Artículos Libres

Los usos de la noción de estrategia en la formación profesional de trabajo social. Algunas aproximaciones a los planes de estudios de la Facultad de Trabajo Social, Universidad Nacional de Entre Ríos, período 1984- 2014

The uses of the notion of strategy in professional training of social work. Some approaches to the curriculums of the Faculty of Social Work, National University of Entre Ríos, period 1984-2001

Federico Guzmán Ramonda *
Universidad Nacional del Litoral Universidad Nacional de Entre Ríos, Argentina
Teresa Beatriz Chelotti *
Universidad Nacional de Entre Ríos, Argentina

PAPELES del Centro de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNL

Universidad Nacional del Litoral, Argentina

ISSN: 1853-2845

ISSN-e: 2591-2852

Periodicidad: Semestral

vol. 16, núm. 27, Esp., e0030, 2023

papelesdelcentro@fcjs.unl.edu.ar

Recepción: 27 Septiembre 2023

Aprobación: 21 Octubre 2023



DOI: https://doi.org/10.14409/pc.2023.27.e0030

Resumen: en inglés:

El presente artículo surge a partir de algunos interrogantes que se desplegaron en el marco de la tarea docente de la cátedra Trabajo Social y Vida Cotidiana de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos (en adelante FTS- UNER) y las reflexiones que desde allí se enmarcaron en un Proyecto de Investigación y Desarrollo (en adelante PID novel) denominado “El concepto de estrategia en los debates contemporáneos del Trabajo Social. Sus sentidos, significados e implicancias en la intervención profesional". Tomando como base los aportes emanados del trabajo de campo de dicha investigación, nos permitimos analizar el concepto de estrategia en el marco de la formación en intervención profesional en la unidad académica en la que situamos el estudio, anclamos el análisis en los planes de Estudio ´84, 2001 y 2001 modificado (en adelante 2001M).

Partimos de considerar la centralidad de la perspectiva teórica epistemológica y el estudio de los proyectos políticos pedagógicos que se fueron desplegando, a los fines de comprender el proceso de interpretación dado en un contexto histórico e institucional específico que caracteriza el trabajo sobre el concepto de estrategia. Finalmente, nos damos la tarea de reconstruir analíticamente estas claves a la luz de las estructuras curriculares propuestas en la formación en trabajo social de la FTS- UNER.

Palabras clave: en español: estrategia, formación profesional, trabajo social.

Abstract: This article arises from some questions that were developed within the framework of the teaching task of the Social Work and Daily Life from the Faculty of Social Work of the National University of Entre Ríos (hereinafter FTS-UNER) and the reflections that were framed from there in a Novel Research and Development Project (hereinafter PID Novel) called “The concept of strategy in contemporary debates in Social Work. Its meanings, meanings and implications in professional intervention." Taking as a basis the contributions emanating from the field work of said research, we allow ourselves to analyze the concept of strategy in the framework of training in professional intervention in the academic unit in the that we located the study, we anchor the analysis in the '84, 2001 and modified 2001 Study plans (hereinafter 2001M).

We start by considering the centrality of the epistemological theoretical perspective and the study of the pedagogical political projects that were deployed in order to understand the interpretation process given in a specific historical and institutional context that characterizes the work on the concept of strategy. Finally, we set ourselves the task of analytically reconstructing these keys in light of the curricular structures proposed in social work training at the FTS - UNER.

Keywords: strategy, vocational training, social work.

1. Introducción:

En el presente artículo nos ocupamos de exponer reflexiones y resultados desarrollados a partir de una investigación denominada: “El concepto de estrategia en los debates contemporáneos del Trabajo Social. Sus sentidos, significados e implicancias en la intervención profesional"[1] realizada en el período 2015-2016 en la FTS-UNER.

Lo que motivó esta investigación, por parte de los integrantes de la Asignatura Trabajo Social y Vida Cotidiana del 3° año de la Licenciatura de Trabajo Social de la FTS-UNER, fue indagar y reconstruir cómo y porqué el concepto de estrategia se utiliza para definir la intervención profesional del Trabajo Social en esta unidad académica.

La metodología propuesta para llevar adelante dicha investigación es de tipo cualitativa. Buscamos, en este sentido, responder la interrogante central a partir del acercamiento al objeto, poder reconstruir mediante la revisión de los Planes de Estudios vigentes entre 1984 y el 2001M, cómo se usa el concepto de estrategia en el debate y la formación sobre intervención profesional. Para ello, seleccionamos como muestra los Planes de Estudio: ´84, 2001 y 2001M, entendemos que allí se plasman algunos de los debates y argumentos que nos dan pistas para reconstruir los usos de la noción de estrategia en la formación profesional del trabajo social.

Reflexionamos “exploratoriamente” sobre los usos del concepto de estrategia en la formación de profesional, estudiar los usos de este concepto nos lleva a analizar el proceso de recepción realizado en dicha facultad por protagonistas del proyecto de formación académica. La indagación sobre este proceso en esta experiencia particular, nos permite reconstruir de modo situado cómo se desarrolla el ingreso de concepto de estrategia en nuestro campo disciplinar, en los discursos sobre la formación en intervención profesional.

Tanto en la investigación desarrollada, como en la reflexión que compartimos en este artículo no pretendemos establecer un concepto esencial de estrategia para luego constatar el grado de adecuación o fidelidad al mismo por parte de diferentes lecturas o interpretaciones, es decir, no buscamos establecer lecturas correctas o incorrectas sobre este concepto. Antes bien, pensamos que el concepto de estrategia y su vínculo con los proyectos de formación profesional nos permite dilucidar cuáles son las mediaciones teóricas, epistemológicas, políticas, contextuales a partir de las que este se difunde y expande en el campo de la formación profesional para definir el proceso de intervención profesional.

A lo largo de este escrito presentamos un primer apartado vinculado a la perspectiva teórica epistemológica desde donde nos posicionamos en la investigación, como el establecimiento de mediaciones que le otorgan particularidad histórica al proceso de recepción del concepto de estrategia en la FTS-UNER.

Exponemos, de modo sintético, cómo en los diferentes planes de estudio vigentes entre 1984 y el 2001M, se usa el concepto de estrategia en el debate y la formación sobre intervención profesional. En última instancia, expondremos algunas reflexiones finales dando cuenta de cómo se re-significa el “uso” de este concepto en la formación profesional en la FTS-UNER, a partir de las reflexiones teórico epistemológicas, políticas y metodologías que se desarrollan cuando se critica la matriz tecnológica, o “el metodologismo” que modelaba la formación en dicha institución.

2 Perspectiva teórica epistemológica y el estudio de los proyectos políticos pedagógicos

Para reconstruir los usos del concepto de estrategia e identificar los significados que establece para pensar la intervención profesional en el campo disciplinar, consideramos importante explicitar el concepto de proyecto político pedagógico, ya que representa una mediación que nos permite ubicar el contexto histórico e institucional particular del trabajo de recepción sobre el concepto estrategia.

En este sentido, recuperamos y compartimos la reflexión de Ludi (2003) quien establece que comprender la formación profesional en la universidad pública implica pensar las prácticas académicas inscriptas dentro de un proyecto político pedagógico, donde “la intencionalidad expresada en el perfil académico, en los lineamientos de investigación y extensión, en las carreras a dictar, en los diseños curriculares a sostener, muestra una opción de carácter político y no meramente técnico” (p. 11), y esta se materializa en la organización de un discurso. De modo que las propuestas educativas se definen y son determinadas por un contexto social más amplio, componiendo “una síntesis contradictoria y compleja de elementos culturales, de conocimiento, creencias, valores” (p.11) atravesadas y dinamizadas por diversos proyectos políticos y sociales que disputan su hegemonía fuera y dentro del ámbito universitario pugnado por otorgar sentido a las prácticas de producción de conocimiento. De este modo la Universidad se constituye en una institución social, como definen Badano y Benedetti (2003), donde se legitiman cosmovisiones existentes y al mismo tiempo se elaboran nuevas perspectivas de interpretación del mundo, configurándose de este modo en un escenario social donde se produce y reproduce el conocimiento en el marco de las narrativas disciplinares específicas. En este contexto los planes de estudios son expresión de proyectos políticos pedagógicos que portan una concepción de universidad, un modo de vinculación de ésta con la sociedad, una manera de comprender la ciencia, el conocimiento y la práctica docente, representando “una síntesis compleja […] tanto aspectos políticos, contextuales, como disciplinares y pedagógicos” (p.25).

Estos proyectos políticos pedagógicos se expresan de modo sobresaliente en los procesos de debates, elaboración, diseño e implementación de plan de estudios brindando un conjunto de documentos que nos permitieron examinar cuáles son los usos que se le asigna al concepto de estrategia dentro del campo de la formación profesional. Indagar los usos implica conocer los diferentes significados que se le asignan a este concepto para reflexionar sobre los condicionamientos y la potencia de la intervención profesional. Para comprender este proceso consideremos indispensable reflexionar sobre las condiciones de recepción del concepto de estrategia al campo disciplinar del trabajo social, esto es reconocer cuáles son las preguntas, las búsquedas que llevan a incorporar a este concepto para trabajar teóricamente sobre la intervención profesional.[2] Entonces analizar cómo en los diferentes planes de estudios nos permite dilucidar cuales son los fundamentos teóricos, epistemológicos, políticos y metodológicos que llevan a adoptar el concepto de estrategia al campo de la formación profesional, expresando de este modo el carácter activo y productivo que desempeñan los integrantes de la comunidad universitaria en el proceso de recepción del concepto.

Para comprender este proceso de recepción y uso del concepto, consideramos importantes los aportes de Tarcus (2013), quien afirma, que es necesario entender el desarrollo de los procesos de producción, circulación y recepción de ideas en su contexto histórico, y donde el concepto de recepción de ideas parece simple, pero encierra una enorme complejidad, ya que “las ideas circulan de un espacio social a otro sin sus contextos (con prescindencia de su campo de producción), [donde] los receptores las reinterpretan según las necesidades dictadas por su propio campo de producción” (p. 11).[3] En estos procesos el protagonismo de receptores [4] es fundamental, ya que son ellos quienes a partir de sus preguntas y problemas van a adoptar, citar, publicar ideas y conceptos desarrollando diferentes modos de lecturas a partir de los que se manifiesta un trabajo interpretativo, y como expresa nuestro autor “la interpretación no es un proceso reproductivo sino productivo” (p.34), ya que “el texto no existe como cosa en sí, sino para nosotros, lectores. Somos los lectores quienes lo realizamos, lo actualizamos, y en ese sentido lo recreamos en cada lectura” (p.34). Consideramos importante esta clave teórica epistemológica, ya que nos exige reconstruir de modo particular y situado cuáles son los contextos, las problematizaciones, las preguntas que orientan la lectura del concepto de estrategia y lo inscriben dentro de una trama conceptual donde adquiere significados específicos.

De este modo nuestra indagación resaltará el trabajo creativo y productivo por parte de los miembros de la comunidad académica quienes van trabajando sobre este concepto, recepcionando y traduciendo a partir de lecturas e interpretaciones específicas. Aquí es importante señalar que entre el concepto y sus intérpretes o traductores, como señala Tarcus (2013), se interpone necesariamente toda una red de interpretaciones previas, donde cada texto va acumulando una historia de efectos e interpretaciones que son constitutivos de su significado, de modo que el “texto no es sino la historia del texto, la historia de sus lecturas. No existe una vía regia de acceso directo, objetivo, neutro, al texto original, virgen de interpretaciones. Pretender esa vía equivale a cancelar nuestra propia historicidad, a saltar por encima de la historia” (p. 34). Este señalamiento lo consideramos fundamental ya que existe un inconmensurable trabajo sobre el concepto de estrategia en diferentes campos del pensamiento, y de modo que la traducción a nuestro campo disciplinar se encontrará mediada múltiples interpretaciones y discursos que en el campo de las ciencias políticas y sociales reflexionaron sobre este concepto.

Un proceso que consideramos significativo, pero no exclusivo, que opera como mediación para que el concepto de estrategia se incorpore al campo del trabajo social, es la utilización, como señala Testa (1985), a partir de las décadas de los 70´ a los 80´ por parte las ciencias sociales latinoamericanas. Este autor expresa que el concepto se incorpora para comprender el conflicto y enfrentamiento político como dimensión constitutiva al ejercicio de la planificación y la administración de los servicios públicos. Por otro lado, Cruz (2014) agrega, que este concepto se incorpora al repertorio de las ciencias sociales de la región, dentro de su cambio de agenda que transita desde el debate sobre el cambio social hacia el de la reproducción social, el concepto se despliega para aprehender las características de la reproducción social de las clases subalternas ante los condicionamientos que impone una nueva etapa del capitalismo. Por este motivo nuestra autora expresa que el concepto de estrategia permite comprender la complejidad de lo social[5] ofreciendo un potencial interpretativo para pensar las prácticas sociales. De este modo podemos observar cómo el concepto de estrategia en la agenda de las ciencias sociales presenta potencia comprender la complejidad de las prácticas sociales donde el poder y el conflicto ocupan un lugar central en su constitución.

Consideramos que el proceso de trabajo sobre el concepto de estrategia, y sus usos para abordar la intervención profesional en la experiencia específica de la FTS-UNER estará profundamente marcado por el proceso de crítica y superación de lo que Matus Sepúlveda (2012) llamó concepción tecnológica del trabajo social, y Leila Lima y Roberto Rodríguez (1977) denominaron metodologismo.[6] Es en este proceso de crítica a la matriz tecnológica, donde se desarrollan rupturas y continuidades, donde se resignificará el concepto de estrategia para abordar la intervención profesional.

2.1. Estrategia metodológica y mediaciones para llegar a la empíria.

Para indagar en torno al ingreso del concepto de estrategia al campo de la formación profesional y como se expresa en debates, discursos y propuestas teóricas en el terreno de la formación profesional, analizamos los diferentes planes de estudios, documentos de debate preparatorio[7]para los mismos, como entrevistas realizadas y los textos académicos sobre este proceso nos permite recuperar las perspectivas teórico, metodológicas y epistemológicas que trabajan en la recepción y uso del concepto de estrategia en la formación profesional significando la intervención profesional.

Tal y como adelantamos en el momento introductorio, la metodología implementada en la investigación es cualitativa. Tomamos como principales técnicas de obtención de datos el análisis documental y entrevistas semiestructuradas a referentes clave de la institución.

Respecto de la técnica de entrevistas, contamos con el relato de tres docentes[8] que se desempeñaron en el período analizado como referentes institucionales, sosteniendo un papel central en las modificaciones de Planes de Estudio en particular e institucionales en general.

Podemos decir que en el trabajo social el debate sobre la estrategia impactará en la denominada “dimensión política”, como sobre la dimensión “metodológica” de la profesión en el contexto de la crisis del Metodologismo (Lima, 1997). El debate sobre sobre la estrategia se ubicó en la intersección de la dimensión política y metodológica, de este modo se alimentará de las reflexiones que se desarrollen en estas dimensiones, recibirá sus influencias constituyéndose en una herramienta que al mismo tiempo participa de la re-significación de las mismas.

De este modo desdoblamos la noción sobre estrategia en dos dimensiones para analizar los textos y discursos: a) por un lado, las elaboraciones que provienen de los debates sobre la dimensión política, básicamente la necesidad tomar la estrategia como herramienta heurística necesaria para pensar las coyunturas, los contextos institucionales, los conflictos y las relaciones de poder como dimensiones constitutivas de la intervención profesional. Por eso la noción de estrategia se transforma en dimensión necesaria para pensar la complejidad de la intervención profesional en el marco de la reproducción de las relaciones sociales; b) por otro lado la reflexión sobre la estratégica que se conforma en el debate sobre lo “metodológico” y que se expresara centralmente a partir de la crítica al “formalismo metodológico” (Lima, 1979). En este sentido se vincula con la necesidad de un pensar intervención profesional situada, no es una práctica que se pueda construir por fuera de la coyuntura y el contexto institucional.

3. Proceso de recepción del concepto de estrategia en los diferentes planes de estudio[9]

3.1 Plan 1984 Refundación de un proyecto académico[10]

El proceso de elaboración del plan de estudios de 1984, expresa un proceso de refundación institucional en todos sus aspectos: académicos, financieros, materiales, humanos, etc., como un tiempo de apuestas. Es en este sentido, este plan de estudios contiene rupturas y continuidades con el período previo a la dictadura, como también expresará una síntesis posible de los debates político-ideológicos y teórico-epistemológicos, acorde a las condiciones de su producción. Como expresa una protagonista de ese proceso el fin de la dictadura enfrentó al trabajo social a la urgencia por la refundación de la formación profesional, “cuestión que hubimos de encarar con las herramientas conceptuales y metodológicas de que disponíamos, y particularmente haciendo valer la voluntad política por reinscribir la profesión”(Cazzaniga, 2009:15), aquí “la mirada estaba puesta en la dimensión de la intervención, en la que la producción de conocimiento aparecía como ‘algo confuso’ imbuido de resabios reduccionistas que, en términos teóricos, nos había dejado una tendencia del movimiento de Reconceptualización” (p.15).

3.1.2 Estrategia: rupturas y continuidades.

Podemos ver como existen antecedentes del debate sobre el concepto de estrategia en la institución antes de la irrupción de la última dictadura cívico-militar de 1976, en ese período según una de las entrevistadas, quienes colocaban en agenda este concepto en nuestra unidad académica tiene en Natalio Kisnerman, de Leila Lima y Faleiros:

“Se empezó a hablar de estrategia, (con) Kisnerman, (…) después vinieron los brasileros y reforzaron el término estrategia, (...) la que hablaba siempre era la Leila Lima y Faleiros, los brasileros hablan de estrategia” (Entrevista 3)

También podemos observar este período el concepto de estrategia ingresa en el debate a partir de la influencia de una de las tradiciones políticas de nuestro país, con protagonismo en nuestra institución:

“(…) y hacía todo un basamento que no era solamente teórico, sino también político, ahí sacaba a relucir por supuesto las enseñanzas del General, entonces me acuerdo que ahí hacía toda su explicitación del concepto de estrategia, de táctica, con referencia a Perón” (Entrevista MC/2)

También en este período el concepto de estrategia se incorpora a partir de la propuesta de la planificación estratégica,

“… empieza a ser un auge el tema de la planificación estratégica, que después se pierde, Matus, Rovere, Testa (Entrevista 2)

A partir del análisis del plan de estudios podemos observar como este ingreso del concepto se procesan a partir de debates sobre la dimensión política y metodológica dando lugar a dos posiciones: a) por un lado, en el terreno político una intencionalidad explícita vinculada a proyectos políticos ideológicos que tienen como horizonte la justicia social; b) en términos de construcción metodológica. existe una adhesión explícita a la concepción del Servicio Social como una Tecnología social.

a) Esta intencionalidad política se enuncia claramente en el perfil profesional, como en los contenidos mínimos del plan de estudio: dentro de su área de actuación profesional, definida como Bienestar Social, esta se define como “acción tendiente a producir cambios cualitativos, y no sólo cuantitativos, de las estructuras injustas generadoras de necesidades sociales, buscando permanentemente la justicia social” (PE 1984, fol. 75)[11].

b) Con respecto a la dimensión metodológica observamos que prima lo que conceptuamos como “metodologismo” expresándose nítidamente cuando en los contenidos mínimos se expresa que la “naturaleza del Servicio Social […] su conceptualización como una Tecnología social y de allí su inserción en el contexto de las ciencias sociales” (PE.1984, fol.8). En este aspecto vemos como la planificación y la administración son propuestas como metodología del trabajo social, cuando se expresa que la “administración como metodología del servicio Social […] sus relaciones entre las etapas de la Planificación y del Servicio Social (…) Etapas: investigación, programación, evaluación, metas” (PE.1984, fol.15). Aquí acordamos con Faleiros (1992) cuando expresa que estas propuestas confunden “la cuestión metodológica con una serie de etapas que pudieran llevar mayor eficacia en el trabajo institucional”, entonces “el proceso de planificación se convirtió en un mecanismo de sistematización de las prácticas, considerándolo como esquema universal de la actividad profesional” (p. 88)

3.2 Plan 1986. El pase a la Facultad

En 1986 se produce el pase de la Escuela a Facultad de Trabajo Social y con ello la modificación parcial del Plan de estudios 1984 (conocido como Plan ’84M) en este se incorpora el 5° año de la Licenciatura en Servicio Social. Esta propuesta expresa un plan de estudio de transición, que no altera los debates sobre la dimensión política y metodológica observadas en el plan de estudios anterior, registramos como un hecho sobresaliente que comienza a tener en el debate metodológico, el Método de sistematización de la práctica como se expresa con claridad en el documento institucional “Programación 1985”.

3.3 Plan de estudio 1989: el auge del Método de Sistematización de la Práctica (MSP)

Será en el proceso de formulación e implementación del plan de estudios 1989 donde se van a desarrollar diferentes posiciones teórico epistemológicas alrededor del concepto de estrategia:

a) Una que venía desarrollándose desde los anteriores planes de estudio, se expresa a la perspectiva tecnológica que propone a la planificación como metodología del trabajo social: “la planificación estratégica, Matus, Róvere, Testa entonces qué pasa (… se propone) como apropiación metodológica del Trabajo Social” (entrevista, 2); b) Otra tendencia sitúa el concepto de estrategia para debatir la “cuestión metodológica” encontrándose preocupados “ya en ese momento por el estallido del metodologismo”. Es en este proceso donde se empieza a usar la noción de “estrategia metodológica”, como un “posicionamiento político ideológico, como un posicionamiento teórico metodológico”, en palabras de una entrevistada

“… ejemplo yo lo que recuerdo del concepto de estrategia que en un momento que discutíamos lo que fue el plan 89, empezamos a discutir esto de la cuestión metodológica, preocupados ya en ese momento por el estallido del metodologismo (...) los que en ese momento utilizamos [la denominación] estrategia metodológica, siempre usamos el concepto con un posicionamiento político ideológico, como un posicionamiento teórico metodológico” (Entrevista 2)

3.3.1 Estrategia y perfil profesional

En el desarrollo del perfil profesional se explicita cómo se piensa la estrategia en la intervención profesional. En este sentido se caracteriza al trabajo social como una profesión que dentro del campo de las ciencias sociales se caracteriza por una práctica social crítica reflexiva que al interior de la práctica social del pueblo, intenta afianzar los procesos de organización popular en la búsqueda de satisfacción de sus necesidades e intereses. Esta práctica tiene como marco fundamental la acción desde las instituciones que implementan las políticas sociales”, es dentro de este marco donde apuesta a “generar espacios concretos, flexibles, en la búsqueda del encuentro entre los objetivos del Estado y las necesidades e intereses del pueblo, satisfaciéndolas y legitimando así sus derechos” (PE 1989, fol.24)[12] Dentro de este donde el Trabajo Social debe construir sus estrategias definidas como desarrollo “de estrategias operativas que fortalezcan la autonomía popular” (PE 1989, fol.25), que tenga la capacidad en “cada coyuntura, de expresar los intereses de los sectores marginalizados (social-psicofísico-laboral, etc.) con las propuestas del Estado promoviendo la generación de estrategias para que las políticas sociales respondan a sus legítimos derechos” (p.24 ), que pueda potenciar “aquellas actitudes que favorezcan estrategias organizadas, solidarias, participativas, críticas y democráticas de los sectores con los que se trabaja” (p.25) El ámbito de desarrollo de estas estrategias por parte del trabajo social son las instituciones públicas el “Trabajador Social inmerso en las instituciones y conocedor de las mismas para proponer creativamente alternativas a las demandas sociales”, es desde allí donde puede “descubrir, en su accionar cotidiano, las alternativas o proyectos privilegiando su opción a favor de los intereses de las mayorías populares (p.25)

3.3.2 Metodología de la Sistematización de la Práctica.

Podemos expresar de modo sintético que en este plan de estudios se incorporan tres ciclos en la formación: introductorio, de formación inicial, y de formación profesional. Dentro de esta propuesta el Método de Sistematización de la Práctica, el que tendrá un lugar central en la trama de la formación de este plan de estudios, ya que este método estructurará la prácticas de formación de los estudiantes desde el 1° hasta el 5° año.[13]

Como expresa Trachitte y otros (2014) la Sistematización dentro del trabajo social expresa la preocupación vinculada con la “necesidad de mejorar el estatuto epistémico” de Trabajo Social dentro de las demás disciplinas sociales, esto es bregar por su cientificidad, alejándola de las prácticas voluntaristas, como para otorgar fundamentos a la práctica profesional en su aporte a la transformación de la sociedad. En este marco se expresa que la sistematización de la práctica “puede significar un aporte eficaz […] a nivel de posibilitar una ruptura en el modo de conocer y de actuar por parte del Trabajador Social que intente preñar su labor desde una perspectiva de liberación” (Gagneten, 1987: 23), en esta perspectiva se considera al Trabajo Social como una “profesión centrada en una práctica social crítica, realizada desde una perspectiva de los sectores populares, que utiliza los aportes de las Ciencias Sociales, y a la vez produce determinadas teorías, métodos, técnicas e instrumentos” (p.31)

Compartimos el punto de vista que expresa que la sistematización es parte de las búsquedas del trabajo social, donde la propuesta de sistematización de la práctica participa de la efervescencia democrática, pugnando por una democracia participativa. Se comienza entonces a trabajar con conceptos tales como movilización, organización y participación”. (Trachitte, 2014: 264). Esta búsqueda legítima no está exenta de objeciones, las críticas a esta propuesta no fueron sobre su orientación política e ideológica, sino a la dimensión epistemológica de la misma por recaer en el metodologismo.

“Yo lo que creo que era parte de las búsquedas, que yo por lo menos creo que no alcanzábamos a visualizar es que si queríamos salir del metodologismo caímos en otra metodología fuertemente, que estaba sobredeterminando el plan de estudios, porque de alguna manera fue así, porque no tenías cómo escapar de esa cuestión” (entrevista 2)

“… vemos en términos generales en esta propuesta político-teórica hay una propuesta estratégica o una decisión política clara, que la crítica que va a recibir esta propuesta es una crítica en términos epistemológicos de lo que representa la sistematización, pero no hay una impugnación por lo menos directa de lo político ideológico …” (Entrevista 3)

Compartimos la reflexión de Cazzaniga (2007) para pensar la tensión que se desarrolla entre la dimensión política y la dimensión metodológica en los planes de estudio analizados hasta el momento, cuando expresa que, dentro de este contexto de refundación académica, de búsquedas, la pugna por otorgar una nueva significación a la formación luego de la regresión conservadora que implicó la Dictadura, llevó a definir un rol profesional otorgándole una carga política vinculándolo a la organización, participación y movilización popular. Pero en las organizaciones curriculares el “aspecto centralizador" se pone en los métodos y lógicamente en los dispositivos donde ellos podían ser incorporados por los estudiantes: las prácticas. Caso, grupo y comunidad o sistematización de la práctica – en sus versiones pedagógicas: como prácticas integradas o por niveles […] Si el problema se focaliza en `las prácticas ́, en la metodología y su organización pedagógica, y las demás asignaturas ofrecen los insumos teóricos, el sustrato matricial permanece en la lógica instrumental a pesar de los esfuerzos por las rupturas con lo anterior” (p. 58)

Concluimos que en este plan de estudios se incorpora el concepto de estratégica con una clara reflexión sobre el conflicto y el poder en la construcción de la intervención profesional, este debe construir estrategias que fortalezcan la organización, participación popular, como el desarrollo de políticas desde el Estado para garantizar derechos y reconocer los intereses de los sectores populares. De este modo se apunta a construir una práctica profesional crítica vinculada a proyectos políticos emancipadores latinoamericanos. Esta perspectiva no implica que exista una superación de la perspectiva metodologista o instrumental de la construcción metodológica de la intervención.

3.4 Plan de estudios 2001. Una reformulación hacia la construcción disciplinar

Como expresa De Jong (2000) la reforma curricular asume la apuesta de Construcción Disciplinar como perspectiva para dar contenido y desarrollar una lógica interna en la formación que salde las falencias teóricos epistemológicas que presentaba el plan anterior, para responder a las necesidades de consolidación disciplinar que permita la generación de conocimiento para develar y responder a las nuevas configuraciones de lo social. Será en el contexto de estas reflexiones que se desarrollan críticas fuertes a la denominada matriz tecnológica del Trabajo Social y se apunta a la construcción de una matriz de pensamiento crítico.

Un aspecto central de este proceso es el consenso que existe en superar de la matriz tecnológica que atravesaba el campo disciplinar, y como expresa Cazzaniga (2007), si bien en se realizaron esfuerzos significativos para posicionar a la formación en una perspectiva de ruptura con las perspectivas subalternizadas y pragmáticas del oficio, “no logramos trascender el sesgo empirista “colado” en particular en la propuesta de sistematización de la práctica […] en principio por la perspectiva epistemológica por la que intentamos transitar estaría centrada en una noción de “construcción disciplinar” (p. 40)

3.4.1 Principales apuestas del Plan. Lo político y lo metodológico

Identificar los aportes que el Plan de Estudios 2001 realizó a la formación en Trabajo Social nos demanda pensar la dimensión política y la dimensión metodológica. En este sentido y como fuimos viendo anteriormente, hacia el Plan de Estudios 2001 nos encontramos con apuestas y modificaciones de tipo epistemológico, políticas y metodológicas. De allí que las acciones encaradas por los protagonistas apuntan a repensar la ruptura con la lógica instrumental o tecnológica. Como lo expresa una entrevistada al referirse al Plan de Estudios 2001 este

“viene a producir este salto epistemológico [...] en ese sentido lo epistemológico aporta en esta ruptura con lo instrumental, para que emerjan cuestiones más estratégicas o más con la estrategia” (entrevistada 3).

Este Plan de Estudios, como expresan las protagonistas de la construcción de esta propuesta, es un proyecto que adopta una clara posición teórica epistemológica ante la formación académica. Se inscribe en la perspectiva de una “razón crítico-transformadora” al comprender el proceso de producción de conocimiento y formación profesional constituido por una “lucha entre una racionalidad tecnocrática, encubridora de los verdaderos problemas del campo curricular […] y una razón crítico-transformadora que se le opone colocando en el corazón de su pensamiento el carácter político ideológico y socio-cultural de toda propuesta curricular, razón que se empeña en conocer y develar los complejos procesos sociales de dominación y resistencia de los cuales forma parte los procesos curriculares y en los cuales se desarrollan” (Cazzaniga, De Jong, Ludi, 2003)

Hallamos así que se empieza a enunciar las nociones de estrategia, conflicto, poder de modo explícito en el Plan de Estudios 2001. Encontramos terminología más direccionada a interpelar los posicionamientos teóricos, políticos y epistemológicos que fundan las apuestas de intervención profesional.

Se establece en el perfil del graduado un profesional capaz de generar estrategias de transformación y se propone en uno de los documentos de trabajo para trabajar el Plan 2001 la siguiente cita: “Nuestros alumnos necesitan una formación adecuada; con claridad acerca de la dimensión ético-ideológica; solidez en los fundamentos teórico/epistemológicos y dominio en lo instrumental – metodológico para el ejercicio profesional en el escenario y ámbito que fuere, para nombrar y comprender complejamente aquello que se quiere transformar. (Documento de Reforma Curricular; 2001).

Esa intencionalidad así expresada tiene como “soporte de una racionalidad emancipadora de la condición humana, que quiere trascender la racionalidad técnico- instrumental, teniendo como horizonte la comprensión social compleja que posibilite una intervención profesional construida con argumentos sólidos desde lo ético-político y lo teórico-epistemológico” (De Jong, 2003)

Trascender esta racionalidad instrumental implicó abordar el nudo problemático que se venía desarrollando y evaluando en las propuestas curriculares anteriores, esto es la valoración de los contenidos teóricos “por su aplicabilidad que como herramientas de comprensión y construcción de conocimientos”. Superar esta matriz instrumental significó adoptar una posición epistemológica que considere “la teoría como caja de herramientas y que la producción de conocimiento se da en diálogo de la misma con la empiria” (Cazzaniga, 2007:28)

En este marco la noción de estrategia se hace presente de modo explícito en los contenidos mínimos de muchas de las asignaturas del Plan 2001. Vemos así hablar en el perfil profesional de un “Profesional capacitado para implementar estrategias de transformación”, en las asignaturas abocadas a la intervención encontramos la denominación de “Estrategias de Intervención” para definir el proceso de intervención profesional.

Evidenciamos, entonces, que no sólo se trata de una opción enunciativa, sino del concepto de estrategia permea fuertemente la curricula a lo largo de sus asignaturas y los contenidos que las mismas proponen, otorgándole cada una la impronta propia de su objeto de enseñanza.

La dimensión política de la noción de estrategia se hace presente en el Plan 2001 al exponer e incorporar el conflicto, las relaciones de poder y al sostener que el profesional egresado contará con un posicionamiento ético-político. Entre otras cosas se señala que la intervención profesional se comprende en la configuración de escenarios en la relación Estado/sociedad/mercado, es una construcción.

4. Conclusión

A partir de la investigación realizada, de carácter exploratorio, donde sin duda quedan muchos nudos problemáticos para seguir profundizando podemos decir que los usos del concepto de estrategia para comprender la intervención profesional, esto es, los significados que se le asignan a este concepto para reflexionar sobre los condicionamientos y la potencia de la intervención profesional, se desarrolla en un proceso caracterizado por rupturas y continuidades con la perspectiva tecnológica, y la emergencia y elaboración de una perspectiva de construcción disciplinar fundada en una comprensión social compleja para fundar la intervención profesional.

En el período indagado pudimos observar cómo este concepto se incorpora al debate disciplinar a partir de la mediación del discurso político que protagoniza una tradición política de raigambre popular con presencia activa en la institución, como también por el influjo de una disciplina como la planificación a partir de su propuesta de planificación estratégica como mencionamos.

En este proceso el concepto de estrategia va a ser parte y expresión de los debates que se desarrollen en diferentes dimensiones que configuran la intervención profesional, de modo que van a influir en su significado y en su uso los debates que abre la problematización epistemológica resituando la tensión teoría-práctica, las renovadas lecturas sobre el poder y el conflicto que redimensionan la dimensión política, como la superación del formalismo metodológico que caracteriza las nuevas miradas de la dimensión metodológica.

Pero entendemos que hay un salto cualitativo cuando se utiliza la denominación estrategia de intervención para definir a la intervención profesional. Entendemos que este uso del concepto de estrategia se fundamenta en la productividad de este concepto para habilitar una reflexión que rompa con la perspectiva tecnológica, sosteniendo una construcción flexible en la relación teoría y práctica, tomando en cuenta las características particulares que delimitan el el proceso de intervención, donde el análisis de coyuntura, como por la dinámica del conflicto son centrales. Estos aspectos políticos y epistemológicos que expresa el concepto de estrategia permiten desarrollar un proceso teórico práctico de construcción situada de la intervención profesional de acuerdo a las condiciones históricas particulares en las que se desarrolla.

Referencias bibliográficas:

CAZZANIGA, Susana (2009). “Producción de conocimientos y formación profesional. Algunas consideraciones”. En: La investigación en Trabajo Social, vol. VIII, pp. 13-22. Facultad de Trabajo Social, Universidad Nacional de Entre Ríos, Paraná.

CAZZANIGA, Susana (2007). Hilos y Nudos. La formación, la intervención y lo político en el Trabajo Social. Espacio, Bs As, 2007.

CAZZANIGA, Susana (2005). “El abordaje desde la singularidad”. Cuadernillo Temático Desde el Fondo. Facultad de Trabajo Social, Universidad Nacional de Entre Ríos.

CAZZANIGA, Susana (1994). “Técnica e Instrumentos de Construcción Metodológica”. Facultad de Trabajo Social, Universidad Nacional de Entre Ríos.

CAZZANIGA S.; DE JONG, E.; LUDI, M. (2003). Fundamentos de la Reforma Curricular. En: “Formación Académica en Trabajo Social. Una Apuesta política a repensar la profesión”. Espacio Editorial, Buenos Aires.

CRUZ, Verónica (2014). «Capítulo VI: Contribuciones del Pensamiento Estratégico al Trabajo Social» en María Pilar Fuentes y Verónica Cruz (Comps.). Lo metodológico en el Trabajo Social desafíos frente a la simplificación e instrumentalización de lo social. La Plata: Editorial de la Universidad Nacional de la Plata.

DE JONG, Eloísa (2003): Fundamentos de la Reforma Curricular. En: “Formación Académica en Trabajo Social. Una Apuesta política a repensar la profesión”. Espacio Editorial, Buenos Aires.

DE JONG, Eloísa (2000). Documento de Trabajo. Reforma curricular: La necesidad de Reformulación del Trabajo Social, desde una lógica de construcción disciplinar en la formación de 1° a 5° año. FTS. UNER.

Documento de Trabajo (2001). Reformulación curricular –Plan de Estudios 1989 M-. Facultad de Trabajo Social, Universidad Nacional de Entre Ríos.

BADANO, M. del Rosario & BENEDETTI, M. Gracia (2003). Fundamentos de la Reforma Curricular. En: “Formación Académica en Trabajo Social. Una Apuesta política a repensar la profesión”. Espacio Editorial, Buenos Aires.

FALEIROS, Vicente (1992). “Metodología e Ideología del Trabajo Social”. Humanitas, Buenos Aires.

GAGNETEN, María (1987). “Hacia una metodología de la sistematización de la práctica. Ed. Humanitas, Buenos Aires.

GUTIERREZ, Alicia (2005). “Las prácticas sociales. Una introducción a Pierre Bourdieu”. Ferreyra editor, Córdoba.

GUZMÁN RAMONDA, Federico, CHELOTTI, Teresa, SALAZAR, Laura (2019) “Hegemonía y estrategia. Herramientas de intervención profesional del Trabajo Social “. En revistas Utopías, n° 25, año XIX, Paraná (Entre Ríos) Facultad de Trabajo Social – UNER

LIMA, Leila & RODRIGUEZ, Roberto (1977). “Metodologismo: estallido de una época”, in: Revista Acción Crítica, nro. 2, Celats, Lima, Julio 1977.

LUDI, M. del Carmen (2003). Fundamentos de la Reforma Curricular. En: “Formación Académica en Trabajo Social. Una Apuesta política a repensar la profesión”. Espacio Editorial, Buenos Aires.

MATUS SEPÚLVEDA, Teresa (2012). Propuestas contemporáneas en Trabajo Social. Hacia una intervención polifónica. Espacio Editorial. Buenos Aires. Argentina.

MORIN, Edgar (1997) Paradigma de la Complejidad. Introducción al pensamiento Complejo. GEDISA. Barcelona

Plan de Estudios 2001. Licenciatura en Trabajo Social, Facultad de Trabajo Social, Universidad Nacional de Entre Ríos.

Plan de Estudios 2001 M. Licenciatura en Trabajo Social, Facultad de Trabajo Social, Universidad Nacional de Entre Ríos.

ROZAS PAGAZA, Margarita (2001): La Intervención Profesional en relación con la Cuestión Social. El caso del Trabajo Social. Espacio Editorial, Buenos Aires, 2001.

TARCUS, Horacio (2013). “Marx en la Argentina. Sus primeros lectores obreros, intelectuales y científicos”. Siglo XXI, Buenos Aires.

TESTA, Mario (1995). Pensamiento estratégico y Lógica de Programación. El caso salud. Buenos Aires: Lugar.

TRACHITE, M. Teresa y otros (2014). “Trabajo Social. Textos y política en clave histórica”. EDUNER. Paraná, Argentina.

Notas

[1] Desde la cátedra de Trabajo Social y Vida Cotidiana de la Licenciatura de Trabajo Social (UNER) desarrollamos el PID Novel: “El Concepto de estrategia en los debates contemporáneos del Trabajo Social. Sus sentidos, significados e implicancias en la intervención profesional". Período 2015-2016. Informe final aprobado “Res. Nº 06/18 C.S. conformaron el equipo de este proyecto docentes del equipo de cátedra de Trabajo Social y Vida Cotidiana.
[2] Como expresa Testa (1985) el concepto de estrategia se origina, proviene de la ciencia y del arte militar, etimológicamente la palabra estrategia deriva del latín “strategia” que proviene de dos términos griegos: stratos (ejército) y agein (conductor), lo que lleva a entenderla como el arte de dirigir ejércitos. La circulación de este concepto y su recepción en distintos campos del pensamiento, es un tema que está lejos de ser abordado en este artículo, lo que queremos remarcar es que su ingreso y uso en la formación profesional de Trabajo Social obedece a un trabajo político intelectual que incorpora el concepto al repertorio teórico del campo disciplinar.
[3] En el texto que aquí citamos de Horacio Tarcus (2103) ese aborda la relación entre la historia intelectual y la problemática de la recepción de las ideas, estableciendo que en los procesos de producción y difusión intelectual se dan cuatro procesos que no deben ser pensados como etapas, sino como momentos: 1) momento de la producción de una teoría; 2) momento de la difusión de ideas; 3) momento de la recepción; 4) momento de la apropiación
[4] Aquí encarnan a los receptores los diferentes actores institucionales que participan de los proyectos políticos pedagógicos y que específicamente en los procesos de diseño de planes de estudio van tomando y trabajando sobre el concepto de estrategia
[5] Uno de los autores que en este contexto trabajará sobre la relación entre complejidad y estrategia es Edgar Morín (1997) quien afirma que el pensamiento complejo y “la complejidad necesita una estrategia” (p.118), es decir ante la complejidad de las relaciones sociales, la estrategia se presenta como una actividad que requiere conocimientos permanentes, representando siempre la conciencia de una apuesta, donde nunca hay certeza absoluta. “El pensamiento complejo […] sabe que no podemos programar el descubrimiento, el conocimiento, ni la acción. La complejidad necesita una estrategia.” (pág. 23). De este modo para el autor el concepto de estrategia leído desde el pensamiento complejo es imprescindible para comprender y fundar la acción en el marco de la complejidad de las relaciones sociales, permitiendo aprehender las acciones sociales y sus efectos que escapan de nuestras intenciones, aquí se asocia a la noción de ecología de la acción, “en el momento en que un individuo emprende una acción, cualquiera que fuere, ésta comienza a escapar a sus intenciones. Esa acción entra en un universo de interacciones y es finalmente el ambiente el que toma posesión, en un sentido que puede volverse contrario a la intención inicial” (p. 115)
[6] En los planes de estudios indagados vamos a visualizar un proceso de rupturas y continuidades con la matriz tecnológica para comprender la intervención profesional “esta concepción representó una propuesta hegemónica en la comprensión de la intervención profesional. Es más, se constituyó en una lógica epistemológica que atravesó tanto la relación entre teoría social y práctica, como la visión de la profesión en el concierto de las ciencias sociales”(Guzmán Ramonda, Chelotti, Salazar: 2019, p. 2)
[7] Con documentos de debate preparatorio referimos a escritos, informes, minutas de circulación institucional interna de la FTS - UNER. En los mismos se condensan argumentos, análisis y posiciones teórico, epistemológicas en relación a los debates que fueron planteando
[8] Si bien a lo largo de la investigación se preserva la identidad de las entrevistadas, como rasgo identitario común podemos señalar que se trata de tres referentes institucionales que desempeñaron un papel protagónico en la elaboración de los Planes de Estudio en el período analizado desde sus diversas inscripciones: como docentes, investigadoras y en cargos de gestión institucional.
[9] En este apartado vamos a reconstruir sistemáticamente como en los diferentes períodos marcados por diferentes planes de estudio el concepto de estrategia se va nutriendo de los debates que se desarrollan en la dimensión política y metodológica centralmente.
[10] Como la totalidad de las instituciones estatales, también la Escuela de Servicio Social de Paraná fue intervenida durante la última dictadura cívico militar padeciendo un proceso de devastación a partir de la muerte, encarcelamiento y/o desaparición de docentes y estudiantes, exilio, despidos o cesantías, la prohibición de libros, etc., que marcaron la historia de esta organización institucional. Al respecto vale recordar a Silvia Wollert, estudiante de la Escuela desaparecida el 24 de marzo de 1976, cuyo cuerpo fue encontrado en 1999. Hoy la Biblioteca de la FTS. de Paraná lleva su nombre.
[11] Con la abreviatura (PE 1984, fol) nos referimos a Plan de Estudios 1984, y número de folio.
[12] PE 1989 fol. Significa Plan de Estudios de 1989
[13] No vamos a desarrollar las características y fundamentos del MSP, para profundizar en esta propuesta ver Gagneten: (1987), aquí tomaremos algunas reflexiones que hacen referencia al tema que abordo en este artículo.

Notas de autor

* Federico Guzmán Ramonda. Licenciado en Trabajo Social, Magister en Trabajo Social, Doctorando en Ciencias Sociales, Docente titular ordinario de la Asignatura Trabajo Social y Vida Cotidiana (UNER), Docente adjunto ordinario a cargo de la asignatura “Trabajo Social: desafíos en el escenario de la post reconceptualización B” (UNL). Director de proyectos de Investigación y desarrollo (UNER).
* Teresa Beatriz Chelotti. Licenciada en Trabajo Social, Licenciada en Ciencia Política, Magister en Salud Mental y Doctora en Ciencias Sociales por la Facultad de Trabajo Social (UNER), docente de las asignaturas Trabajo Social y Vida Cotidiana e Historiografía de la Intervención Social de la Facultad de Trabajo Social, UNER.
Modelo de publicación sin fines de lucro para conservar la naturaleza académica y abierta de la comunicación científica
HTML generado a partir de XML-JATS4R