta de la intercomunicación entre la universidad y el contexto, específicamente cuando existe una relación dialéctica entre la universidad y la sociedad. En este sentido, uno de los retos clave del proyecto fue la construcción de una propuesta proyectual a partir de una comunicación clara y coherente entre los diferentes actores involucrados en la propuesta, entendiendo que, según Rebellato (1997), la comunicación supone necesariamente dimensiones integradoras que involucran la apertura a los otros sujetos con los que se trabaja.

Conforme a este autor, estas dimensiones son las que requieren una capacidad de diálogo que supere la comunicación distorsionada, fomentando la apropiación del saber y de las técnicas de las personas que son parte de un colectivo, con referencia a su propio aprendizaje cotidiano y de sus técnicas por parte de los sujetos con los que trabaja, recoger la experiencia de los mismos para devolverla, problematizar y problematizarse, realizando así una recuperación histórico–cultural de los valores (1989).

Uno de los antecedentes más relevantes en extensión es el Programa FADU en Casavalle, presente desde el año 2018. Ha articulado diversos procesos entre los que se encuentran varias líneas de trabajo que han involucrado a las diferentes carreras de FADU. Se listan algunos ejemplos de las actividades enmarcadas en distintos cursos y otras extracurriculares. Actividades: Olelé, FADU en Casavalle, Udelar en Casavalle, Skatepark la olla, 5K. Hitos: Espacios Habitados, Casos Consultorio, Huertas, Murales y Cumpleaños Plaza Casavalle.

Mediante el acuerdo Acciona del Plan ABC de la IM, Prorrectorado de Gestión de la Udelar y la FADU, se asume el compromiso de:

“generar ámbitos y concretar acciones que mejoren la convivencia de la ciudadanía y recalifiquen la vida de quienes habitan esta ciudad” entendiendo que “la ciudad y la universidad se construyen mutuamente. El intercambio establecido entre Udelar y la IM impulsa el diálogo hacia el desarrollo de iniciativas conjuntas”. (2021)

Atento a lo planteado anteriormente sobre generar dimensiones integradoras en la comunicación, definimos reconstruir la información del primer relevamiento técnico efectuado por la IM sobre las necesidades y propuestas de intervención espacial en las ollas y merenderos, la cual consideraba algunos términos técnicos de difícil lectura para los actores territoriales, pero sobre todo fue un relevamiento estandarizado que no atendía las situaciones particulares de cada olla y merendero. Como se explica más adelante, se gestaron formas en común entre vecinos, vecinas y la comunidad FADU para construir e interpretar las demandas en conjunto. Por otro lado, la transmisión de esta nueva codificación, entendiendo la necesidad de un relato que involucrara el intercambio entre el equipo universitario y los vecinos y vecinas y permitiendo la creación en conjunto de un discurso y la ejecución de las propuestas en cada uno de los casos. Ello dio génesis a un informe escrito a la IM y la difusión de la experiencia en otros escenarios principalmente académicos.

A continuación, se describe cada una de las etapas del proyecto (ver Figura 2), haciendo énfasis en las formas en las que se codificó la información en los diferentes momentos, teniendo en cuenta los actores principales vinculados en cada etapa y la necesidad de armar un discurso apropiado, incluyente y sobre todo empático. Se reflexiona sobre las debilidades y retos de comunicación que desde las entidades gubernamentales y las instituciones educativas se tienen para dialogar en una misma sintonía de lenguaje con los actores del territorio; en este caso específico, con comunidades que se encuentran en contextos críticos.

Síntesis de las etapas del proyecto
Figura 2
Síntesis de las etapas del proyecto
Fuente: elaboración propia

Mapa de actores y roles
Figura 3
Mapa de actores y roles
Fuente: documento del curso “FADU en ollas”, 2021

Etapa I: la Facultad de Arquitectura como actor intermediario

Para el primer semestre de 2021, un equipo técnico de la Intendencia realizó un relevamiento a las ollas y merenderos populares con el fin de entender las condiciones espaciales en las que vecinos y vecinas de los diferentes territorios realizaban las acciones involucradas en estas iniciativas civiles: cocinar, almacenar y entregar los alimentos. Se sistematizaron estos relevamientos en unos informes técnicos que relatan de forma superficial la descripción del espacio, se describen las solicitudes de la organización vecinal manifestada en la visita, y se define un listado de materiales que se supone se ajusta a una propuesta proyectual preliminar desarrollada por la oficina técnica de la Intendencia encargada del proyecto. De acuerdo con este informe, la Intendencia comunicaba a las comunidades territoriales la entrega de un paquete de materiales que debía ser utilizado para mejorar las condiciones edilicias.

En ese momento, los vecinos/as de las ollas y merenderos manifiestaron la necesidad de tener un acompañamiento técnico por parte de la Facultad de Arquitectura para materializar los proyectos definidos. Y entonces se firmó, al inicio del segundo semestre de 2021, el Acuerdo de trabajo entre IM y “FADU en ollas” 2021, en el que la FADU entró en escena como un actor intermediario entre la Intendencia y el territorio. El encabezado del acuerdo expresó:

“El encuadre de la intervención de la Udelar se refiere al asesoramiento situado, que implica el relacionamiento en clave dialógica. Se busca facilitar procesos de interpelación mutua entre saberes de los y las habitantes que realizan las consultas y la perspectiva de docentes, estudiantes y egresados/as universitarios/as, de manera de dar una respuesta pertinente al problema planteado. La idea de “situado” del asesoramiento, parte de entender las formas de habitar, que no significa solamente identificar cómo los y las habitantes usan los espacios, sino también comprender el significado que adquieren esos espacios en la vida cotidiana de esas personas y no otras”. (Programa Integral Metropolitano, 2021)

En el documento del Acuerdo se definieron los criterios y alcances de la intervención de los diferentes actores en el desarrollo del proyecto, lo que resulta importante transcribir a continuación:

“1. Para dar un encuadre específico a la intervención, se evaluará la situación de cada caso, a partir de la visita, de la lectura e interpretación de los informes realizados por los técnicos de la IM (Intendencia de Montevideo).

2. En los casos en que el local donde funcione la olla sea una vivienda, se realizará un diagnóstico de toda la edificación, de manera tal de contar con información que complemente los informes realizados por los técnicos de la IM, y así poder evaluar la intervención a realizar.

3. Se realizarán talleres de capacitación a las y los vecinos que van a participar en el mejoramiento de los locales. Para ello se relevarán las capacidades, saberes y disponibilidades de mano de obra del colectivo en cada caso, para definir la capacitación adecuada según casos y, de ser necesario, el complemento de mano de obra, así como la viabilidad de la intervención.

4. Paralelamente se realizará el relevamiento de los vínculos comunitarios de cada caso para fortalecer el desarrollo de lo comunitario y el vínculo con organizaciones.

5. Se realizará el seguimiento de las obras, siendo de responsabilidad de la IM. la dirección de las obras, la gestión y administración de los materiales, y la provisión de los elementos de seguridad para las personas que trabajan en la obra.

6. A nivel general, y considerando la heterogeneidad de situaciones que se puedan presentar, se revisará y evaluará en cada caso el tipo de participación de la Udelar.

7. Se propone la creación de una comisión mixta entre la FADU y la IDM. para dar seguimiento a los acuerdos de trabajo y al proceso de intervención”. (2021)

Definido el Acuerdo, se dio apertura al llamado a docentes, estudiantes y egresados y egresadas para la conformación del equipo universitario que estaría encargado de desarrollar la propuesta conforme a los puntos establecidos (ver Figura 4).

Se comunicó a toda la comunidad académica acerca del llamado y, en agosto de 2021, se dio inicio al proyecto que se denominó “FADU en ollas”. En el primer encuentro se trataron las generalidades del proyecto, se definieron los equipos operativos,2 se revisó y debatió el formulario de relevamiento que previamente había diseñado el equipo docente, y se hizo una puesta en común de los informes técnicos entregados por la IM para cada olla/merendero.

Estudiantes de grado, posgrado y egresados inscritos en el curso
Figura 4
Estudiantes de grado, posgrado y egresados inscritos en el curso

A partir de este primer intercambio en el espacio académico, se procedió a planificar y gestionar el primer encuentro en territorio.

Algunas de las cuestiones que resultaron del intercambio en el espacio académico con respecto a las prospectivas del proyecto, las formas de abordaje del trabajo en territorio y las maneras de validar, construir y comunicar las propuestas, fueron establecer como consigna el promover un diálogo de saberes empático e incluyente, que pusiera de relevancia el entendimiento de la demanda más allá de lo netamente edilicio, procurando entender el significado integrador y comunitario de la actividad y los afectos y efectos de la misma sobre las comunidades involucradas. En este sentido, el diálogo fue abierto en cuanto a promover una fluidez en los relatos y las temáticas de interés por parte de la comunidad. En el camino, fueron apareciendo historias del barrio y personajes que en crisis anteriores habían sido sobresalientes por su labor de fuente de alimentación en actividades iguales o similares a las ollas y merenderos, se narró otro tipo de actividades comunitarias que algunos de los colectivos de vecinos y vecinas llevan adelante actualmente, se manifestaron las inquietudes, deseos, frustraciones, necesidades y potenciales que surgen a partir de la actividad de la olla y que sirvieron de base para concretar las ideas de proyecto, gestión y materialización de las mejoras en el espacio. Estas primeras cuestiones surgieron en los encuentros que se realizaron en esta primera etapa del proyecto. Para el colectivo de docentes y estudiantes, estos intercambios permitieron dar una apertura a las miradas del proyecto. En un inicio el objetivo estaba enfocado netamente en el descubrimiento de las necesidades desde el punto de vista edilicio; después de estos primeros encuentros, se entendió la necesidad de dar otro sentido al proceso y a las acciones a realizar. Esto, de alguna manera, pone en evidencia la necesidad de construcción colectiva de los proyectos a través del involucramiento de las comunidades territoriales, el diálogo de saberes y la comunicación flexible en los procesos participativos.

Durante la fase de construcción, los saberes populares fueron muy enriquecedores para el proceso. Algunos vecinos y vecinas que trabajan, en la mayoría de los casos, de modo informal en el sector de la construcción, aportaron su experiencia y saberes en la resolución de cuestiones constructivas. Desde la academia, el ejercicio proyectual plantea resoluciones técnicas tradicionales que muchas veces resultan costosas y complejas. En esta etapa de obra, en la que los estudiantes y docentes estuvimos involucrados directamente en las tareas de ejecución, se reconocieron otras formas constructivas y usos más flexibles de las herramientas de obra, que en la mayor parte de los casos solucionaban problemas que iban surgiendo de forma ágil y económica a partir de los conocimientos empíricos y operativos y a veces hasta ancestrales de algunos de los vecinos y vecinas.

El abordaje del territorio debe trascender la unidimensionalidad de la disciplina desde la que se mira para lograr respuestas a la problemática que promuevan una apropiación real y sostenible. Para ello se planteó la confección de dibujos y otros gráficos que trascendieran los códigos de representación técnica de manejo corriente en la práctica arquitectónica, de manera que las comunidades pudieran hacerse una idea de los resultados que se obtendrían al final de la intervención. Para llevar adelante esta tarea, se optó por los sistemas gráficos de representación tridimensional de proyecciones oblicuas (axonometrías), que representan la realidad en tres dimensiones, y los de proyección cónica, siendo estos últimos lo más parecido a la fotografía y a la visión humana. Los sistemas de proyecciones ortogonales, por lo general utilizados por los arquitectos que dan origen a los planos, fachadas, cortes, requieren del conocimiento del sistema de codificación implícito, así como un esfuerzo de abstracción importante para lograr reconstituir la forma del objeto en su totalidad a través de la composición de las proyecciones horizontales y laterales, por lo que no conforman la mejor herramienta de comunicación. También en los materiales gráficos producidos se procuró introducir elementos preexistentes que pudiesen ser fácilmente identificados y referenciados por los vecinos y las vecinas.

Etapa II: conversaciones en territorio y definición participativa del proyecto

Se estableció un primer contacto con los y las referentes de cada una de las ollas y merenderos de manera de acordar los horarios del primer intercambio in situ. El objetivo de este primer encuentro fue la verificación de la situación organizacional y espacial de cada una de las ollas y merenderos, en clave de validar la información entregada por la IM y de evaluar la pertinencia de las propuestas según la situación del momento y lo manifestado por los y las referentes. El diálogo en la mayoría de los casos se dio de forma fluida. Cada equipo operativo guio la conversación para abarcar todos los ítems definidos en el formulario de relevamiento, el cual se sistematizó posteriormente y permitió obtener datos cualitativos y cuantitativos relativos a la situación organizacional, la demanda alimentaria de cada sector, las diferentes situaciones de emplazamiento de la actividad, los procesos de gestión y organización en cuanto al abastecimiento de alimentos, las condiciones urbanas de cada sector, entre otros.

De esa primera experiencia en territorio se construyeron estos datos y se empezaron a redefinir las intervenciones conforme a la situación del momento de cada olla y merendero. Se relevaron en principio 15 espacios entre ollas y merenderos.

Además de la evaluación espacial de los locales, en este primer encuentro se indagó sobre las formas de comunicación entre las vecinas y los vecinos vinculados a las ollas, el tipo de vínculos personales y a redes, las capacidades humanas y materiales para el momento de encarar las obras de mejoramiento.

Esta etapa permitió al equipo operativo asignado a cada olla y merendero, tener un panorama más real y preciso sobre las demandas de los y las referentes. A partir de allí, se inició la actividad de ajuste de proyecto, en la que estudiantes y docentes principalmente, teniendo en cuenta lo conversado con los actores del territorio, adaptaron las propuestas que habían sido entregadas por la IM. Se debatió en los equipos de trabajo, cuál sería la mejor manera de comunicar las propuestas. Se identificó la necesidad de producir gráficos que fueran de fácil comprensión para todas y todos los que estarían involucrados en el proceso de obra.

Respecto de la comunicación, en lugar de generar planos con nomenclaturas técnica, se elaboraron piezas gráficas de los proyectos con un lenguaje flexible y de fácil comprensión para la comunidad no especializada, como axonométricas que muestran con claridad el proyecto planteado por estudiantes y docentes, como, por ejemplo, las cartillas que se aparecen en la Figura 5.

Las propuestas ajustadas se compartieron con los vecinos y vecinas, de modo de lograr una validación final del proyecto y así empezar la programación y gestión de la etapa de obra.

La comunicación en la etapa de construcción de demanda: afectos, efectos y sensibilidades

Podemos pensar en algunas herramientas para la construcción de demanda desde un abordaje de intervención en la psicología comunitaria que lleva implícita y explícitamente el desarrollo de estrategias de comunicación. Rodríguez et al. (2010) proponen cuatro términos de abordaje: necesidad, pedido, demanda y encargo, y plantean la necesidad de profundizar en conceptos claves vinculados a los momentos fundamentales de la intervención comunitaria. Varias de estas herramientas nos permitieron generar articulaciones entre las comunidades, por ejemplo, el diseño de un formulario en formato impreso y digital que hizo factible construir preguntas y relevar e intercambiar con los referentes de cada olla.

A su vez, las posibilidades de la herramienta habilitaron a sistematizar la información para sacar algunas conclusiones iniciales que fueron de gran ayuda para entender y generar intercambios en torno a una práctica social comunitaria preexistente de cada olla, además de relacionar acciones de prácticas concretas y materiales, como la de construir. Esto permitió dejar saberes concretos en esas comunidades, además de la mejora del local. Si bien planteamos la dificultad de detectar o generar lazos entre diferentes comunidades con las mismas problemáticas, algunas acciones visualizaron posibilidades de trabajo conjunto.

Otra herramienta de comunicación entre la comunidad de docentes y estudiantes fue un Padlet3 que se actualiza continuamente, lo que dio lugar a una puesta a punto y en común de todo el proceso en cada encuentro. Tanto el equipo docente como el de estudiantes pudimos tener de forma rápida, simultánea y visual, una idea de los trabajos que se iban desarrollando en las demás ollas y merenderos.

Desplegando los cuatro conceptos planteados por Rodríguez et al. (2010):

En la articulación con el otro se va construyendo la demanda, y esto requiere un proceso de reflexión y análisis permanente. En este sentido, el proceso de “FADU en ollas” desplegó acciones, tanto de metodologías como en la sistematización de la información y registro, que permitieron continuar la construcción de la demanda. Sin olvidar que los tiempos de la academia y las gestiones de las instituciones nunca son suficientes para generar procesos del todo satisfactorios, tanto en el tiempo planificado para el intercambio de saberes y la construcción en conjunto de un proyecto en comunidad como para realizar las acciones concretas de construcción y mejora de los locales.

Etapa III: manos a la obra

La etapa de obra se dio de distintas maneras en las diferentes ollas y merenderos debido a la situación particular que tenía cada una en cuanto a disponibilidades de tiempos de trabajo y los materiales y recursos con lo que contaban.

Para este momento, el 66,7 % de las ollas y merenderos había recibido los materiales que proporcionó la IM. La cuestión fue que, con los ajustes de proyecto que se realizaron en la Etapa II, en muchos de los casos los materiales entregados no eran suficientes, o no se ajustaban a las necesidades según el proyecto definido. Por lo tanto, se procedió a solicitar a la IM un listado de materiales complementarios que dieran viabilidad a la construcción. Encontramos una dificultad en la coordinación de los tiempos de la obra, gestión de materiales y los tiempos definidos en el Acuerdo entre la IM y la FADU, ya que las gestiones demoraron más de lo planeado. En la mayoría de los casos se fue avanzando con los recursos disponibles, se consiguieron los materiales faltantes y se logró concretar lo planificado.

Se generaron diferentes tipologías de piezas gráficas dependiendo de la intervención a realizar y de la situación particular de la olla, tales como esquemas, manuales constructivos e imágenes que dan cuenta del proyecto, como se muestra en los ejemplos de las Figuras 5 y 6.

Esquemas de cartilla de obra. Olla Las de a Pie. Barrio Las Acacias.
Figura 5
Esquemas de cartilla de obra. Olla Las de a Pie. Barrio Las Acacias.
Fuente: Producción gráfica estudiantes curso “FADU en ollas”

En paralelo al trabajo específico de obra, el equipo integrado por estudiantes de LDCV efectuó algunos trabajos concretos en el territorio con la participación de varios de los estudiantes del curso. Uno de ellos fue la realización de pintadas en dos muros, uno en el merendero La Ranita y otro en la olla y merendero Virgen de Lourdes. Las dos instancias fueron planificadas con las referentes y la comunidad de vecinas y vecinos y con la participación activa de las niñas y los niños de la zona. Se llevaron a cabo encuentros previos a la intervención del muro en los cuales se propusieron algunas actividades de intercambio, de generación de ciudadanía, de un logo que los represente, un dibujo, elegir colores, entre otras propuestas que abrieron la participación concreta y real de los niños y niñas en una actividad integradora, ya que no participaron en las obras de mejoras edilicias. Se hicieron varios bosquejos, proyectos, donde los niños y niñas dibujaron de forma grupal e individual. Los muros interiores y exteriores terminaron con sus dibujos, con los colores que eligieron y las palabras que se plantearon.

En el informe final, los y las estudiantes plantearon como importante remarcar que, cuando esto sucede (sobre el trabajo en territorio) no es simplemente “que se conversa sobre algo, por el contrario, es un proceso que tiene como opción la de desarrollar un conocimiento emancipador, solidario” (Ghiso, 2015). Esto es exactamente lo que pasó en el proyecto “FADU en ollas”, se buscó la manera de aportar a los colectivos barriales autogestionados que les hacían llegar un plato de comida a las familias que lo precisaban. Un proyecto que partía de las ganas de cooperar, contribuir y participar

Para inicios de diciembre de 2021 se terminó la etapa de obra. De manera general, donde al menos el 95 % de las ollas y merenderos vinculadas al proyecto logró concretar las propuestas diseñadas colectivamente e incluso, en algunos casos, se dejó planteada una propuesta de mejora y/o expansión de los locales, de acuerdo con lo manifestado por los y las referentes en cuanto a la sostenibilidad de la olla y merendero y el deseo de realizar nuevas actividades de carácter comunitario en el mismo espacio.

Manual de construcción. Material generado para cada una de las ollas y merenderos
Figura 6
Manual de construcción. Material generado para cada una de las ollas y merenderos
Fuente: Producción gráfica estudiantes curso “FADU en ollas”

Etapa IV: sistematización de los resultados y difusión de los mismos

A lo largo de todas las etapas, cada equipo operativo fue registrando el proceso para elaborar un informe final del proyecto como producto entregable a la IM. Todo el registro fotográfico, de video y gráfico confeccionado en el proceso se difundió a la vez en otros escenarios académicos e institucionales, como también en diferentes redes sociales en las que participan los vecinos y vecinas, como Facebook e Instagram, y en FADU, dando cuenta del proceso.

El 4 de diciembre de 2021 participamos de la feria “Economía al parque”, organizada por la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración, que tuvo como objetivo acercar a la población las actividades que se estaban realizando desde la unidad de Extensión de dicha Facultad. Allí hicimos una exposición fotográfica del proyecto. La idea fue comunicar a través de las imágenes el proceso de trabajo colectivo con los diferentes actores y los resultados obtenidos. Se promovió, además, aprovechando la jornada, una recolección de insumos que serían donados a las ollas y merenderos.

Otra actividad fue la de cierre del plan Acciona en la explanada de la IM, donde FADU participó con un stand de exposición de fotografías de cada una de las ollas y merenderos. Y en un taller de serigrafía, con los logos trabajados por las y los estudiantes de la LDCV, se estamparon remeras junto a vecinas y vecinos.

Reflexiones finales

A través de este artículo pretendimos abordar algunos aspectos que hacen a los distintos ámbitos de intercambio de saberes y aprendizajes que nos han interpelado en el proceso del curso.

Sobre el espacio académico como mediador en la comunicación entre IM y el territorio

Reconocimos en este sentido algunas cuestiones que denominamos como tensiones de convergencia entre acciones estratégicas y prácticas socioculturales, viéndose reflejadas en la articulación de la IM con los actores sociales:

Entendemos que esta situación se debió a que cada olla tiene realidades muy cambiantes y, atento al paso del tiempo entre que se solicitó el convenio y se llevó a cabo la ejecución del curso, las necesidades de los actores sociales fueron variando e incrementándose y no pudieron ser interpretadas correctamente. Ello implicó un nuevo desafío para el curso: reforzar la comunicación con los actores sociales, propiciar la escucha, el recibo y el intercambio entre todas las partes actuantes.

Para afrontar esta situación se establecieron etapas que ya han sido mencionadas anteriormente, comenzando por el relevamiento en cada olla acerca de los materiales recibidos por los responsables y el intercambio y reinterpretación de las necesidades actuales que plantean tanto los responsables de las ollas como las personas que allí concurrían. Luego se hizo un intercambio participativo para establecer qué materiales se necesitaban, qué tareas y cómo se iban a realizar (elaboración de proyecto arquitectónico y secuencia de obra). Esto trajo consigo la programación espacio–temporal de la construcción propiamente dicha del proyecto involucrando a estudiantes, docentes y actores de las ollas en una conjugación que dejó como resultado pragmático la ampliación y mejora de los locales.

En este sentido, fue sumamente propicio porque fue un proceso de cambio de cada uno de los actores desde el entender–hacer para poder cambiar la realidad. Tuvimos que comunicarnos e intercambiar ideas entre todos los involucrados y el proceso de aprendizaje se volvió sumamente rico. Según Sarachu (2010), nos orientamos a la mirada de los procesos “re”, que incluyen resistencia, reivindicación, redescubrimiento de habilidades, restablecimiento de vínculos sociales, recuperación de espacios y redefinición de identidades.

Sobre el intercambio con el territorio (físico y social) y las formas de entenderlo a través de una comunicación incluyente

En este aspecto entendemos que el proyecto presentó dos grandes particularidades: una relativa al tiempo que fue escaso (entre tres y cuatro meses de ejecución) para desplegar herramientas en profundidad, y otra correspondiente a la dispersión de las ollas en el territorio de la ciudad de Montevideo.

Con referencia a la primera, la evaluamos como una dificultad, entendiendo la comunicación como contexto que fortalece y construye vínculos y afectos. Es fundamental poder contar con el tiempo necesario. Consideramos que en cuatro meses es casi imposible establecer lazos sólidos desde cero entre realidades tan complejas. Ello no quita que este sea un primer acercamiento a construir dichas relaciones desde el curso realizado con otros barrios de Montevideo.

En cuanto a la segunda particularidad, nos encontramos con 25 realidades diferentes y difíciles. Existía entre ellas la característica de que algunas de las ollas y merenderos que se encuentran en las proximidades del barrio Casavalle ya contaban con la experiencia previa de FADU en territorio. A ese respecto, las prácticas realizadas y los actores universitarios que se mantienen son una fortaleza para el despliegue de procesos dialógicos.

En cuanto a la dispersión de las ollas y merenderos en el territorio, consideramos que presentó una oportunidad para la conformación de redes y estrategias de colaboración interollas, pero evidenció dificultades a la hora de replicar el diálogo de saberes ya que el grupo motor es difícil de construir y se multiplica a diversas organizaciones sociales separadas físicamente. Encontramos una dificultad para conocer el territorio y para generar aperturas de redes entre las ollas y merenderos que no estaban conformados.

La condición de dispersión en el territorio de las ollas involucradas en el proyecto fue un gran desafío para la puesta en práctica de metodologías que permitan tanto reconocer procesos existentes de vínculos entre ollas como desplegar estrategias de colaboración mutua entre distintas ollas durante el proceso del proyecto.

Sobre la comunicación y difusión de los resultados

Según Ghiso (2016), el diálogo de saberes debe entenderse como un proceso de recuperación, deconstrucción, resignificación y recreación de los mismos donde la interacción, caracterizada por lo dialógico, recontextualiza y resignifica los “dispositivos” pedagógicos de la educación popular, facilitando así la reflexividad y la configuración de sentidos en los procesos, acciones, saberes, historias y territorialidades de los sujetos participantes. Es importante entender que, según el autor, esto hace posible la construcción de sentidos y negociaciones culturales (pertenencia) frente a un contexto diversificado y con desigualdades.

Ello nos sugiere cuestionarnos sobre si realmente se dio este diálogo de saberes en el marco del curso “FADU en ollas”, puesto que creemos que mayormente fue posible intercambiar estos saberes cotidianos que bien define Ghiso (2016) como una condición indispensable para la comunicación, donde se comparten con otros la memoria, la identidad y los sentidos. Intercambiamos así entre todos los actores involucrados estos saberes y se logró plasmar en un trabajo realizado en cooperación de todas las partes involucradas.

Otro punto para reflexionar la interpretación de la extensión con relación a lo que menciona Freire (1973) en su libro ¿Extensión o comunicación? La concientización en el medio rural, donde lo referencia como un ámbito en el que “nadie educa a nadie, nadie se educa a sí mismo, los hombres se educan entre sí con la mediación del mundo”. Hacer una revisión de lo actuado es fundamental para nuevas experiencias y, en este sentido, repensar las actividades de extensión en un “con el otro” y no “para el otro”.

En esta línea, el proyecto “FADU en ollas” ha sido enriquecedor, permitió articular en territorio estos actores tan dispersos, cada uno con su complejidad y sus características individuales. Esto generó un proceso complejo y difícil de llevar a cabo pero que positivamente hemos podido articular desde el intercambio de conocimientos, donde no solo se impone un discurso, sino que cada uno de los actores se apropia del proyecto, lo asimila y lo incorpora a la comunicación.

Entendemos que este proyecto ha superado la barrera de las prácticas asistencialistas para pasar a ser una práctica desarrolladora de capacidades, de saberes y de intercambios. Pero quedan abiertos algunos interrogantes, como, por ejemplo, si podrán mantenerse las prácticas instrumentadas, si las construcciones que no llegaron a completarse en el tiempo que duró esta intervención podrán ser llevadas a cabo por los actores o será necesario un acompañamiento constante por parte de la academia, y si los actores ejecutarán las acciones de mantenimiento que en conjunto fueron pensadas. En definitiva, creemos que este tipo de acciones debe ser continuo y constante para que la articulación que fue generada con este proyecto, que a su vez se encuentra dentro de otra articulación más general, como lo es FADU en Casavalle, debería existir también en otros barrios para poder eliminar así las rupturas a nivel territorial entre Estado, universidad y población.

Referencias

Arocena, R., Tommasino, H., Rodríguez, N., Sutz, J., Álvarez Pedrosian, E., & Romano, A. (2017). Cuadernos de Extensión Nº 1: Integralidad: tensiones y perspectivas.

Bordoli, E. (2010). Aportes para pensar la extensión universitaria. Extensión en obra, 13.

Cotos, A. G. (2015). Del diálogo de saberes a la negociación cultural. RedPensar, 4(1), 1–10.

Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (1972). Seminario de Política de Extensión Universitaria Montevideo. Mimeo.

Freire P. (1973). ¿Extensión o comunicación? La concientización en el medio rural. Siglo XXI Editores.

Guiso, A. (2015). Del diálogo de saberes a la negociación cultural. Recuperar, deconstruir, resignificar y recrear saberes. Pensamiento Popular, 2, 28–37.

Max Neef, M. y cols. (1986). Desarrollo a escala humana. Nordan.

Montero, M. (1991) Concientización, conversión y desideologización en el trabajo psicosocial comunitario. Boletín de la AVEPSO, XIV(1). Venezuela.

Programa Integral Metropolitano (2021). Territorio e integralidad: experimentando lo común. Programa Integral Metropolitano.

Rebellato J. L. (1997). Horizontes éticos de la práctica social del educador. CFEI.

Rebellato J. L. (1989). Ética y práctica social. EPPAL.

Rodríguez, A., Giménez, L., Netto, C., Bagnato, M. & Marotta, C. (2001). De ofertas y demandas: una propuesta de intervención en psicología comunitaria. Revista de Psicología, 10(2), 101–109. 10.5354/0719-0581.2001.18586

Sarachu, G. (2010). Sobre la intervención en los procesos sociales y las estrategias metodológicas. Aportes para pensar la extensión universitaria. Extensión en obra, 13.

Notas

1) En el marco de la llamada “movilidad horizontal”, que propone la colaboración entre disciplinas en procura de integrar y aprovechar mejor los recursos disponibles, así como vincular más estrechamente a estudiantes de las diversas carreras, ampliando su formación y promoviendo su movilidad entre servicios de la Universidad.
2) Importante destacar la interdisciplinariedad que se buscó establecer en los equipos operativos. La convocatoria logró vincular al proyecto estudiantes de las Facultades de Diseño y Comunicación Visual, Arquitectura, Paisaje y Veterinaria.
3) Padlet: muro digital compartido.
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