Repensar la producción de materiales pedagógicos en el aula universitaria.
DOI:
https://doi.org/10.14409/au.v0i19.7168Keywords:
producción de materiales – aula universitaria - docente reflexivoAbstract
El presente trabajo se origina en un proceso reflexivo que se vincula con una propuesta de formación docente realizada en ADUL (Asociación de Docentes de la UNL), denominada Curso de Producción de materiales Pedagógicos, en la cual participé en el año 2017, y que despertó estas ideas en relación a los apoyos didácticos.
Repensar la producción de materiales pedagógicos en el marco de la enseñanza universitaria, supone abordar una serie de problemáticas en torno a los procesos de enseñar y de aprender en este ámbito, y generar un espacio de reflexión sobre las prácticas de enseñanza que puedan ayudar a producir materiales que sean pertinentes con sus objetivos, contenidos y destinatarios.
Estos escritos que siguen pretenden ser botellas tiradas al mar, que contengan mensajes de utopía, de denuncia y de anuncio, como plantean las pedagogías críticas, en las cuales me inscribo. Que puedan contener recados y propuestas colectivas, tejidas por muchos, enriquecidas por otros, entramando miradas, ideas, pinceladas. Como afirma poéticamente Leopoldo Marechal (1999) “Muchacho, el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva, que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria…”
En el actual contexto de retorno del neoliberalismo conservador, es imprescindible buscar esas botellas y refrescar la memoria, recuperar la utopía, que incluye el lenguaje de la posibilidad y el sueño de lo posible. El gran pedagogo latinoamericano Paulo Freire, oponiéndose al discurso neoliberal, pragmático, según el cual “debemos adecuarnos a los hechos tal como se están dando, como si no pudieran darse de otra forma, como si no debiésemos luchar, precisamente por ser mujeres y hombres, para que se den de otra manera” (Freire, 2001), nos invita a soñar, como un acto político necesario. E insiste en que no hay utopía verdadera fuera de la tensión entre la denuncia de un presente que se hace cada vez más intolerable y el anuncio de un futuro por crear, por construir política, estética y éticamente entre todos, mujeres y hombres. La utopía implica esa denuncia y ese anuncio, pero no permite que se agote la tensión entre ambos en torno a la producción del futuro antes anunciado y ahora un nuevo presente. La nueva experiencia de sueño se instaura en la misma medida en que la historia no se inmoviliza, no muere. Por el contrario, continúa (Freire, 2001).