Desafíos de gestión
La integralidad desde el Modelo Educativo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras: una propuesta para la formación crítica de estudiantes
Integrality from the Educational Model of the National Autonomous University of Honduras: a proposal for the critical formation of students
Integralidade a partir do Modelo Educacional da Universidade Nacional Autónoma de Honduras: uma proposta para a formação crítica de estudantes
+E: Revista de Extensión Universitaria
Universidad Nacional del Litoral, Argentina
ISSN: 2346-9986
Periodicidad: Semestral
núm. 18, e0005, 2023
Recepción: 04 Abril 2023
Aprobación: 31 Mayo 2023
Resumen: El propósito de este artículo es aportar elementos teóricos y metodológicos para avanzar en la integralidad del currículo universitario en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras atendiendo a los ejes integradores del Modelo Educativo y las funciones de docencia, investigación y vinculación con la sociedad. Se presentan propuestas y rutas de articulación que se impulsan en otras universidades del cono sur, las cuales aportan reflexiones sobre el impacto de la integralidad del currículum para promover la ciudadanía crítica. Se concluye que el Modelo Educativo de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras vigente propone estrategias y dispositivos para la integralidad de las funciones, la integración de las disciplinas y la participación de la Universidad en la solución de las principales problemáticas de la sociedad hondureña. Por tanto, es posible plantearse otras formas de interpelar el conocimiento dado y crear conocimientos nuevos, con la participación de los estudiantes y docentes, al mismo tiempo que se construyen, junto a los actores sociales, soluciones concretas a la problemática social en las comunidades.
Palabras clave: integralidad de funciones universitarias, prácticas integrales universitarias, modelo educativo UNAH, espacios integrales de formación.
Abstract: The purpose of this article is to provide theoretical and methodological elements to advance in the integrality of the university curriculum at National Autonomous University of Honduras, taking into account the integrating axes of the Educational Model and the functions of teaching, research and connection with society. Proposals and articulation routes that are promoted in other universities in the southern cone are presented, which provide reflections on the impact of the integrality of the curriculum to promote critical citizenship. It is concluded that the current National Autonomous University of Honduras Educational Model proposes strategies and devices for the integrality of functions, the integration of disciplines and the participation of the university in solving the main problems of Honduran society. Therefore, it is possible to consider other ways of questioning the given knowledge and creating new knowledge, with the participation of students and teachers, at the same time that concrete solutions to social problems in the communities are built together with the social actors.
Keywords: integrality of university functions, comprehensive university practices, UNAH educational model, comprehensive training spaces.
Resumo: O objetivo deste artigo é fornecer elementos teóricos e metodológicos para avançar na integralidade do currículo universitário na Universidade Nacional Autónoma de Honduras, considerando os eixos integradores do Modelo Educacional e as funções de ensino, pesquisa e articulação com a sociedade. São apresentadas propostas e rotas de articulação que são promovidas em outras universidades do cone sul, que proporcionam reflexões sobre o impacto da integralidade do currículo para a promoção da cidadania crítica. Conclui-se que o atual Modelo Educacional da Universidade Nacional Autónoma de Honduras propõe estratégias e dispositivos para a integralidade das funções, a integração das disciplinas e a participação da universidade na solução dos principais problemas da sociedade hondurenha. Assim, é possível pensar outras formas de questionar os saberes dados e criar novos conhecimentos, com a participação de alunos e professores, que por sua vez contribuem, junto a atores sociais, com soluções concretas para a problemática social nas comunidades.
Palavras-chave: integralidade das funções universitárias, práticas integrais universitárias, modelo educacional da UNAH, espaços integrais de formação.
Introducción
A partir del proceso de Reforma Integral de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), propuesto en 2005 (Comisión de Transición, 2005), surge la necesaria reflexión acerca de los elementos teóricos y metodológicos que permiten lograr la integralidad del currículum universitario articulando las tres funciones misionales, consideradas esenciales para la UNAH según su Modelo Educativo (UNAH, 2009).
La Perspectiva Pedagógica del Modelo Educativo de la UNAH se fundamenta en la Teoría constructivista (Vigotsky, 1989; Freire, 1997), la Teoría crítica (Habermas, 1989; Giroux, 1997) y la Teoría humanista (Rogers y Rosemberg, 1981) y se orienta al desarrollo integral del profesional egresado de la UNAH. Se destaca su orientación a “la búsqueda del desarrollo humano sostenible y su vocación hacia la responsabilidad solidaria, considerando convertir la educación en posibilidad real de vida y desarrollo” (UNAH, 2009, p. 39).
Dicho modelo, propone que el currículo deberá articularse en torno a ejes fundamentales, los cuales, citando a Quesada (2001), “son actividades formativas provenientes de las demandas del contexto, que se entrecruzan con las áreas disciplinarias” (UNAH, 2009, p. 39). Es así que el currículo debe contemplar aspectos socioculturales relevantes que engarzados con los ejes educativos propios de cada disciplina busquen generar una formación integradora que permita a las y los estudiantes crecer en todos los aspectos relativos a su emancipación personal y social, a ser personas críticas, independientes, solidarias, conscientes de la situación social de su país y de sus comunidades, para que, desde esa posición de conciencia alerta, solidaria, crítica y responsable, comiencen a asumir retos de su propia vida, de su participación y de sus acciones sobre el entorno.
Una primera parte del artículo aborda el tema de la integralidad de la formación universitaria, donde la articulación de las funciones sustantivas de enseñanza, investigación y vinculación universidad y sociedad permite esa visión integradora del currículum.
La segunda parte hace alusión al Modelo Educativo y las normas académicas como el marco político que viabiliza los esfuerzos para lograr prácticas formativas integrales en la UNAH. Se hace patente la gestión de la articulación de las funciones en la UNAH en el currículum como una situación dinámica y heurística, de construcción constante, de búsqueda de las potencialidades en un contexto socioeducativo complejo. Se parte de un análisis de los espacios de formación que actualmente se dan en las carreras, del valor agregado del papel articulador de los ejes transversales propuestos en el Modelo Educativo, y de la reinterpretación de todos estos elementos mediante algunos modelos de integralidad especialmente fundamentados en la experiencia de la extensión crítica de grupos de universidades latinoamericanas y caribeñas.
En la tercera parte, a través de experiencias que se han sustentado y documentado e intercambios valiosos con pares internacionales, se presentan propuestas y rutas de articulación que nos llevan a la integralidad del currículum para promover la ciudadanía crítica. Las iniciativas que se incluyen en este artículo son microexperiencias con las cuales se van generando aprendizajes y cuya importancia para la gestión del cambio bien la señala Adriana Puiggrós (2015).
El apartado de conclusiones sintetiza los avances y desafíos que nos quedan como equipo de investigación para continuar construyendo el modelo de integración de funciones descrito.
La integralidad en la formación universitaria
La integralidad, en las prácticas formativas, busca superar la enseñanza universitaria tradicional, fragmentada y retórica, y promueve la formación integral del estudiante (Tommasino y Rodríguez, 2010). Este enfoque, en consonancia con las pedagogías transformadoras, considera y aborda de manera equilibrada y coherente todos los aspectos del desarrollo de la persona: cognitivo, emocional, social, ético y conductual.
En la UNAH se entiende por integralidad de las funciones al proceso educativo donde se articulan la investigación y la vinculación con actores sociales, a los procesos de enseñanza y de aprendizaje.
Las prácticas integrales en los procesos formativos descansan sobre tres ejes fundamentales: la articulación de las funciones sustantivas de la universidad en los espacios de enseñanza y aprendizaje, la interdisciplinariedad y el diálogo de saberes.
Para ello, se promueve la docencia integral mediante la curricularización de las experiencias de vinculación e investigación. Para esto es necesario que, desde la planificación y el diseño curricular, se creen los espacios de aprendizaje integrales, propuesta señalada por Tommasino que se caracteriza por: articular experiencias de extensión en el proceso de enseñanza (docencia) y de producción de conocimientos (investigación); introducir la interdisciplina para el abordaje de contenidos (en la docencia), la delimitación de objetos de estudio (en la investigación) y en la conformación de equipos (de varias disciplinas) para la resolución de problemas sentidos en las comunidades (en la extensión); incorporar el enfoque territorial e intersectorial en las intervenciones y abordaje de problemáticas, y el enfoque transformador considerando a los sujetos protagonistas de los cambios en las situaciones a intervenir y no como objetos de estudio o beneficiarios del proceso (diálogo de saberes).
En esta ruptura con el modelo educativo tradicional, la extensión universitaria pasa a ser considerada el punto de partida para el desarrollo de prácticas educativas vinculadas con la misión de transformación social de la universidad (Tommasino y Rodríguez, 2010).
Para lograr este cometido, el Modelo Educativo propone cuatro ejes integradores: Objetivos de Desarrollo Sostenible y estrategia de reducción de la pobreza; Violencia, Vulnerabilidad y Riesgo; Ética y Bioética; y Condiciones y Calidad de Vida.
El Modelo Educativo de la UNAH y las normas académicas como marco para lograr la integralidad formativa
En el Modelo Educativo, la investigación, la vinculación con la sociedad y la docencia se consideran los ejes articuladores de la práctica académica. Refiere a la concreción de la integralidad del currículum a través de sus ejes integradores, los cuales deben articular el currículo, enlazarse con los contenidos disciplinares para la formación de profesionales y ciudadanos integrales conscientes de sus responsabilidades en los procesos de desarrollo del país.
Establece que la investigación ya no tiene que ser relegada a una experiencia de un seminario al final de la carrera de grado sino desarrollarse en todos los niveles, y que en los posgrados ya es preciso poder alcanzar cierto nivel de madurez en investigación. Pero también dice claramente que los docentes deben realizar investigación–acción para enriquecer su práctica docente y para enriquecer el currículo.
En cuanto a la perspectiva pedagógica del Modelo Educativo, se caracteriza por el enfoque en la resolución de problemas de la realidad, el aprendizaje significativo en colectivo, y el enfoque crítico–reflexivo para generar la consciencia social transformadora y emancipadora de las actuales relaciones sociales (UNAH, 2009).
Asimismo, en las Normas Académicas (UNAH, 2015), el artículo 140 b establece como requisito de graduación, de manera obligatoria, haber participado en su proceso educativo en una iniciativa de índole social, cultural, artística, deportiva. Pero el artículo más potente, y que sustenta el despliegue de acciones transformadoras en las prácticas curriculares es el número 6, en el que se declara el compromiso de la UNAH, en los siguientes términos:
“La educación superior es el proceso de formación humanista, profesional y ciudadana, que se realiza bajo el principio de libertad de investigación, de aprendizaje y de cátedra; que persigue el desarrollo integral del estudiante y está orientada a responder a las necesidades prioritarias del país, mediante el dominio del saber en los campos científico, técnico, artístico y cultural; cumpliendo sus finalidades en virtud de la integración de las funciones de docencia, investigación y vinculación universidad–sociedad”.
La Figura 1 muestra la dinámica de la articulación de las funciones en la UNAH y la condición de búsqueda de la integralidad en un contexto socioeducativo complejo. Se observa:
En color verde, los dispositivos de investigación; en color azul, los dispositivos de vinculación; y en color marrón, los dispositivos de docencia.
Espacios de docencia, investigación y extensión desarticulados entre sí y, en la mayoría de los casos, con poca o nula integración con los actores sociales y las problemáticas.
Espacios de formación exclusivamente áulicos, con poco o nada de diálogo con el entorno.
Las prácticas profesionales y el servicio social, en su mayoría, son experiencias que se dan de forma externa al plan de estudios.
Tanto los proyectos de investigación como de vinculación dependen más de las dinámicas de los institutos de investigación y comisiones de vinculación y en el caso de los actores sociales su vínculo fuerte es a través de proyectos de vinculación, dejando de lado la interacción con las demás funciones.
Algunos de estos dispositivos están curricularizados, es decir son espacios formativos obligatorios para el estudiante ya que están descritos en el plan de estudios, pero de igual manera no se gestionan como espacios de formación integral.
El logro, aunque pequeño es la apertura a un espacio de formación integral en el cual los y las estudiantes pueden pasar por experiencias formativas integrales, ya que la dinámica de este espacio instituye dispositivos y herramientas para la integración de las funciones, la interdisciplina y la intersectorialidad.
La figura es reinterpretada a la luz de las definiciones de modelos de integralidad propuesto por Tommasino (2020), integralidad “articulada obligatoria curricular” o integralidad “articulada a las disciplinas basado en espacios e itinerarios de formación integral” que cabe dentro del trayecto de formación de los estudiantes en diferentes etapas, pero rara vez en el primer año.
El reto es crear dispositivos a partir del modelo educativo vigente, para dinamizar la integralidad de las funciones sustantivas en el propio proceso formativo de cada carrera de grado y posgrado, que sea capaz de orientar la investigación y la enseñanza “hacia experiencias que les interpele y que les confronte con una realidad que es dinámica, cambiante, compleja, indisciplinada” (Tomassino, Medina y Toni, 2018, p. 33).
Los espacios integrales de formación y su trayectoria: avances y desafíos
Desde los espacios curriculares, es posible comenzar a sumar estudiantes para realizar trabajos de campo en las comunidades. En estos espacios los conocimientos generados en el aula son incorporados en la elaboración de propuestas de investigación y de acciones de vinculación universidad y sociedad. En este sentido, el interés de articular las prácticas académicas universitarias con necesidades sociales, culturales y científicas de las comunidades, va de la mano con la facilitación, acompañamiento y evaluación de los docentes.
Con esto se proponen algunas innovaciones para pensar la integralidad desde la docencia; es posible plantearse otras formas de interpelar el conocimiento dado y crear conocimientos nuevos, con la participación de los estudiantes y docentes, al mismo tiempo que se construyen junto a los actores sociales soluciones concretas a la problemática social en las comunidades (Tommasino y Rodríguez, 2010).
Se proponen tres rutas a partir de las cuales se considera plausible la curricularización de prácticas integrales en el ámbito universitario hondureño: las prácticas integrales curricularizadas, las prácticas sociocomunitarias o socioeducativas, como se les conoce en el ámbito universitario argentino (Erreguerena, 2020) y los itinerarios formativos integrales articulados con las disciplinas que se han instituido en Uruguay (Tommasino y Rodríguez, 2010).
Experiencias de prácticas integrales curricularizadas
Basados en los preceptos de la extensión crítica (Erreguerena, Nieto y Tommasino, 2020), la articulación de funciones tiene metas de alto alcance que es la formación de profesionales integrales comprometidos con la solución de problemáticas sociales a la vez que sean capaces de dialogar activamente con otras disciplinas y con los saberes populares. Presupone un proceso de diálogo crítico, horizontal, vinculando a una diversidad de actores, entre ellos los universitarios, actores sociales, sectores populares.
Se persigue la resignificación de la formación universitaria y sensibilización hacia el compromiso social de la universidad pública. Un ejemplo concreto ha sido la ejecución del programa de atención primaria de salud familiar y comunitario en el municipio de San José de Colinas, Santa Bárbara, (Padilla Contreras, 2019).
Esta experiencia inicialmente desarrollada en un municipio de unos 18 mil habitantes aproximadamente entre los años 2011 y 2016 aportó a la reflexión y construcción de posibilidades para la integralidad desde las siguientes características del modelo:
Su carácter interdisciplinario aglutinó el trabajo de 7 Facultades a partir de la inserción de estudiantes de servicio social y práctica profesional de las carreras de Medicina, Enfermería, Psicología, Trabajo Social, Odontología, Microbiología, y posteriormente Informática, Ingeniería y Derecho.
La generación y consolidación de alianzas estratégicas a nivel local y con instancias gubernamentales que brindaron las condiciones de sostenibilidad y escalabilidad del modelo a otros municipios
El enfoque transformador de la situación de salud, desde su concepción posibilitó la construcción de una política pública en salud comunitaria desde el enfoque de atención primaria de salud.
La gestión del conocimiento en el proceso, con diagnósticos, talleres de planificación para la intervención, espacios de cabildeo para la toma de decisiones, perfilación de proyectos en las comunidades, así como la incidencia en políticas públicas relacionadas con la salud.
El enfoque participativo del proceso en donde tanto la población como la comunidad universitaria involucrada estuvieron presentes en cada etapa del proceso, desde la organización hasta la sistematización del mismo.
Otros ejemplos de estas prácticas se están desarrollando en el marco del proyecto “Familia y Comunidades Sanas”, del Departamento de Salud Pública adscrito a la Facultad de Ciencias Médicas, que inició en 2017 en algunas zonas del Distrito Central y San Ignacio en Francisco Morazán, y benefició a 1500 familias aproximadamente. Para 2019, el proyecto se extendió al departamento de Intibucá y a cuatro municipios de Francisco Morazán, donde se beneficiaron aproximadamente 1200 familias1.
Las prácticas socioeducativas se definen “como un dispositivo de la docencia universitaria que, articulando las funciones sustantivas de la universidad, procuran la vinculación de insumos teóricos y metodológicos con la resolución de problemas sociales relevantes, favoreciendo la formación integral y el compromiso social universitario” (Erreguerena, 2020, p. 8) y que de este modo se vincula con la investigación y la docencia.
El ejemplo de prácticas que se desarrollan en la Universidad que cumplen con varias de las características definidas son los convenios de ejecución con municipios en el marco de la estrategia de desarrollo local, donde se firman acuerdos por 10 años y durante los cuales se introducen diferentes modalidades de participación de las unidades académicas. En San Francisco de Opalaca, Intibucá se han desarrollado más de 31 proyectos académicos con la participación de 25 estudiantes de 7 carreras. Estas intervenciones se han hecho con prácticas profesionales adscritas a un plan de acción elaborado de forma participativa con las 39 aldeas del municipio procurando la participación amplia de la población. Esta estrategia, liderada por la Dirección de Vinculación Universidad Sociedad, se ha extendido a 5 municipios más donde se han logrado articular equipos interdisciplinarios e interinstitucionales para el seguimiento de las acciones.
Los desafíos para la implementación de este tipo de dispositivos, se darían a partir del diagnóstico curricular, donde se deben establecer las necesidades sociales, científicas y tecnológicas en las que la carrera debe intervenir. El resultado de articular este diagnóstico con el mapeo de espacios socio comunitarios y actores desarrollados por la Dirección de Vinculación Universidad Sociedad y con las líneas de investigación definidas por la Dirección de Investigación Científica, Humanística y Tecnológica, implica las siguientes acciones:
Revisar las líneas prioritarias de investigación de la institución para armonizar líneas de desarrollo de la carrera, la formación de los estudiantes con la demanda social y las líneas institucionales de investigación.
Establecer proyectos integradores en el currículum donde se articulan la docencia, la investigación y la vinculación universidad sociedad en cumplimiento de los procesos de fortalecimiento de las competencias integrales profesionales académicas y ciudadanas del graduado. Son temas de atención los ejes transversales propuestos en el modelo educativo: objetivos de desarrollo sostenible; violencia, vulnerabilidad y riesgo; ética y bioética; condiciones y calidad de vida en un contexto marcado por la exclusión, inseguridad y corrupción (UNAH, 2009).
Establecer los espacios de aprendizaje donde se concreta el desarrollo del proyecto integrador de la carrera incluyendo espacios curriculares para desarrollar prácticas sociocomunitarias o socioeducativas o itinerarios formativos que se sustentan en investigaciones diagnósticas realizadas por los estudiantes.
Para la concreción de estas prácticas socioeducativas o comunitarias durante el trayecto formativo del estudiante se requieren dispositivos didácticos en formato de seminarios, visitas de campo, talleres etc. donde se combinan las experiencias de aprendizajes en territorios planificados para uno o varios períodos académicos y que incluye la articulación de la docencia, investigación y vinculación universidad sociedad.
El acompañamiento a los estudiantes en sus prácticas debe ser mucho más intensivo debido a las dificultades que se presentan en la articulación de las demandas académicas con las necesidades de los proyectos. Por eso, la participación de estudiantes en los proyectos debe coincidir con el acompañamiento del docente de la asignatura en el marco dentro del cual se realice el trabajo. Es decir, se requiere una operativa que acompañe y que le dé garantías al estudiante porque en realidad el proceso es complejo; articular las demandas de los proyectos con las exigencias del currículum de la asignatura obliga a un trabajo de reajuste permanente.
Itinerarios formativos, integralidad articulada desde las disciplinas
Este proceso de integralidad no se concretará si no se establece en el currículum los tramos que conformarán los itinerarios formativos vinculados con las disciplinas y los ejes transversales, de manera explícita.
Entre los meses de junio a septiembre de 2022 se realizó un proyecto conjunto entre la UNAH y la Universidad de Fevale donde se posibilitaron espacios de reflexión (seminarios) y construcción de alternativas (talleres) sobre el desarrollo de capacidades para la articulación de las funciones en el currículum donde participaron algunas carreras de la Universidad que están desarrollando sus procesos de rediseño curricular. En estos espacios se lograron identificar elementos comunes en los cuales las carreras pueden introducir de forma gradual y progresiva proyectos articuladores que integran diversos elementos del currículo. A partir de un guion de trabajo basado en la experiencia de curricularización de la extensión en Brasil (Imperatore, Ferreira y Braga, 2022), los diferentes grupos de trabajo pudieron apropiarse de los siguientes elementos:
Seleccionar de una lista de áreas prioritarias previamente definidas, aquellas con posibilidad de ser intervenidas desde la carrera.
Delimitar temáticas problematizadoras vinculadas con su quehacer académico disciplinar.
Definir objetivos tanto para la comunidad o entorno de intervención como a lo interno en los aprendizajes de los participantes del proceso (estudiantes, profesores, actores sociales).
Identificar asignaturas de su carrera vinculadas con posibles soluciones.
Identificar otras áreas del conocimiento relacionadas con la problemática.
Definir metodologías, marcos teóricos y de abordaje de las problemáticas.
Caracterizar las zonas de intervención y la población.
Proponer instrumentos de trabajo para el proceso de acuerdo a la problemática y a la población.
Proponer los mecanismos de evaluación con enfoque participativo.
Se logró la concreción de 4 guiones que fueron presentados por cada carrera, con el fin de mostrar la practicidad del uso del instrumento y la comprensión de la metodología para la elaboración.
El proceso consiste en asumir aspectos tales como: la vinculación temprana del estudiante a la comunidad a través de experiencias de aplicación práctica, estableciendo intercambio de saberes y de experiencias con los actores sociales y articulando los contenidos de los espacios de aprendizaje con dinámicas de actividades de la comunidad con un propósito de desarrollo. Además, la elección de los temas de acuerdo con los ejes transversales del Modelo Educativo pero también en atención a las competencias integrales que propone el perfil del egresado de las carreras y los saberes de la profesión. En tanto, en la actualidad se tiene normada la práctica profesional supervisada como una experiencia al final de la carrera con una duración de 800 horas (Acuerdo Nº 16–93–CUO de Consejo Universitario que consta en el Acta Nº 590) y está bajo la responsabilidad de las coordinaciones de carreras. Tal como se describe, salvo algunas excepciones, la práctica profesional no ofrece los escenarios de aprendizaje necesarios para establecer itinerarios formativos de formación integral debido a que está más a cargo de la empresa que le da alojamiento al estudiante para que realice determinadas tareas. Asimismo, según su definición, la práctica profesional es una actividad formativa, con capacidad crítica, práctica, reflexiva y creadora del estudiante la cual es supervisada periódicamente y en donde el estudiante asume un rol de futuro profesional a través de la inserción en un ambiente laboral que le permite la aplicación integrada de los conocimientos que ha adquirido a través de su formación académica. Esta definición se ajusta a la mirada instrumental y técnica. Es necesario establecer espacios extrauniversitarios donde se desplieguen las acciones que cristalizan el compromiso social de la universidad. Por último, para el desarrollo de la integralidad articulada a las disciplinas es necesario establecer itinerarios formativos que se desarrollan a lo largo de la carrera. Esto da lugar a un proyecto integrador que inicie desde el primer año de formación.
Estos espacios de reflexión, a la vez que han permitido avances en el proceso de integración de las funciones, hacen posible identificar desafíos institucionales para orientar hacia la integralidad del currículum por tanto dan una ruta de la caracterización del proceso de integralidad en la UNAH:
Integración a nivel de las disciplinas (el currículum)
Se refiere a identificar en los espacios de aprendizaje que integran el currículum las prácticas comunitarias y/o los itinerarios formativos a través de proyectos integradores; articular los contenidos disciplinarios para el análisis de problemas reales y necesidades de diferentes poblaciones; establecer a nivel institucional líneas de investigación prioritarias de la UNAH (investigación) y líneas de vinculación universidad sociedad; determinar desde cada una de las Facultades y centros regionales el desarrollo de las líneas de investigación desde las diferentes disciplinas (docencia) y articular grupos multidisciplinarios.
Integración a partir de los actores
Se trata de la integración de los actores (docentes, estudiantes, investigadores, técnicos, autoridades) con los actores de la sociedad a partir de las demandas de país y la búsqueda de soluciones. Igualmente, de aquellos externos en el diagnóstico de problemas comunitarios y de país para determinar las líneas prioritarias de investigación. También se apunta a integrar en la gestión del conocimiento; mediante instancias de investigación (grupos, observatorios, institutos) que generan nuevos conocimientos a partir de resultados científicos; a incorporar en el currículo los nuevos conocimientos generados de procesos investigativos en las diferentes formas de docencia que sea posible; a ofrecer respuestas a los problemas de la sociedad desde los nuevos conocimientos producidos por el resultado científico, teniendo en cuenta las demandas de la sociedad en las diversas formas de vinculación.
A manera de conclusión, el Modelo Educativo de la UNAH propone estrategias y dispositivos para la integralidad de las funciones, la integración de las disciplinas y la participación de la Universidad en la solución de las principales problemáticas de la sociedad hondureña. Es posible plantearse otras formas de interpelar el conocimiento dado y crear conocimientos nuevos, con la participación de los estudiantes y docentes, al mismo tiempo que se construyen junto a los actores sociales soluciones concretas a la problemática social en las comunidades. La integralidad significa integración de las funciones, de las disciplinas, entre los actores, entre las instituciones y sus diferentes herramientas de trabajo, integración de los equipos de trabajo académicos y comunitarios. La propuesta presentada en este documento posibilita la identificación de dispositivos y estrategias concretas de integración que requieren ser institucionalizadas para su operación en los planes de estudio de las carreras de grado y posgrado, de manera de hacer factible un modelo de formación integral por el cual transiten todos los estudiantes universitarios. La experiencia de prácticas y propuestas para desarrollar la integralidad de la formación implica transformar prácticas curriculares que demanda la puesta en marcha del Modelo Educativo y sus normas; no obstante, como se ve en la Figura 1, es un modelo que está en proceso de consolidación entre la comunidad.
Referencias
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Notas
Información adicional
Contribución del autor/a (CRediT): Conceptualización: Green, I. y Padilla, I. Investigación: Green, I. y Padilla, I. Redacción - borrador original: Green, I. y Padilla, I. Redacción - revisión y edición: Green, I. y Padilla, I.
Biografía del autor/a: Ivy Green, Doctora en Gestión del Desarrollo. Coordinadora del área de Gestión Académica de la Vicerrectoría Académica. Presidenta del Consejo Centroamericano de Acreditación de la Educación Superior.
Biografía del autor/a: Ivania Padilla, M.Sc. en Economía y Desarrollo. Directora de Vinculación Universidad Sociedad, Cocoordinadora del Grupo Clacso Extensión Crítica, Teorías y prácticas en América Latina y El Caribe. Electrónicos.