Reseñas

Reseña de: Javier Vilanova Arias, Filosofía de sentido común

Andrés Fernando Stisman *
Universidad Nacional de Tucumán, Argentina

Reseña de: Javier Vilanova Arias, Filosofía de sentido común

Tópicos, núm. 44, e0017, 2022

Asociación Revista de Filosofía de Santa Fe

Vilanova Arias Javier. Filosofía de sentido común. 2021. Madrid. Guillermo Escolar Editor. 312pp.. 84-18093-30-7

Recepción: 01 Febrero 2022

Aprobación: 01 Marzo 2022

Javier Vilanova Arias, Profesor del Departamento de Lógica y Filosofía Teórica de la Universidad Complutense de Madrid, nos propone un libro en el que se plasman algunas de sus más recientes inquietudes vinculadas al alejamiento que diferentes formas de hacer filosofía tienen con los problemas con los que se encuentran las personas en sus cotidianeidades.

Aunque el autor acepta las múltiples maneras en que se piensa y practica la filosofía, considera valioso el esfuerzo por acercar preguntas y respuestas, que a veces se piensan como meramente teóricas, al ámbito de la vida práctica y sus cuestiones. De hecho, los antiguos griegos no pensaron sus especulaciones como independientes de preocupaciones tan humanas como la vida feliz o virtuosa, o la organización de la polis. La vía encontrada por Vilanova es la de acercarse al análisis del sentido común y mostrar cómo desde allí pueden repensarse muchos problemas filosóficos.

Ya en las primeras páginas, el autor expresa que su libro es una filosofía desde el sentido común y para el sentido común. De allí que conste de dos partes: una práctica y otra teórica. Su opción es presentar en primera instancia cómo él hace filosofía desde el sentido común (sección práctica), para luego mostrar la propia concepción teórica que opera de marco en sus indagaciones. Ambas secciones se retroalimentan e iluminan mutuamente. Por esta razón, pueden realizarse múltiples lecturas de su libro: puede seguírselo de manera lineal o, por el contrario, empezar por la parte teórica y luego pasar a la práctica. También es factible leer los capítulos de forma intercalada. En lo que sigue, comentaré primero la sección teórica y luego la práctica.

En la parte teórica, el autor hace un rastreo histórico de la noción de “sentido común” y muestra cómo abreva en dos fuentes: la koiné aisthesis griega y el sensus communis romano. Realiza, a su vez, una delimitación conceptual del sentido común (no equiparable a una definición, pues, como muestra, el sentido común es vago). Para ello, nos muestra sus características y sus diferencias con lo que no es sentido común, como, por ejemplo, la mera opinión pública. También pone al lector al tanto de diferentes tratamientos que han hecho del sentido común la lógica, la psicología y la antropología.

El libro, que en toda regla es una defensa muy argumentada del sentido común, nos muestra cómo este se relaciona con el saber que la humanidad ha ido acumulando en el trato diario con las cosas en el intento de resolver problemas. El conocimiento que provee el sentido común es eminentemente práctico y está relacionado con la experiencia. En su construcción intervienen múltiples tareas cognitivas: observar, ensayar soluciones a los problemas, comparar, etc.

De particular relevancia e interés resulta el análisis que hace Vilanova de las relaciones entre sentido común, ciencia y filosofía. Expone allí el error que, a su juicio, implica considerar que los caminos del sentido común y la ciencia son por naturaleza divergentes. Por un lado, muchos de los problemas que plantea el sentido común son también propios de la ciencia; por otra parte, el sentido común es “promiscuo” y se integra muy bien con otros saberes. Así, rechazar ciertos conocimientos científicos debidamente fundados es contrario al sentido común. No es al sentido común a lo que adhiere el terraplanismo del siglo XXI; por el contrario, sus tesis lo niegan.

El autor presenta, a su vez, las tensiones que se han planteado históricamente entre filosofía y sentido común, y muestra cómo, desde su perspectiva, la filosofía no debe ser ajena al sentido común. La tarea del filósofo, en tanto encargado de resolver problemas conceptuales, no es huir del saber que da el sentido común para proponernos uno alternativo, sino ver qué categorías son las adecuadas para entender determinados fenómenos. Muchos enredos y malentendidos surgen, como en muchos acertijos, por no aplicar la regla correcta. Poder hacerlo requiere de perspicacia y sagacidad, no de lejanía del sentido común.

Vilanova nos invita a hacer filosofía desde el sentido común, lo cual no implica que no se introduzcan datos especializados, cuestiones técnicas o ideas audaces. De lo que se trata es de acercar preguntas tradicionales a cuestiones concretas y, fundamentalmente, de ser inteligibles, de hablar en nuestro propio idioma evitando las jergas que han invadido múltiples escuelas filosóficas. Los requisitos no son arbitrarios: el conocimiento que nos da el sentido común versa sobre lo cotidiano y se expresa en el lenguaje cotidiano. A su vez, el aprendizaje del sentido común es inseparable del aprendizaje del lenguaje.

El autor utiliza más de la mitad del libro para mostrar que sí es posible hacer una filosofía desde el sentido común. Los asuntos puntuales que se abordan en la parte práctica son los siguientes: la libertad humana, la comprensión de los demás, la memoria, la relación entre los deberes morales y los hechos, el trato con el prójimo y los argumentos escépticos en contra de la posibilidad del conocimiento. Los capítulos de esta sección presentan al menos cinco denominadores comunes, muchos de los cuales exhiben la coherencia entre la forma en que Vilanova expresa que debe hacerse filosofía desde el sentido común y la manera en que de hecho él la hace:

  1. 1. Las cuestiones se plantean en términos de problemas cercanos a todas las personas: ¿Qué debo hacer para sentirme libre? ¿Puedo entenderme con personas de otras culturas? ¿Cómo puedo llegar a ese entendimiento? ¿Qué hacer ante los fallos de la memoria? ¿Cómo ponderar si debo o no realizar una acción? ¿Cómo trata la sociedad actual a los otros? ¿Deberíamos hacerlo así? ¿Qué debemos hacer frente a los interlocutores que en discusiones corrientes ponen constantemente en tela de juicio nuestros saberes?
  2. 2. El lenguaje utilizado es el corriente. Aunque Vilanova exhibe un notable conocimiento de temas, autores y corrientes filosóficas, la presentación de los asuntos se realiza, como él pretende, sin jergas ni tecnicismos innecesarios. Es más, en múltiples ocasiones utiliza la segunda persona, creando de ese modo una particular proximidad con sus lectores.
  3. 3. Tiende a mostrarnos que muchos dilemas tradicionales están mal planteados, y de allí que se generen pseudo-debates. A modo de ejemplo, la indagación acerca de si los seres humanos actúan como lo hacen determinados por su carga genética o por la educación es una pregunta que, como explica en el primer capítulo, no da en la tecla.
  4. 4. Apela, para el análisis de los temas que le ocupan, a conocimientos empíricos ligados al sentido común, así como a las estrategias cognitivas para llegar a él: describir, establecer analogías, sacar conclusiones a partir de ellas, etc. Particularmente notable es el quinto capítulo, en el que Vilanova realiza una muy aguda lectura de la sociedad actual, caracterizada por la cosificación de las personas, tomando como puntos de partida hechos tan conocidos como que los niños tienden a tratar a los muñecos como humanos y que, por ello, es posible tratar a un humano como a un muñeco.
  5. 5. Vilanova presenta en todos los casos una fundada posición personal sobre los tópicos que trata, a la vez que discute con algunas tesis de moda entre los filósofos. Sin embargo, su interés no es tanto discutir con escuelas filosóficas en boga en la academia, sino con aquellas que han calado hondamente en la cultura como, por ejemplo, la que expresa que no es posible entendernos con personas que pertenecen a culturas distintas o que pertenecen a marcos conceptuales diferentes.

En suma, estamos ante una novedad editorial valiosa y original. Será muy útil para quienes quieran profundizar en distintos aspectos teóricos relacionados al sentido común. A la vez, será de interés tanto para los especialistas en filosofía que quieran examinar la propuesta de práctica filosófica propuesta por Vilanova, así como para un público más general deseoso de acceder a la indagación de problemas filosóficos muy actuales realizada con profundidad filosófica y claridad expositiva.

Notas de autor

* Andrés Fernando Stisman es Doctor en Humanidades (Área Filosofía) por la Universidad Nacional de Tucumán. Obtuvo el Diploma de Estudios Avanzados en Lógica y Fundamentos de la Aritmética expedido por la Universidad de Barcelona. Es Profesor Asociado en “Filosofía del Lenguaje” en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT. Es director del Proyecto de Investigación “Lenguaje, conocimiento y mundo: problemas y perspectivas contemporáneas” (SCAIT-UNT). Es coordinador del Grupo de Estudios de Filosofía Feminista del Lenguaje (GEFFL). Ha publicado libros y artículos en medios nacionales e internacionales. Ha dictado cursos de postgrado sobre Filosofía del Lenguaje y Teoría de la Argumentación en distintas universidades nacionales.
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